domingo, 29 de marzo de 2015

VENCIENDO A TUS GIGANTES

VENCIENDO A TUS GIGANTES

2º. Libro Reyes 5:11-14

5:10 Entonces Eliseo le envió un mensajero, diciendo: Vé y lávate siete veces en el Jordán, y tu carne se te restaurará, y serás limpio. 
5:11 Y Naamán se fue enojado, diciendo: He aquí yo decía para mí: Saldrá él luego, y estando en pie invocará el nombre de Jehová su Dios, y alzará su mano y tocará el lugar, y sanará la lepra. 
5:12 Abana y Farfar, ríos de Damasco, ¿no son mejores que todas las aguas de Israel? Si me lavare en ellos, ¿no seré también limpio? Y se volvió, y se fue enojado. 
5:13 Mas sus criados se le acercaron y le hablaron diciendo: Padre mío, si el profeta te mandara alguna gran cosa, ¿no la harías? ¿Cuánto más, diciéndote: Lávate, y serás limpio? 
5:14 El entonces descendió, y se zambulló siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del varón de Dios; y su carne se volvió como la carne de un niño, y quedó limpio. 

 


El día viernes 27 de este mes tuvimos una linda jornada nocturna, con una media vigilia, en donde los mensajeros que fueron encomendados, trajeron las siguientes palabras: Creer, Tengan Fe, Sobrenatural, Cuarta Dimensión, Poder. Todas ellas, estaban enmarcadas en el tema que quisimos dejar marcadas en los corazones de los asistentes: EL PODER DE LA FE.

Lea: Cada uno de ustedes, cuando llega a su casa y es de noche, aparte de abrir su puerta, usted sabe que hay que encender la luz, y para ello busca el swicht o el botón de apagado y de encendido y lo activa, de Off o apagado lo pasa a On o encendido. Usted sabe donde está el botón de encendido/apagado.  La casa tiene instalada una red de energía eléctrica, siendo de día o de noche, la energía está ahí, y sólo lo activa aquel botón para cuando se quiere activar un foco o un aparato eléctrico. Así también funciona la fe que Dios nos dice que hay que tener y activar para todo aquello que necesitamos.

Jesucristo les dijo a los apóstoles en Hechos 1:8: “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo” igual que para usted y yo en la actualidad. No ha variado su programa para con nosotros.  Desde que recibiste a Jesús  como Salvador Personal, recibiste al Espíritu Santo, como huésped de tu cuerpo, porque tu cuerpo es templo y morada el del Espíritu Santo.  Así que teniendo ese poder en nosotros, resulta que el botón que activa ese poder, es LA FE, es creer, no haciendo uso del conocimiento académico, no haciendo uso de tu fuerza, ni de tu experiencia, ni de tu dinero ni posesiones ni de posición social.

 
En el tema de hoy, te decimos que hay gigantes que a poco se van formando en nuestras vidas producto de vivir sin Dios y sin esperanza y cuando conoces de ese poder de Dios, esos gigantes tienen que ser derribados. Somos formados a base de polvo de tierra, y por muy fuertes que seamos, por mucho dinero que poseamos, por mucha seguridad que andemos, somos tan frágiles que con un buen golpe o con una gota de agua nos pueden hacer daño.

Es así como vemos a un hombre muy importante en el reino Sirio, alguien que era como el segundo al mando en el gobierno, más sin embargo no dejaba de ser hombre, no dejaba de ser polvo y se enferma de una enfermedad letal llamada lepra para en ese entonces. No había cura para ello y lo único que se conocía era aislar a esa persona, separarlo de la familia y confinarlo hasta la muerte de la persona a vivir solo.

 
Así que veamos la situación de este hombre que puede ser evocar una situación similar a la tuya. Este hombre tiene varios gigantes que necesita derrotar:

1.-) El Gigante de la Posición Social  El dinero y la autoridad que muchas veces el hombre adquiere perturba su alma y lo hace ser engreído.  De alguna manera este hombre llegó a  ser un hombre especial o diferente a los demás. Por el favor de Dios, llegó a ser un hombre muy importante, con gente a su cargo, con mucho dinero, más sin embargo lo alcanzó la lepra. La lepra es sinónimo de pecado. Nadie está exento de pecar, nadie está libre de las ataduras del pecado.  Así que cuando se dirigió hacia el profeta llevaba muchas posesiones en oro y plata para pagar su sanidad.  Cuando alguien esté enfermo de muerte, el dinero no vale nada, porque es como que si tuvieras en el desierto queriendo pagar un millón de dólares por un vaso de agua, pero nadie te la ofrece porque en el desierto no hay agua.

 
2.-) El Gigante del conocimiento. Muchas veces nos basamos en el conocimiento adquirido y este conocimiento nos da un método para salir del problema. Ese conocimiento te lleva a pensar de una manera lógica, y acudimos al médico, al banco para salir de una deuda, acudimos a un amigo o familiar, acudimos con palabras y con actitudes bosquejadas en nuestra mente y así pensamos acudir a Dios: A NUESTRA MANERA.  Dios no tiene métodos para que tú lo conozcas como un Dios sanador. Si alguna vez nosotros como predicadores te hemos enseñado que Dios te sanará si le das una cantidad de dinero, si le sirves en algún ministerio de la iglesia, si haces un pacto o trato con Dios, déjame decirte que en alguna manera se te ha engañado, pues Dios es soberano y él te va a sanar cómo a él le plazca.  Si en algún momento él te ha hecho un milagro haciendo tú algo en especial es porque Dios es misericordioso y movió su mano, pero no es una regla que así será siempre.  Naamán pensó que por su porte de General, él profeta Eliseo iba a salir a atenderlo con cortesía o protocolo. Simplemente el profeta le mandó un mensajero.  Este Naamán también pensó que este profeta iba a ser un ritual religioso tal como lo hacen otras personas a otros dioses.   Pero no, simplemente la manera era de bañarse en el río zambulléndose en el agua siete veces. Algo fuera de forma, algo sencillo y nada de fuera de lo normal para su conocimiento.

 3-) El gigante del Orgullo.  Este hombre Naamán, se fue enojado, no lo atendieron como él quería y aún le mandan a bañarse a un río sucio como era en ese momento el río Jordán, en su mente se bosquejaba el pensamiento: ¿yo bañarme en este río sucio?  ¿Hacerle caso a un mensajero? ¿Hacerles caso a mis sirvientes de hacer algo tan sencillo como bañarme en el río? ¿Yo,  hacer eso?   Sin embargo sí lo hizo, si cambió actitud y decidió hacer un acto de fe.

A este hombre, decidió activar la fe, extraña para él, pero conocida por la sirvienta de su casa y apoyada por los demás sirvientes cuando lo vieron enojado. 

Amigo lector, en un momento de decisión puedes cambiar tu futuro, puedes cambiar tu eternidad.  Este hombre decidió darle paso a la sanidad, mediante la obediencia y se fue a bañar.  Aquel hombre se zambulló  y activo la FE que todo creyente debiese de tener, derribando sus 3 gigantes.

 
Piensa entonces: todos andamos ese swicht y debiésemos de andar preparado para cualquier momento activarnos en modo “ON”   o encendido  para recibir respuestas para nuestras peticiones.   Pero el enemigo se encarga de que tú mismo lo tengas en modo “OFF” porque conforme no leas la Biblia, no vayas a la iglesia, no hay una palabra de fe, entonces no crees que Dios te pueda escuchar, te pueda favorecer con un favor o milagro y lo dejas así: apagado. Puede ser que hayas caído en un delito o pecado y entonces piensas que ya Dios no te va a escuchar, no te va a ayudar.  Más queremos decirte que ese poder lo tienes dentro de ti, y que es más grande que todo problema o necesidad. Dios puede sanarte si activamos lo sobrenatural dentro de nosotros, cuando decides vencer a esos gigantes y te humillas, obedeces a hacer  un acto de fe, no importa cuál sea, porque Dios no te ha dejado un método, sólo preséntate y él hará a su manera.  Sólo haz tu acto de fe, no importa si dentro de la iglesia o fuera de la iglesia, y al vencer a esos gigantes, entonces DIOS te bendice y te exalta.  

Naamán fue sanado, por haberse humillado, por bañarse en un río que parecía sucio, por haberle hecho caso a personas que ciertamente se preocupaban por él.  Esa iglesia donde te congregas es tu río donde debes de zambullirte, esta iglesia que te predica es un instrumento de Dios para que seas prosperado y tengas una limpieza no sólo en tu mano que tenia lepra sino en todo el cuerpo que necesita ser limpiado todos los días.   Te exhorto a que te humilles a Dios y vence a esos gigantes que puedes tener dentro de ti.  Venza a ese gigante.   Dios te bendiga.  Un abrazo  fraternal.

 Roberto González

Pastor

 

jueves, 19 de marzo de 2015

PRESENTARTE EN SACRIFICIO VIVO…(Aunque no me guste)



PRESENTARTE EN SACRIFICIO VIVO…(Aunque no me guste)
Romanos 12:1
“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.” 



Día a día tenemos que ir a trabajar, tenemos que salir a las calles, convivir con el mundo, tomar un autobús, ir al mercado, etc. Ciertamente hay algunas cosas que no nos agradan o no nos gusta hacerlas pero tenemos que hacerlas, porque de ello depende nuestra subsistencia, nuestro salario, nuestra residencia, etc.
El hombre o mujer creyente tiene que tener este principio en su amanecer, en el transcurso del día y en el anochecer: “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.”  Así EL TEMOR no es miedo, sino saber que Dios dijo y él hará, que dijo que hay que obedecer a quien vemos.  Así  que el enfrentarnos a toda faena en el día, sabemos que enfrentaremos dificultades y  hoy quiero traer a cuenta el saber discernir un tema que está casi en todas las actividades de nuestras vidas:

RECONOCER LA AUTORIDAD Y ESTAR BAJO ELLA
Son pocas las personas, incluyendo las creyentes que saben discernir este principio de La Autoridad, y el obedecer sin rezongar.  
Miremos por un momento la vida de un joven adolescente, soltero:
a.       En su casa tiene que aprender a estar bajo autoridad de sus padres, de sus abuelos o de las personas a quien se le ha encomendado su crianza.
b.      En su escuela o en la universidad  tiene que aprender a estar bajo autoridad de sus maestros, mentores
c.       En sus ratos de diversión o de membresía en algún club deportivo tiene que aprender a estar bajo autoridad del líder o  jefe del equipo
d.      En la iglesia, tiene que aprender a estar bajo autoridad del pastor, del líder del grupo ministerial donde se ha adscrito, etc.
e.       En su ciudad, aprender a estar bajo autoridad del alcalde y de las autoridades militares que están destacadas en ella.
f.        En su país, estar bajo la autoridad del presidente que gobierna la población
En la mayoría de los casos, el hombre en su etapa de niño, se le enseña quizás sólo dos primeros enunciados, dejando los otros como si quieres, si lo deseas, no hay problema.  Nunca he visto a padres de familia inculcando estar bajo autoridad del presidente de la república, o del líder del grupo deportivo.  Así podemos enumerar al adulto, al casado, al soltero, al aciano, etc.  Todos tenemos a alguien de a quien dar cuenta y de obedecer en cierto momento. Pero no todos les gusta practicar la obediencia ni muchos menos el someterse. Pero se le olvida el hombre, que él,  ciertamente es como la hierba, así lo  dice el Salmo 103:15 y resulta que la hierba es tan frágil que un pequeño rasguño se parte su tallo y está en problemas. Así es también el hombre, su cuerpo es tan frágil que en cualquier situación anómala se puede necesitar de ayuda médica, de descanso, de reposo. Y no sólo también en el aspecto físico de su cuerpo sino de varias cosas que necesita el cuerpo: sustento, techo, protección, seguridad, etc. Así que si alguien no ha aprendido a estar bajo autoridad, en cualquier momento se le despedirá del trabajo, en cualquier momento aguantará castigo físico del padre o de la madre, en cualquier momento lo echarán de la casa, del grupo deportivo, etc. 
Veamos el caso de un hombre militar que a Jesús se le cruza en su camino:
7:2 Y el siervo de un centurión, a quien éste quería mucho, estaba enfermo y a punto de morir. 
7:3 Cuando el centurión oyó hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos, rogándole que viniese y sanase a su siervo. 
7:4 Y ellos vinieron a Jesús y le rogaron con solicitud, diciéndole: Es digno de que le concedas esto; 
7:5 porque ama a nuestra nación, y nos edificó una sinagoga. 
7:6 Y Jesús fue con ellos. Pero cuando ya no estaban lejos de la casa, el centurión envió a él unos amigos, diciéndole: Señor, no te molestes, pues no soy digno de que entres bajo mi techo; 
7:7 por lo que ni aun me tuve por digno de venir a ti; pero di la palabra, y mi siervo será sano. 

7:8 Porque también yo soy hombre puesto bajo autoridad, y tengo soldados bajo mis órdenes; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace

 Así que vemos a un hombre del ejército romano, con cargo de Centurión, que ha oído de un tal Jesús que sana enfermos.  Y nos llama la atención que este militar pone en práctica  el principio de levantar al compañero caído, pues un siervo bajo su cargo está enfermo.  No es quizás herido en combate, simplemente herido pero de muerte y oye de los milagros que hace Jesús.
Este hombre nos muestra que está bien ubicado: 
1) Tiene cuidado de los que tiene bajo su cargo
2) Sabe a quién recurrir en momentos de crisis
3) Sabe estar bajo autoridad y sabe impartir autoridad.

Cómo él sabe estar bajo autoridad, sabe ese principio por convicción y por el uso práctico, no dice el autor que si le gusta o no, simplemente él vive plenamente estar en autoridad,  pues a él le dicen ve y él va, has esto  y lo hace; así también, él cómo jefe sabe impartir autoridad, pues ordena a un siervo o soldado bajo su cargo y el siervo lo hace. Ese principio lo traslada a Jesús. Algo le dice que Jesús tiene autoridad sobre la enfermedad, sobre la muerte, sobre la pobreza, etc. Por ello le dice: Dí La Palabra…. Mi siervo sanará…..Y el siervo fue sanado.
Eso mismo Dios quiere de nosotros, que aprendamos a vivir bajo autoridad porque tarde o temprano nosotros estaremos en una posición de autoridad y nos gustará tener a gente obediente. Pero si no aprendes a estar bajo autoridad, ¿Cómo esperamos que nos obedezcan? Porque el estar bajo autoridad con quien se debiese estar, nos hace estar  sincronizados con la gracia, con el favor de Dios y por ello no es de extrañarse que cuando se nos da la oportunidad de ser cabeza, también Dios pondrá la sagacidad y el discernimiento para gobernar como también pondrá el discernimiento de estar bajo autoridad en aquellos que estarán bajo nuestro cargo.
Deuteronomio 29:13 y 14 nos dice: El Señor te pondrá por cabeza, no por cola. Estarás por encima de todo, nunca por debajo, siempre y cuando obedezcas y cumplas los mandamientos del Señor tu Dios, que hoy te ordeno cumplir,

Así que volviendo a nuestro versículo de nuestro inicio de este mensaje, Pablo exhorta a los creyentes:  “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo,”   esto quiere decir en algún momento, nos vamos a enfrentar a situaciones desagradables en donde no queremos obedecer, pero Dios te recuerda:
A.      De todas las misericordias del pasado que hemos recibido. Han sido muchas, han sido valiosas y justo en el momento oportuno.  ¿Cómo no obedecer a alguna norma, aunque no me guste, pues es a Dios a quien le debo todo?
B.      Presentar nuestro cuerpo, con las actitudes correctas  aunque no nos guste, a aquel que tenemos como jefe.  No enojado, no amargado, no rezongando, no tarde, no mal hablado, etc.
C.      A ir a la iglesia, a obedecer a nuestros líderes, en circunstancias en que sentimos dolor o enfermedad, pero hay que ir, sacrificando nuestra comodidad, nuestro cuerpo, porque Dios le agrada en aquellos que sacrifican su carne. Él te premia con grandes cosas

Cuando un hermano o hermana reconoce la autoridad, no se condena, pero si no la reconoce ni se somete, acarrea condenación para su vida.  Vea lo que dice Romanos 13:1-2
Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.  De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.

Así que en algún momento, si vives bajo autoridad, si disciernes, no tengas duda de que Dios te premiará con salud, con finanzas, con una buena familia, con buen trabajo, con buena posición social, con un buen cargo en la empresa, etc.

 Obedece las órdenes por sencillas que sean.  Obedece al amigo, que ahora está en posición de autoridad, a pesar de ser tu amigo, él tiene ahora un rol de autoridad.  Obedece aquella norma, aunque ella implique que te vestirás con una camisa de uniforme que no te gusta ya sea por el color o por el diseño, pero aprende a obedecer, Dios te premiará.  Sólo dile a JESÚS: DI LA PALABRA


Oración: Ayúdanos Padre Celestial, a vivir bajo autoridad. A discernir el tiempo y las bondades que trae el poder obedecer. Tú dijiste a Jesús: Este es mi hijo amado, en quien tengo complacencia. Así nosotros queremos oír de ti: que estás contento con nosotros, que e hacemos sonreír, que tienes complacencia en nosotros y con nosotros.  Ante toda dificultad Señor, SÓLO DI LA PALABRA, porque todo se sujeta a ti Jesús. Tuyo es el Reino, el Poder y La Gloria Señor. Dios les bendiga.  Pastor Roberto González.