viernes, 27 de noviembre de 2009

Petición de Oración.


La Palabra de Dios nos enseña que hay que orar los unos por los otros. Así nos enseña:



  • Stg 5:13-16 Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará...orad unos por otros, para que seáis sanados..." . 
  • Lucas 22:32: Jesús le dijo cierta vez a Pedro: “…pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos” 
  • 1 Timoteo 2:8 “Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas…” 
Por lo tanto, si deseas que oremos por tí, déjanos saber en este blog y en este viernes 27 de noviembre y los dias siguientes oraremos por tu petición. ¡¡¡ TEN ANIMO, NO ESTAMOS SÓLO!!!

jueves, 26 de noviembre de 2009

CUANDO SOMOS INSTRUMENTOS QUE HONRAN A DIOS


CUANDO SOMOS INSTRUMENTOS QUE HONRAN A DIOS

Mateo 15: 29-31

15:29 Pasó Jesús de allí y vino junto al mar de Galilea; y subiendo al monte, se sentó allí. 
15:30 Y se le acercó mucha gente que traía consigo a cojos, ciegos, mudos, mancos, y otros muchos enfermos; y los pusieron a los pies de Jesús, y los sanó; 
15:31 de manera que la multitud se maravillaba, viendo a los mudos hablar, a los mancos sanados, a los cojos andar, y a los ciegos ver; y glorificaban al Dios de Israel. 



Analicemos un poco la situación de aquellos  que dice la Palabra que trajeron a aquellos enfermos. 

Pensando en voz alta podemos decir de ellos:
  • Estaban sanos y traían a Jesús  los enfermos
  • Eran parientes cercanos
  • Eran amigos de alguno de los enfermos
  • Eran personas sensibles al dolor ajeno
  • Habían escuchado de los milagros y quizás de otras cosas más.

Estas personas son dignas de mencionar en esta porción de la Palabra por el mismo hecho que honraron a Jesús trayéndoles personas necesitadas, de las cuales él había dicho que venía a buscar.
En Mateo 9: 12-13 nos dice:  “No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos”. Y a continuación cita al profeta Oseas 6,6: “Vayan y aprendan qué significa: ‘Yo quiero misericordia y no sacrificios (de animales)’”. Y concluye: “Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores”

Estas personas aplicaron de lo que Jesús les dice a los fariseos: “Yo quiero misericordia”    Traigo a cuenta este tema, debido a que en porcentaje del 60.00% de los que se congregan en una iglesia  pasan por alto lo que Dios quiere que hagamos: “misericordia” con las personas que nos rodean y especialmente por los enfermos.
¿Cuándo fue la última vez que invitó usted  a un amigo, a un pariente o conocido a la iglesia de una manera insistente,  o compartir un café o cena y hablándole de un tema tan especial como este?
Aquellas personas que trajeron a los enfermos honraron a Dios de la siguiente manera:
1.    Buscándolo por las maravillas de las cuales habían oído y vieron con sus propios ojos lo que Dios con sus amigos o parientes, y podemos decir que su fe que inicialmente era débil, ahora se afirma por lo que realmente vieron: mancos con manos completas, cojos que caminaban con dificultad, ahora caminando sueltos, sin temor o miedo, personas que eran ciegas, ahora viendo y así la multitud de personas que estaban maravilladas por dichos milagros.
2.    Creyéndole  a ÉL. Cuando tu le crees a alguien, lo estás honrando, pues da muestras de responsabilidad, de confianza, de autoridad. Muchos regresaron a sus hogares no avergonzados de lo que habían hecho, sino al contrarios contentos y glorificando a Dios por el milagro que había hecho en su amigo o pariente.  Al que cree todo le es posible.  (Marcos 9:23)  Estoy seguro de que más de alguno habrá buscado la oportunidad de volver a llevar a otro enfermo para que sea sanado.

Ahora bien, los que fueron sanados tuvieron la oportunidad de honrar a Dios poniendo a su disposición el resultado mismo del milagro en sus vidas.
Los que fueron sanados tenían un defecto y estoy seguro que para contrarrestar esto desarrollaron una habilidad extraordinaria que no lo tenían las demás personas: por ejemplo el ciego podría haber desarrollado una audición especial;  el cojo, fortaleza en su otra pierna; el manco la destreza de hacer cosas con su otra mano, quiere decir que ahora que son sanos tienen un valor adicional más que el común y corriente para servir y glorificar el nombre de Jesús. 
Tenemos el deber de traer a esos enfermos, de una u otra manera con la pasión que Dios nos encomienda.  

Oración:  “Señor, amado Padre, dame un corazón apasionado por los enfermos, para que los lleve a tu casa, a tus pies y les ayudes tal como son tus planes. Espíritu Santo, ayúdame a tener la gracia de persuadir a aquellos que están perturbados, confundidos, ciegos, cojos, mancos, sordos, sea físicamente o espiritualmente, que la única respuesta la tienes tú. Con la paciencia y el tiempo justo. En el nombre de Jesús, amén.

lunes, 9 de noviembre de 2009

El que me confesare delante de los hombres

El que me confesare delante de los hombres

San Lucas 12:8)

“Os digo que todo aquel que me confiese delante de los hombres, también el Hijo del Hombre le confesará delante de los ángeles de Dios;

Haga de su petición un milagro en la realidad:

Lo que le estoy escribiendo es tan simple como el alfabeto en español que usted se sabe. Le verdad que encierra la porción de la Biblia es tan sencilla pero tan poderosa como la fuerza que desata la energía atómica.

¿Se recuerda usted cuando recibió a Cristo? ¿Cómo lo hizo, se recuerda? Creo que todos los que estamos leyendo esta nota lo hicimos haciendo una confesión con nuestra boca, que Jesús es el Señor y le pedimos perdón por nuestros pecados que cometimos y le declaramos que Él era el Hijo de Dios. Ahora bien esa confesión dice Romanos 10:9 nos lleva a ser salvos. Acá esta la clave de todo esto o el misterio por el cual la Palabra de Dios nos dice Os digo que todo aquel que me confiese delante de los hombres, también el Hijo del Hombre le confesará delante de los ángeles de Dios”

Te recuerdo una cosa:

¿Qué dio Dios para que tú seas salvo? A Jesucristo….su hijo. Y lo creíste por fe. Ahora bien, entre ese precio de salvación y el precio de tu sanidad ¿Cuál es la más cara? Pienso que tu salvación, porque después de la salvación vienen todas las cosas por añadidura….Ahora bien, Dios nos manda a que hagamos una proclama: ¡¡CRISTO ES MI REY!!. Que así como le confesamos para salvación, también le confesemos para la sanidad de nuestras dolencias.

Por ello te doy los siguientes ítems que nos ayudarán a conseguir ese milagro tan especial que tanto necesitamos en nuestra persona, en nuestra familia o en nuestra comunidad:

1. Confiese que hay un Dios en el lugar donde se reune o en el lugar donde está haciendo su petición.

Si va a una iglesia, sea en un servicio donde se provoque la misericordia de Dios, como en nuestro caso, que los días sábados nuestro servicio se llama: “ábado de Milagros” confiese que ahí está Dios, que hay otros adoradores como usted que buscan de Dios. La Palabra de Dios es fiel cuando dice que donde hay dos o más reunidos en su nombre ahí está Él. Después de creer esto, alegre el corazón y gócese con sólo el hecho de pensar que va para la iglesia. El salmo 122:1 nos dice:

Yo me alegré con los que me decían:
A la casa de Jehová iremos.

Y luego de creer firmemente esta promesa actúe…

2. Sea un verdadero adorador

Mas Jehová está en su santo templo; calle delante de él toda la tierra (Habacuc 2:20)

Transformemos este santuario en olor agradable a Dios, y compórtese a la altura de un hijo de la Gran Familia de Dios.

Dice la Biblia en Juan Cap. 4:

4:23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
4:24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.

Cuando hemos llegado a este momento, confiese en la omnipotencia de Dios, confiese su grandeza, su amor para con todos nosotros y con toda la reverencia de un rey, esté a la expectativa de lo que hará.

3. Clame a Dios:

I. Por su fidelidad, por esa promesa de no dejarnos y que está con nosotros.
Mateo 28:20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

Hebreos 13:6 No te desampararé, ni te dejaré;Deuteronomio 31. 6-8Josue 1. 5

II. Porque para Dios tú eres su pueblo: 1s Pedro: 2:9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, ( Exodo 19. 5-6 pueblo adquirido por Dios, Deuteronomio 4. 20 Deuteronomio 7. 6 Deuteronomio 14. 2 Deuteronomio 26. 18 Tito 2. 14 ) para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;

III. No hay otro Otro dios a quien clamar: "¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra." (Sal. 73:25).

4. HUMILLESE ANTE DIOS….

a) No tenemos a nadie ni nada que supla a Dios: Dice el salmo 121:1-2 Alzare mis ojos a los montes;¿De donde vendrá mi socorro? mi socorro viene de Jehová,

Confiese que el nuestro Dios, y que creemos que Él es quien nos suple todas nuestras necesidades, según Filipenses 4:19

El libro “Buenos días Espíritu Santo”del hno. Benny Himm nos exhorta a que confesemos a Dios como el Dios de Abraham, Dios de Jacob, etc….con la idea principal de que el no ha cambiado desde la eternidad y no lo hará, por amor a nosotros.

b) La altivez no es buena, más la humildad de espíritu eso sí agrada a Dios:

Dice 2° Crónicas:

7:14 Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.

Algunas veces, sabiendo de que tenemos que estar humillados nos mostramos altivos en no estrechar la mano de un amigo que nos ofendió, nos mostramos orgullosos de los privilegios que nos han dado y menospreciamos a otros hermanos, les hacemos ver que sólo nuestra iglesia es la más santa, la más aventajada, etc…..Se nos olvida que Dios es soberano y que Él ocupa a cualquiera como él quiere, aun a los paganos e inconversos. Si somos tan espirituales, debiésemos de mostrar esa humildad, por que ello le agrada a Dios, "Dios resiste a los soberbios pero da gracia a los humildes" (I Pedro 5:5)

Si he de mostrar orgullo, es cuando predico el evangelio, cuando hablo del amor de Dios sobre mi vida y de donde me ha sacado Dios.

DIOS TE BENDIGA.