viernes, 3 de julio de 2009

VIGILIA ANIVERSARIO IGLESIA

Este viernes 31 de Julio de 2009:
PREPÁRATE.....

¿QUÉ VOZ ESCUCHAS TU?

¿QUÉ VOZ ESCUCHAS TU?

Génesis 3:17

Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.

Introducción:

En muchas ocasiones pasamos por momentos en que tenemos que tomar una decisión cuyo resultado no es nada grato, pero sucede que buscamos asesoría en personas muy afines a nosotros o nos acercamos a aquellos que nos pueden dar una consejería que nosotros nos facilite oír, pues esta persona por X o Y compromisos con nosotros no se atreven a decirnos una verdad. Algunas veces sabemos en nuestro adentro qué decisión debemos de tomar pero acudimos a otros para legitimar una decisión equivocada.

Una de las verdades que encontramos en la Biblia es la siguiente: Mas el que me oyere, habitará confiadamente Y vivirá tranquilo, sin temor del mal. ” Prov. 1:33

Ahora veamos el error más común que encontramos en la voz que nos influencia para tomar una decisión: Escuchamos la voz de la esposa o del esposo, la del amigo o la de la vecina o compañero de trabajo, y no es que esté mal que se oiga la voz de estas personas como tal, pero si no tienen el conocimiento de la verdad de Dios, si no la practica, si no la vive, si no se alimenta de ella, etc, entonces todo lo que la persona consultada me diga no deja de ser una simple palabra sin valor.

Pero lo más terrible de esto es que las personas a quien acudimos, bien pudimos en un momento determinado alimentarlas o retroalimentarlas de gran verdad, de la misma Palabra de Dios y no lo hicimos. Por ende cuando le venga a pedir un consejo, la persona me lo dará a su criterio y no a la manera de Dios. Ese problema pasó con Adán y Eva. Eva invitó a comer a Adán del fruto que daba aquel árbol del cual no debían de cortar frutas. Adán lo sabía y se le pasó por alto. El momento más íntimo que se pueda pasar con una pareja producto de uan confusión en nuestra mente, en nuestro corazón, será como el momento de confusión que el enemigo pueda aprovechar para hacernos caer.

Por ello te doy algunos consejos para que podamos tener la seguridad de que el consejo que nos dan es un buen consejo que me ayudará a tomar una buena decisión:

  1. No escuchar sugerencias que vayan en contra de voluntad de Dios.

Algún vez nos hemos visto en conflicto porque un amigo, un familiar o nuestro propio cónyuge o hijos nos han sugerido no ir a la iglesia ese día o al culto que siempre habituamos ir porque hay un cumpleaños de un familiar, un paseo, una excursión o la visita de un familiar. Dios quiere prioridades hacia él, que nuestra boca declare alabanza pero que se demuestre con nuestros hechos. Y así como este caso, existen otros muchos, cuando por la voz de alguien cercano dejamos de ser benignos, pacientes o bondadosos. Adorar a Dios siempre es nuestro deber, nuestro gozo, nuestro agradecimiento. Dijo Josué: “pero yo y mi casa serviremos a Jehová.”

  1. Alimente y retroalimente a su círculo más intimo de amigos y familiares con la Palabra de Dios.

Sí las personas a quien acudimos para pedir consejos en momentos de necesidad son personas que amamos, sea un amigo, sean nuestros hijos o esposos, debiésemos de alimentarles espiritualmente de manera sistemática, es decir en forma ordenada. Un devocional familiar todas las noches, una reflexión vía correo electrónico a ese amigo, la salida a eventos cristianos juntos, harán que ellos tengan siempre su vasija llena para que en momentos de compartir su aceite pueda ser de grato perfume a quienes se lo comparten. Eso es lo que menos hacemos. Algunas veces sabemos que nuestros amigos fallan en algún aspecto, nuestros hijos adolescentes, nuestros propios esposos y no tenemos la valentía de enfrentar esa situación porque no hay comunicación, no hay entendimiento. No les damos Palabra de Dios. Adán había

comunicado a Eva de la instrucción de Dios, pero quizás no hizo énfasis, no la resaltó, no la dijo con pasión y por ello Eva también cayó presa del engaño de la serpiente.

  1. Cúidate de las palabras melosas.

Dice Moqueas 7: 5 No creáis en amigo, ni confiéis en príncipe; de la que duerme a tu lado cuídate, no abras tu boca.

La seducción viene del verbo “seducir” el cual quiere decir lo siguiente:

(Del lat. seducĕre).

1. tr. Engañar con arte y maña; persuadir suavemente para algo malo.

2. tr. Atraer físicamente a alguien con el propósito de obtener de él una relación sexual.

3. tr. Embargar o cautivar el ánimo.

Tanto hombres como mujeres como hombres somos propensos a caer presa de este tipo de trampas. Los hombres hablamos palabras dulces pero mentirosas a aquellas mujeres casadas, comprometidas e inclusive solteras, pero que van con un propósito mezquino: acostarse con ellas. También entre las mismas mujeres, más de alguna se acercará para decirte que nos seas tonta, que no tienes que aguantar a tu marido que es borracho, que es mujeriego, que estás joven, que tienes toda una vida por delante…¡pobre de ti si le haces caso! Al igual que las mujeres que caen presa de estas palabras suaves, terminan también tragando hiel cuando se enfrentan a una realidad de soledad, de abandono, de desprestigio, etc. también los hombres caen presa de las mujeres con sus palabras suavecitas, que algunas veces se hacen pasar por víctimas de esposos que no las comprenden, que son desafortunadas, etc. y convencen al hombre a que termine deshaciendo un matrimonio, una relación que por algunos años ya llevaba fruto. Los amigos también influyen con esas palabras lisonjeras. Algunas veces nos presionan con que “somos amigos de muchos años, una no es ninguna, que la mejor mula se nos corre, como si no fuéramos cheros, etc.” y nos persuaden a ir a una fiesta pagana, a un burdel, a tomar un trago o cerveza, a hacer una borma de mal gusto.etc.

La esposa es la ayuda idónea del hombre, de eso estamos claros, pero si nosotros los esposos no la alimentamos y le damos señales claras de cuales son nuestras prioridades ni la saturamos con la misma Palabra de Dios, entonces ¿Qué tipo de ayuda conforme a la voluntad de Dios puedo esperar? Y si ustedes mujeres no se preocupan de estar bajo el sometimiento de la Palabra de Dios, no adornan ni perfuman ese templo suyo con la obediencia misma, el servicio y adoración a Dios, entonces, ¿Qué consejo oportuno y acertado le puedo dar a mi cónyuge?

Eva persuadió a Adán de hacer lo contrario a lo que Dios había dicho. Hubo momento de confusión, ahí, de desorden. El orden de las prioridades fueron cambiadas.

No permitamos escuchar una voz que esté contaminada. No le de lugar al enemigo al escuchar una voz contaminada para que usted haga algo diferente a lo que debe de hacer. DIOS SE AGRADA EN LOS QUE LE BUSCAN Y LE OBEDECEN.

El que tenga oídos para oír, que oiga. AMEN

Roberto González,

Pastor

lunes, 11 de mayo de 2009

El Marco de la Consideración

El Marco de la Consideración (Aporte de Edna Maye Loveless)

Porque Él conoce nuestra condición; se acuerda de que somos polvo

Salmos 103:14

Los chicos aprecian la imparcialidad y la justicia desde mucho antes de estudiar algún curso cívico o acerca de las complejidades del Sistema Judicial. Vea si no, como loa niños en edad escolar controlan su propia conducta en el juego. Son rápidos para descubrir y denunciar las injusticias, se obligan unos a otros a turnarse en el juego y acaban con sus deliberaciones acordando repetir el juego. Siempre es alentador ser tratado con imparcialidad y justicia, según nuestras circunstancias.

En su obra “King Lear” (El Rey Lear), Shakespeare presenta un ejemplo digno de imitar. Propone reconsiderar nuestra opinión de una persona, sobre la base de sus circunstancias extremas. Permítame explicarme:

Al principio, el rey plantea dividir su reino entre sus tres hijas, estipulando que lo mantengan a él y sus cien caballeros, pero su hija Cordelia, rehusa adularlo como lo hacen sus hipócritas hermanas. Lear decide entonces dejar todo su legado a sus otras dos hijas. Por su sinceridad y adherencia a sus principios, Cordelia queda así desheredada: sin tierras ni dote.

Pero en vez de recibir un trato generoso de parte de sus hijas reinantes y sus esposos, Lear se encuentra con que lo han echado de su hogar, abandonándolo en medio de una tormenta. Más adelante, las dos astutas hijas rivalizan por los afectos del malvado Edmundo. Una de las hermanas envenena a la otra, se quita la vida.

Al final, debilitado por la ira y los maltratos, el quebrantado anciano se encuentra con Cordelia, su hija desheredada. Consciente de cuanto la había maltratado, Lear le dice: -Si me das veneno, lo beberé… Tú tienes motivos para dármelo; ellas [las otras hermanas] no. Ella le dice: NO PADRE

Ciertamente, ella tenía motivos; sólo que ella lo había pasado por alto, en consideración al aturdimiento, a la fragilidad y a la debilidad de su padre, Por eso, en vez de rechazarlo, le dio la aceptación que él necesitaba.

Esta voluntad, -semejante a la divina-, dispuesta a reconsiderar la opinión propia sobre la situación ajena, en virtud de la fragilidad y flaqueza del otro, ha contribuido notablemente al fortalecimiento de las relaciones humanas. Reconsiderar la opinión propia sobre la situación ajena, procurando comprender al otro y ponerse en su lugar –aún cuando haya estado equivocado- puede mejorar cualquier relación. Reconsiderar nuestras opiniones: procurar ver a los demás desde el ángulo más favorable para ellos, teniendo en cuenta sus circunstancias, hace más llevadera las relaciones. El texto bíblico de hoy destaca este tipo de actitud, semejante a la divina.

¡Gracias Señor, por considerar mis flaquezas y circunstancias y por tratarme desde esa perspectiva!

DIOS TE BENDIGA

miércoles, 25 de febrero de 2009

LA SOLEDAD ES MALA CONSEJERA

LA SOLEDAD ES MALA CONSEJERA

Mateo 27: 3-5

Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos,

diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú!

Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó.


La soledad es un tema y una situación que tarde o temprano nos llega a todas las personas, sea por que la hemos provocado con nuestras acciones o llega de manera imprevista.

Según el diccionario de la Real Academia, soledad significa:

1. f. Carencia voluntaria o involuntaria de compañía.

2. f. Lugar desierto, o tierra no habitada.

3. f. Pesar y melancolía que se sienten por la ausencia, muerte o pérdida de alguien o de algo.

La soledad también llega a todas las personas, sin importar la edad, condición social, económica o creencia religiosa. Pero en esta ocasión, vamos a enfocar el tema a aquellos hermanos de la Gran Familia de la Fe que también experimentan esta situación en este momento o conocen de alguien que la está pasando y que queremos ayudarles a seguir adelante con la mirada y la sonrisa de una persona especial para Dios.

Según el concepto 1 arriba descrito, dice la que “soledad” es “Carencia voluntaria o involuntaria de compañía”. Hay ocasiones en donde por algún facto externo a nosotros queremos estar solos, algunas veces enojado, otras veces en silencio. No siempre estar sólo es dañino, pues algunas veces nos apartamos para Dios en completa soledad, sólo él y nuestro espíritu y alma están ahí y eso ayuda mucho a nuestro crecimiento, pero la soledad que te aparta hasta de Dios, es la que el enemigo esta queriendo que tú tengas para devorarte los ánimos completamente.

En el libro de Eclesiastés, capítulo 4 encontramos una recomendación muy especial:

9 Más valen dos que uno,

porque obtienen más fruto de su esfuerzo.

10 Si caen, el uno levanta al otro.

¡Ay del que cae

y no tiene quien lo levante!

12 Uno solo puede ser vencido,

pero dos pueden resistir.

¡La cuerda de tres hilos

no se rompe fácilmente!

Cuando Dios creó al hombre dijo: no es bueno que el hombre esté solo.

Ahora veamos algunas situaciones de soledad que podemos enfrentar:

  1. Cuando la soledad es por no aceptar una equivocación o error.

En el pasaje inicial que leímos, nos habla de una decisión fatal que hizo Judas al ahorcarse. Eran 12 los discípulos y todos comían en la misma mesa del Señor, salían a caminar juntos y a predicar juntos. Pero como siempre pasa en el ser humano, algunos nos movemos por cierto interés y fue el caso de Judas. Como comprenderán tal acción de Judas lo aisló de los demás compañeros pero no implicaba que no le pudieran escuchar pedir perdón, disculpas, etc. Aparte de que de se equivocó de no pedir perdón al Señor Jesús, no acudió a sus amigos o alguno de ellos. Más de alguno le hubiera aconsejado ¡no te ahorques! ¡Hay solución! Es ahí donde Eclesiastés nos indica del fruto que se obtiene cuando son dos los que hablan o conversan de sus cosas. Sin embargo la soledad misma le contribuyó suicidarse. Dejó que su propia mente le aconsejara mal.

La juventud es una etapa de la vida en las personas y en ella entramos en algún momento de querer estar solos. ¡Déjeme vivir mi vida! le dice la muchacha o el muchacho a sus padres, quiero estar sólo, ustedes son cuadrados……más no sabe que también esa decisión lo llevará a estar solo y triste. En esa soledad puede acompañarle de momentos amargos pero así como el hijo pródigo reconoció su error, pudo volver a la casa de su padre y gozar de muchas cosas que había perdido así también la persona que reconoce su error puede volver a sentirse parte de una familia.

Esto me trae a la mente la decisión de algunas ovejas de la iglesia que deciden retirarse de la iglesia producto de algunas fallas que ellos han tenido y se alejan de Dios. En nuestro ministerio levantamos a alcohólicos y drogadictos y se que van a volver a tomar o a fumar droga, pero ellos piensan que ya fallaron y que no pueden acercarse a Dios. Eso es un error. También conozco de servidores de la iglesia que han fallado en alguna falta moral o administrativa digamos y se alejan producto de una pena, resentimiento, etc y se enojan con Dios y con la iglesia. No asisten y se aíslan en sus propias penas. Eso no es bueno.

  1. Cuando la soledad es por el temor de enfrentar un problema

1º Reyes 19:

1 Acab le contó a Jezabel todo lo que Elías había hecho, y cómo había

matado a todos los profetas a filo de espada. 2 Entonces Jezabel envió un

mensajero a que le dijera a Elías: «¡Que los dioses me castiguen sin piedad si

mañana a esta hora no te he quitado la *vida como tú se la quitaste a ellos!»

3 Elías se asustó y huyó para ponerse a salvo. Cuando llegó a Berseba de

Judá, dejó allí a su criado 4 y caminó todo un día por el desierto. Llegó adonde

había un arbusto, y se sentó a su sombra con ganas de morirse. «¡Estoy

harto, SEÑOR! —protestó—. Quítame la vida, pues no soy mejor que mis

antepasados.»

Acabamos de leer una porción de alguien que momentos antes había sido un hombre victorioso, mató a 450 profetas con el fuego y poder de Dios, pero una amenaza que salió de labios de una mujer, la cual no era más grande que Dios, lo atemorizó y tal temor lo llevó a buscar un desierto. Llegó a una tierra desolada y tanto la misma situación de soledad como el ambiente que lo rodeaba llegó a tener malos pensamientos tales como “Estoy harto, SEÑOR! —protestó—. Quítame la vida, pues no soy mejor que mis antepasados.»

Tal como lo habemos enunciado, la soledad es siempre mala consejera, pues Elías tenía que recordar que él era un profeta con convicciones arraigadas en la fé pero le dio cabida al temor y el temor a la soledad. Por ello la Biblia nos advierte que no le demos lugar al diablo, pues viene como hombre fuerte y nos ata. Al sentirse sólo Elías le vino el pensamiento de baja autoestima, desear la muerte para sí, ¿pero quienes somos nosotros para desear quitarnos la vida nosotros mismos? Como vemos en este caso, la soledad y el temor combinados hacen que el enemigo sonría, pues nos quita autoridad, nos baja los ánimos, pensamos mal de nuestra propia esposa o esposo, nos invaden los celos, nos deprime, etc.

Por ello es mi consejo que a los problemas tenemos que decirles: Te ato, con el dedo de Dios, pues aunque eres fuerte, hay alguien más fuerte que tú, se llama Jesús y con él El Espíritu Santo y con ellos somos más que vencedores.

  1. Cuando la soledad es producto de una propia decisión.

Pedro niega a Jesús

Mateo 26:69-75 – Mr 14:66-72; Lc 22:55-62; Jn 18:16-18,25-27

69 Mientras tanto, Pedro estaba sentado afuera, en el patio, y una criada se

le acercó.

—Tú también estabas con Jesús de Galilea —le dijo.

70 Pero él lo negó delante de todos, diciendo:

—No sé de qué estás hablando.

71 Luego salió a la puerta, donde otra criada lo vio y dijo a los que estaban

allí:

—Éste estaba con Jesús de Nazaret.

72 Él lo volvió a negar, jurándoles:

—¡A ese hombre ni lo conozco!

Vemos ahora el cuadro de oro hombre sólo, así lo había decidido él, el muy orgulloso, el arrogante, como quiera llamarle o como sea usted. Hay algunas veces que por orgullo decimos que es preferible estar sólo que mal acompañado, cuando en realidad es por nuestra soberbia u orgullo que nos dejan solo o queremos estar solos. El caso de Pedro fue una lección para él ya que no había razón alguna para con los discípulos de estar aíslado de ellos, que aunque todos tuvieran temor, juntos habrían alcanzado valor, pues la Biblia nos dice que “La cuerda de tres hilos es difícil romperse” Ecle. 4:12, Todos juntos habrían apoyado a Pedro y él por supuesto se hubiera sentido valiente. El final de este relato usted lo conoce, Pedro lloró amargamente sólo después que se le corroboró lo que Jesús le había advertido: Una derrota y él no lo supo enfrentar, pues lo enfrentó sólo sin la ayuda de nadie.

Pero también existe la soledad voluntaria pero con la diferencia que se espera que tal soledad edifique nuestra alma, con Nuestro Dios a nuestro lado, hablando, susurrando a nuestro oído, escuchando su dulce voz. Esa soledad sí es buena, porque hay paz, hay bonanza, hay unción.

Veamos lo que Jesús nos recomendó:

Mateo 6: 6

6 Pero tú, cuando

te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está

en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará.

Esa intimidad con Dios es buena; nuestro mismo Jesús hacía lo mismo, se apartaba de todos y en algunas ocasiones se llevaba a un grupo selecto para orar. De eso no hay discusión que Dios se agrada cuando te apartas para él, pero si te apartas de todo, incluyendo a Dios, las consecuencias de tal acto te pueden llevar a:

a) Decisiones equivocadas, inclusive hasta la muerte

b) Depresión, baja autoestima, degeneración de tu papel de hijo o hija de Dios

c) Sentimiento de culpa

d) Marginación de parte de los demás,

e) No hay paz en ninguna de las áreas de tu vida.

CONCLUSION:

Bien dice la Biblia en Eclesiastés 4: 10 Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante! Estar solo en momentos de crisis es una mala decisión, sea que nos hayan herido, nos hayamos equivocado o sea por cualquier circunstancia ajena a nuestro ser. La soledad te atrapa y es un estado de ánimo que no te hace salir de tu cama, de tu cuarto, pero Dios quiere que tú te sientas acompañado por él, pues hay una promesa tremenda cuando nos dice en Hebreos 13:5 «Nunca te dejaré; jamás te abandonaré.» y “Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo” Mateo 28:19 b

Busque siempre una consejería de un buen amigo o hermano en la Fe, un pastor, de su padre o de su madre. Verá que siempre los consejos que recibe serán para verle bien desde la perspectiva personal por las propias experiencias vividas como también de la perspectiva de la Biblia, que es nuestra autoridad en obedecer. Jamás recibirá un consejo que vaya en deprimento suyo. Tampoco haga como aquella persona en soledad, que buscó la Palabra de Dios, es decir la Biblia y dijo adentro de sí :”donde abra la Biblia y ponga mi dedo, ahí estará la voz de Dios para mi vida” y vino y abrió la Biblia y puso su dedo en el libro de Juan 13:27b y decía Y después del bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo más pronto. Y seguiríamos diciendo que este sujeto cayó en más depresión e hizo lo que había pensado hacer. Esa no era la voluntad de Dios para con su vida. La Biblia es el Mapa de Nuestra Vida, y siempre nos da las soluciones pero primero diciéndole a Dios que nos hable para nuestra edificación y no abriéndola como un amuleto sino como la bendita Palabra de Dios..El que tenga oídos para oír que oiga,

DIOS LES BENDIGA[REG1] .


[REG1] Predicado en fecha 08-02-09

ES MALA CONSEJERA