Lea y entérese de lo que una iglesia en movimiento realiza en la ciudad de El Tránsito, que junto a su pastor transforman a familias a través de la Palabra de Dios y del amor de Jesús.
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miércoles, 1 de julio de 2015
jueves, 21 de marzo de 2013
SÁNAME, SÁLVAME (Del escritorio del pastor)
SÁNAME,
SÁLVAME (Del escritorio del pastor)
Leyendo en la noche Las Sagradas
Escrituras, me encontré con este versículo en Jeremías 17:14 que dice: “Sáname, oh Jehová, y seré sano; sálvame, y seré
salvo; porque tú eres mi alabanza.”, Inmediatamente, mi cerebro hizo
click en el tema que el domingo pasado estuvimos hablando a la iglesia, de las
dos maneras en que nosotros como hijos de Dios damos por vencido al diablo, al
enemigo eterno de Dios. Y es que según Apocalipsis 12:11, dice también “Y ellos
le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra
del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la
muerte. ” En el desarrollo de este mensaje usted me irá comprendiendo la
concatenación del versículo de Jeremías con Apocalipsis.
Cuando digo que mi cerebro hizo click, es porque
recuerdo precisamente que el domingo pasado que nos comprometimos a testificar de lo que
Dios ha hecho en nosotros, a un amigo, a un compañero de trabajo, a la iglesia
misma, pues al testificar de lo que Dios hizo por mí, derroto más y más al
enemigo, le doy más palos en su espalda. Y al leer esté versículo cuando dice “
sálvame, y seré salvo” recuerdo una noche de aflicción, una noche de febrero de
1999, cuando pensé que iba a ir a la cárcel, que iba a perjudicar a un gran
amigo, que había atropellado a alguien y que podría haber fallecido esa
persona.
Quizás en algunos apuntes anteriores, o en la
página de internet de nuestra iglesia, podrías haber leído acerca de cómo llegué
a Cristo, pero al menos, tratando de testificar lo que Dios hizo por mi esa
noche, te contaré algunos detalles que me ayuden a explicar porque le doy
gracias a Dios y porqué testifico.
Fue un día sábado 20 de febrero de 1999 cuando un
buen amigo, me vendió su vehículo, un lindo Geo Metro, color rojo, polarizado, con algunas franjas
decorativas a los costados, con quemacoco (no muy común en ese entonces en los
vehículos pequeños) y que para mí era el
carro soñado, pues era mi segundo vehículo después de haber tenido por varios
meses a un Volslwagen , modelo de 1970, color verde metálico, en el cual aprendí a manejar, tuve varias
aventuras buenas y malas, tuve como 4
accidentes, y en ninguno de ellos salí herido, siempre me protegió la mano de
Dios. Así que en ese sábado me entregó las llaves mi amigo y me dispuse ir a
celebrarlo junto con otros amigos e ir a comer a un lugar pintoresco llamado
Olocuilta, a 25 Km. De San Salvador, famoso en nuestro país por hacer una ricas
pupusas de arroz. Fuimos al anochecer y aunque bebíamos bebidas alcohólicas,
ese día no tomamos, sino que sólo comimos y decidimos regresar como a las dos
horas de estar en ese lugar.
Nos subimos a mi vehículo, bien me acuerdo de haber
comprado una franela para limpiar el polvo, tú sabes, la manía que se obtiene
cuando se tiene un juguete nuevo como este, que no quieres que se ensucie y nos
dispusimos a regresar. La carretera, una autopista de 4 carriles era sin
iluminación, y quizás habíamos recorrido unos 2 kilómetros, cuando en una curva,
una persona salió por el costado
izquierdo de la carretera, presuntamente ebrio, porque sin precaución alguna,
sólo se dejo ír, no pudiendo esquivarlo, a pesar de la maniobra respectiva y de
venir a velocidad moderada, la persona rebotó en el parabrisas por el lado
derecho, cayendo al piso posteriormente y sin señales de vida.
Me bajé del vehículo para ver el atropellado, no se
movía para nada y uno de mis amigos gritaba como loco diciéndome: “lo mataste, lo
mataste”, y otro venía casi dormido por lo que no se dio cuenta del accidente. Me dispuse a esperar la policía, resignado a
responder por ese hecho accidental, pero un automovilista, sin conocerlo, detuvo
su carro y me dijo: amigo, suba a su
carro, no espere más, porque si la policía te agarra te va a meter preso, andate, vete, rápido y eso me animó a
hacerlo. Apenas había encendido el carro cuando ví venir a una gran cantidad de
personas que venían con lámparas, gritando: “agárrenlo, ese lo mató, agárrenlo”.
Emprendí la marcha, mis amigos me decían metele la pata, vámonos rápido, pero
yo decidí venir despacio, pensando en mi mente que si la policía me alcanzaba,
que estaba bien. Llegué a San Salvador y ningún carro policial me siguió. Uno
de mis amigos, un buen amigo llamado Ramón, me ofreció su casa para ir a pasar
la noche, el otro, el que gritaba como loco, me ofreció su garaje para dejar mi
vehículo, cuyos daños se podían ver: parabrisas roto, caperuza abollada y sin espejo
retrovisor izquierdo, pues había quedado quebrado en el lugar del accidente.
En el desarrollo de la noche, al llegar a la casa
de mi amigo Ramón, empezó a angustiarme la idea de que la policía me
encontrara, ya no quería tener que encontrármela y me llevara preso, me
angustiaba pensar en la persona atropellada, si estaba viva o muerta, me
angustiaba aún más pensar que en el espejo retrovisor estaban mis huellas
digitales, por la constante limpieza que le había estado dando horas antes.
También me angustiaba pensar que mi amigo, el que me había vendido el vehículo,
lo podían ir a capturar, ya que el traspaso del vehículo no se había hecho en
el departamento de Tránsito, temiendo que alguien hubiese anotado las placas
del carro. Tenía un torbellino de angustias, y me acordé de las palabras de mi
amigo Wilfredo, el que me vendió su carro, que meses atrás me había hablado de
Dios, de su plan de salvación y de haberme invitado a la iglesia a donde él
iba. Ya antes lo había oído en labios de
varios amigos. Años atrás, otros amigos habían diseñado planes de evangelismo
para mi vida, incluyendo a mi primera
novia en bachillerato, pero nunca había dado mi brazo a torcer. Así que angustiado en gran manera decidí
llamar a mi amigo Wilfredo y exponerle el caso. Recuerdo que con voz temblorosa
le marqué y le conté lo sucedido y le doy gracias a Dios, Aleluya, porque la voz que oí no fue la de un acusador,
ni de una persona temerosa con dudas, sino de alguien seguro, afirmado en lo
que creía, y me dijo: “No te preocupes Roberto, todo estará bien, no tienes que
preocuparte por mí, más bien, es el momento de que pienses más en ti, en lo que
Dios te puede ayudar”. ¿Dios, -dije en mi mente? No recuerdo haberle pedido a Dios ayuda, no
recuerdo haberle confesado como mi Salvador, sino que en forma vaga tal vez le
había pedido un tipo de ayuda. Mi amigo
prosiguió: Mañana es domingo, -dijo, te espero en tal lugar, a las 8:30 AM para que
vayas conmigo a la iglesia y te pongas a cuentas con Dios. Me devolvió la paz a mi corazón. Soy poco
para que las aflicciones me quiten el sueño, también hasta en eso le doy gracias
a Dios, porque puedo dormir en paz, en cualquier circunstancia, ahora más con
la ayuda de mi Padre. A partir de ese
momento comenzaría a desarrollarse el maravilloso plan de salvación para mi
vida, pues fue a partir de este incidente en donde decidí abrir mi corazón al
Dios de Israel.
A partir de ese momento, mi boca pidiendo ayuda en
mi aflicción, ha de tener la seguridad que Jesús, mi Rey, me salva, y me ha
sostenido, me ha respaldado, me ha ayudado. No sólo me ayudó a través de mi
amigo Wilfredo a encontrarme con Él, sino a gozar de las innumerables
añadiduras en el Reino de Dios. Gracias
a él he llegado a lugares donde nunca me los imaginé llegar y aún faltan muchos
más, he comido deliciosos manjares impensables, conocido a grandes
personalidades y sobre todo a estar ministrado de su poder, de su gloria, de su
amor a las personas que así lo han pedido.
Sí amigo lector, al leer ahora este versículo “Sáname,
oh Jehová, y seré sano; sálvame, y seré salvo; porque tú eres mi alabanza” si puedo decir, CIERTAMENTE LA MANO DE DIOS
me sostiene, me ayuda, no da mi pie al resbaladero y que cada vez que le pido
sálvame de una tribulación, EL ME SALVA, que cada vez que pueda estar
quebrantado en salud, ÉL ME PUEDE SANAR con el poder de su amor. GRACIAS DIOS, GRACIAS JESÚS, GRACIAS PADRE,
GRACIAS ESPÍRITU SANTO. TE AMO ¡¡¡ESA ES MI ALABANZA!!!
domingo, 17 de marzo de 2013
DIOS YA HIZO SU PARTE, HAS TU LA TUYA
DIOS YA HIZO SU PARTE, HAS TU LA
TUYA
Apocalipsis 12: 10-12
12:10 Entonces oí una gran
voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el
poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque
ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba
delante de nuestro Dios día y noche.
12:11 Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.
12:12 Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo.
En este tiempo de marzo, mes en que el calendario romano pone a todo el mundo en perspectiva de apartar un momento, -le llaman “reflexión”- para que se acuerden de Dios, dicen, para que te vuelvas un creyente, para que haya un cambio en tu vida, etc, pues nosotros como iglesia tenemos que recordar esto: TENGO A UN DIOS VIVO, que promete estar siempre conmigo, hasta el fin del mundo y en las congregaciones donde se reúnen hombres y mujeres, ancianos y jóvenes, niños e infantes, para recordar que estamos en su presencia y que nada podemos esconder delante de Él. Esta afirmación de tener a un Dios vivo la tenemos por la Sagrada Escritura, que nos dice que Dios envió a su hijo y que por amor, se ofreció asimismo como ofrenda aceptable para siempre, muriendo, después de un gran tormento, padecimiento de dolores, de morir en una cruz, pero QUE RESUCITÓ DE ENTRE LOS MUERTOS, para que todo aquel que en el crea no se vaya a sufrir al infierno sino que venga a vida eterna, vida en abundancia. Juan 3:16
12:11 Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.
12:12 Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo.
En este tiempo de marzo, mes en que el calendario romano pone a todo el mundo en perspectiva de apartar un momento, -le llaman “reflexión”- para que se acuerden de Dios, dicen, para que te vuelvas un creyente, para que haya un cambio en tu vida, etc, pues nosotros como iglesia tenemos que recordar esto: TENGO A UN DIOS VIVO, que promete estar siempre conmigo, hasta el fin del mundo y en las congregaciones donde se reúnen hombres y mujeres, ancianos y jóvenes, niños e infantes, para recordar que estamos en su presencia y que nada podemos esconder delante de Él. Esta afirmación de tener a un Dios vivo la tenemos por la Sagrada Escritura, que nos dice que Dios envió a su hijo y que por amor, se ofreció asimismo como ofrenda aceptable para siempre, muriendo, después de un gran tormento, padecimiento de dolores, de morir en una cruz, pero QUE RESUCITÓ DE ENTRE LOS MUERTOS, para que todo aquel que en el crea no se vaya a sufrir al infierno sino que venga a vida eterna, vida en abundancia. Juan 3:16
Por ello es que
al hablar de salvación, aquel que la ha experimentado, tiene que tener muy bien
grabado en su mente y en su corazón lo siguiente:
Que ha venido de
momentos que no son agradables pero que ya han pasado y esto es que:
- De tristeza hemos venido a alegría y mi alegría es Cristo y todas las cosas que nos añade.
- De muerte hemos venido a vida
- De escasez hemos venido a abundancia
- De enfermedad hemos venido sanidad
- De ser desordenado hemos venido a ser ordenado
- De ser alguien desconocido hemos venido a ser conocidos no sólo en la tierra, sino en el cielo, no sólo por los ángeles sino también por aquellos demonios que ahora saben que en verdad, eres hijo de Dios.
Amados, Dios quiere recordarnos que la salvación es
gozo, es canto, es testimonio, es transformación, es renovación, es alabanza,
porque Dios ha cumplido su palabra, que a pesar de lo que hayamos sido en el
pasado, se fijó en nosotros, nos está
enseñando, nos está afirmando, nos está puliendo, nos está perfeccionando.
Si a una persona
que estudia, se gradúa, y aplica para meterse a una institución policial, éste,
sale a las calles y se instruye poner orden en las mismas, sí el lo desea,
puede detener en su marcha a cualquier peatón, a algún vehículo en marcha y
tanto el peatón como el que conduce el vehículo se detienen. ¿Por qué? ¿Por la fuerza o estatura, o el color de su
piel que tiene la persona que es policía? ¿Por alguna amenaza de éste? No amado, el peatón o el conductor se detienen porque el
policía tiene la autoridad de detenerlo y el poder de sancionarlo por alguna
falta que ha cometido 0 de dejarlo ir sea que haya incurrido en alguna falta,
pues ha sido delegado para ello.
Pues de esa
manera, la salvación que Dios te ha dado
ha traído consigo un beneficio tras otro, dice Apocalipsis “ Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y
la autoridad de su Cristo.
Siempre en
nuestro caminar hay momentos difíciles,
momentos de tropiezo, que nos llevan a un momento de turbación, de
shock, pero dice Pablo en su carta a los Filipenses:
“4:4 Regocijaos
en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! ” y estoy seguro que en esa actitud Dios nos
pide que demos alabanza, que demos testimonio de lo que él ha hecho por
nosotros y en nosotros y que el enemigo, Satanás, está vencido, no es creíble,
porque es padre de la mentira y que aunque te esté acusando de día y de noche,
Dios Padre, está siempre pendiente de ti, porque su entrega a través de Cristo,
fue por amor a ti.
¿Por qué he de regocijarme? Por que hay promesa grande cuando dijo
Jesús en Lucas 17:1 “Dijo Jesús a sus
discípulos: Imposible es que no vengan tropiezos; mas
¡ay de aquel por quien vienen! ” y Dios te dice hoy, mira que con la salvación
te he dado: “el poder, y el reino de nuestro Dios, y la
autoridad de su Cristo”
Aquí es, en
estos momentos de tropiezo, donde Dios
quiere que tomes la autoridad, para decirle al enemigo: ALTO, STOP, STOPED, NO SIGAS….., no más, no más miseria,
no más dolor, “DETENLO” y no porque solo lo vayas a hablar, sino porque tienes
la autoridad de detenerlo. Eso es lo que te recuerda Dios, porque ésta vencido,
y lo sigues venciendo, si se atreve a levantarse, siga venciéndolo, porque la
sangre de Cristo lo ha vencido. Esa es
la parte de Dios, esa es la parte que te has de recordar. Dile
con autoridad: “Y
daré por respuesta a mi avergonzador, Que
en tu palabra he confiado.” Salmos 119:42
Tienes el poder
para decirle: Vete, reprendo tu mala semilla, tu cizaña, aquella palabra de
muerte, de maldición, porque ya no soy un cualquiera, soy un hijo de Dios. Hoy, en la mediodía alguien conocido, no
cristiano, me maldijo, y me acordé de
aquella palabra de Génesis 12:3 pero también me acorde de esa comunión con mi
Padre y le dije, Señor, ten misericordia de esa persona, no le hagas mal
alguno, más tráela a la luz, para que conozca de lo que ha hecho y pueda gozar
de tu salvación.
El enemigo te
acusa, siempre….. no se te olvide, por eso mi mejor defensa es el ataque, ataque de oración de ayunos, de comunión. Ataque al enemigo, haciendo lo que Dios
quiere que usted haga: DE TESTIMONIO DE LO QUE DIOS HA HECHO EN SU VIDA.
LA SALVACIÓN Es un NUEVO ESTILO DE VIDA…..
Mi testimonio es
declarar algo, sobre el Reino de Dios, sobre Jesús, sobre Dios Padre, sobre
Dios Espíritu Santo y esa declaración es en privado como en público.
Me encanta ver a
niños, muchachos, adultos, ancianos, perder la pena y hablar de Cristo, en las calles, a los amigos, a los conocidos,
pero lamentablemente son pocos. Y me
encanta aún mas ver dentro de esos pocos, a los que la gente le llama locos. –Vayan a trabajar, nos dicen cuando andamos
tocando puertas, hablando de Dios; otros nos insultan, nos maldicen por lo que
somos: una amenaza a sus malas obras. El
apóstol Pablo les decía:
“Nosotros somos insensatos por amor de
Cristo…” 1ª Cor. 4:10ª,
de aquellos aventados dispuestos a hacer muchas cosas en el reino.
Contar de Cristo pareciere fuera de serie, pero requiere:
A) Seguridad, que ya Dios nos la dio.
B) Poder, que no hay nada que no podamos hacer, con la poderosa bomba
del Espíritu Santo.
C) Voluntad, de ser ese soldado de Cristo, que lucha por su patria
celestial acá en la tierra, porque se
prepara para una gran PATRIA llamado JERUSALEM.
Una vez más Dios te recuerda “Y ellos le han vencido
por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos,
y menospreciaron sus vidas hasta la muerte” Apoc. 12:11
Te pregunto a ti amado lector:
¿Dejarías rondar al ladrón cerca de tu casa? Conociendo al enemigo que es
mentiroso, destructor, asesino, ¿lo dejarás acercarte? Ciertamente este enemigo es insistente en
quererte hacer caer, pero recuérdale, esto a él y a quien quiera destruirte, a
quien no te crea, recuérdales, dile esto:
“No dará tu pie al resbaladero.” Salmo 121:
3 Y dile que la
Biblia lo dice, él me sostiene, GLORIA A DIOS.
Testifica, comprométete con Dios que en estos días
próximos, con alguien hablarás de tu salvación, de que res “hijo de Dios” de que
eres especial, que hay un tesoro dentro de ti. Háblales, pero háblales. No
importa si ya lo hiciste unas cien veces, si lo has hecho mil, sigue disparando
contra ese ladrón que quiere llegar cerca de ti, con mentiras, con chambres,
con rumores, con tonteras, NO LE HAGAS CASO y dispara palabra contra ese
mal.
Y cuando vengas a la iglesia, ven
convencido de que vienes a seguirle disparando, a rematarlo, a dejarlo como
perro revolcado. Mira lo que dice
Isaías 30:32 “Y cada golpe de la
vara justiciera que asiente Jehová sobre él, será con panderos y con arpas; y
en batalla tumultuosa peleará contra ellos.
”
Que seas conocido como el conquistador
de muchas batallas, no con tus fuerzas, sino con las del Santo Espíritu
Santo. CANTALE CON AGRADECIMIENTO. EN
ACCIÓN DE GRACIAS, EN ALABANZAS DE TUS LABIOS.
Conclusión:
a) El enemigo ya está vencido, por
medio de la Sangre
de Cristo que ha sido derramada en el altar para que tú seas limpio.
b) Que tú testimonio acerca de lo que
ha significado ser limpio por medio de Jesús nos ha permitido recuperar lo que
se había perdido, recuperar la sanidad, recuperar las finanzas, recuperar a tu
familia, recuperar tu credibilidad, tu confianza en ti mismo, recuperar lo que
hace mucho tiempo habías perdido. El
amor de Cristo está contigo y sobre nosotros.
Te amamos mucho y esperamos que en esta semana tengas muchas victorias,
muchas noticias buenas, muchas palabras de agradecimiento a Dios, muchas
palabras de amor hacia tu prójimo, que con paciencia, con comprensión puedes
hacerlo llegar a los pies de Cristo.
c) Que el enemigo, huye delante de ti,
porque en ti está el poder y la autoridad dada por Cristo y que él está delante
de Dios Padre intercediendo por ti cada día aunque hay acusador en contra de
ti. Te amamos pero no hay mayor AMOR que
éste: Que Jesús puso su vida por ti. Un
abrazo a la distancia.
Dios te bendiga. Roberto González, pastor.
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