miércoles, 3 de septiembre de 2014

LO IMPOSIBLE PARA EL HOMBRE, ES POSIBLE PARA DIOS.



LO IMPOSIBLE PARA EL HOMBRE, ES POSIBLE PARA DIOS.
Génesis 25: 19-26
25:19 Estos son los descendientes de Isaac hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac, 
25:20 y era Isaac de cuarenta años cuando tomó por mujer a Rebeca, hija de Betuel arameo de Padan-aram, hermana de Labán arameo. 
25:21 Y oró Isaac a Jehová por su mujer, que era estéril; y lo aceptó Jehová, y concibió Rebeca su mujer. 
25:22 Y los hijos luchaban dentro de ella; y dijo: Si es así, ¿para qué vivo yo? Y fue a consultar a Jehová; 
25:23 y le respondió Jehová: 
Dos naciones hay en tu seno, 
Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; 
El un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, 
Y el mayor servirá al menor. 
25:24 Cuando se cumplieron sus días para dar a luz, he aquí había gemelos en su vientre.
25:25 Y salió el primero rubio, y era todo velludo como una pelliza; y llamaron su nombre Esaú. 
25:26 Después salió su hermano, trabada su mano al calcañar de Esaú; y fue llamado su nombre Jacob. Y era Isaac de edad de sesenta años cuando ella los dio a luz.

Mi amado César Antonio, Dios te bendiga. Te escribo, especialmente porque Dios ha me ha puesto una gran carga por ti, al haberte oído el sábado recién pasado en donde me pedías que oráramos por ti y por tu petición del nacimiento de tu hijo.
Pues bien, quiero decirte que ha llegado el tiempo en tu vida que aquella instrucción que Dios dijo sobre el hombre se cumpla, pues él dijo: “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos” Gen. 1:28 y por alguna razón, el enemigo ha puesto un muro para que no haya multiplicación tal como le pasó a Isaac, pues has de acordarte de que a su padre le ha dado la promesa de ser el padre de muchas generaciones: “En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra,  desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates;” Gen. 15:18
Creo firmemente que tú has creído en Dios y en sus promesas, pero no se también si tu esposa le ha creído en Dios y si tiene ese don de fe de su salvación. Te digo esto porque Sara tuvo su momento de incredulidad cuando oyó al ángel decir esa promesa. Pero indistintamente, Abraham tuvo su dificultad como hombre por su avanzada edad pero Dios cumplió su promesa, y la clave es que tenía que saber esperar. Más sin embargo el enemigo quiso abortar esa promesa influenciando en Sara para que él fuera padre de un hijo, no el de la promesa, sino del deseo de la carne. Así nació Ismael, pero Dios siguió siendo fiel a su promesa y nació Isaac, al cabo de 25 años, pues Abraham fue llamado por Dios y su promesa cuando tenía 75 años.  Luego, pasado los años, su mismo hijo Isaac tuvo un problema con la promesa de descendencia, pues su esposa Rebeca, aquella mujer designada por Dios tampoco podía tener hijos.  Pero Isaac  tuvo que ministrar a su esposa, orando a Dios para que ella pudiese concebir.  He allí ese ánimo al que te quiero lanzar, que tú, como autoridad o sacerdote de tu casa no desistas en buscar a Dios y clamar por ese milagro y por el cumplimiento de esa instrucción que Dios te dio en Gen. 1:28 El enemigo siempre trata de desanimarnos retrasando la promesa, desanimando al hombre para que tome otra alternativa que no es la que Dios quiere que tenga. Si lees con detenimiento, Isaac  tomó por mujer a los cuarenta años y no podía concebir por esterilidad. La esterilidad, amigo es una maldición que se adquiere por diferentes razones, que merece otro estudio, pero ahora nos enfocamos en que la esterilidad es vencida, por la fe.  Veinte años pasaron, donde Isaac no dejaba de orar, nunca se desanimó, supo esperar, supo mantener la fe en alto, acudir al único que nos puede ayudar. El mundo, las enseñanzas de nuestros padres, las tradiciones nos han metido en nuestra mente que necesitamos muletas en nuestra fe, yendo al médico, tomando pastillas, etc. Esas muletas no nos dejarán caminar rectamente, pero así nos acostumbramos. Entonces es hora de creerle  firmemente, porque ya agotaste tus muletas, tus fuerzas, tus recursos, y sólo queda DIOS. Por ello me impactó tus palabras al oírte decir que oráramos. Y Dios me ha tenido dando vueltas en mi corazón para decirte estas palabras que no son palabras compradas o que salen sólo para tranquilizarte, sino para que actúes como el sacerdote que eres y que en algún momento dejaste de ejercer ese oficio.  Así que ceñite los lomos y ajústate los pantalones y de una vez por todas, ministra a tu esposa y hazle saber que hay una tarea que Dios les ha dado y es “multiplicar tu descendencia”.   El enemigo no se quedará de brazos cruzados, y pondrá aflicciones, imprevistos que nunca estuvieron en sus mentes, pero Dios te recuerda esto: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. ” Juan 16:33  La palabra Paz es SHALOM en el idioma judío y significa: nada está roto, nada nos hace falta, porque Jesús te llena de todo y restablece toda área en tu vida.
El enemigo querrá una y otra vez truncar esa promesa abrahánica, pues a Jacob, hijo de Isaac, también tuvo la misma  dificultad, su mujer Raquel era estéril, pero también obró la fe en la familia de Jacob y pudieron tener descendencia: “Y se acordó Dios de Raquel, y la oyó Dios, y le concedió hijos. ”  Gen. 30.22
Así que mi amado, ya Jesús venció toda maldición en la cruz del Calvario. Tu yo hemos trabajado juntos hombro con hombro para que muchas personas creyeran en esa promesa. ¿Cómo no has de creer firmemente en que Dios te hará sonreír con un hijo en tus brazos y tener paz en tu casa con tu esposa?  Quizás al principio tú eras el que no quería tener hijos por no tener un compromiso con la que es tu pareja, pero nuestros planes no son tus planes, sino se han de ejecutar los de Dios ha planeado en tu vida.  No es tu esposa ni tú los estériles, sino un muro que no quiere que se cumplan los planes en ustedes dos.
Te invito a que un acto de fe, ministres a tu esposa y pongas manos con aceite de oliva, unge ese vientre y declara la Palabra de Poder. Procura estar en paz, que no haya un hastiamiento del deseo de ella por ser madre y que por ello estás pidiendo hijo, sino que por un acuerdo de amor que quieren tener un hijo. Son una bendición los hijos mi hermano, tal como tú lo fuiste para tu madre y en tu caminar has sido y eres fuente de bendición para mi vida.   Tu semilla ha de fecundar ese óvulo, y el fruto será un fruto deseado, donde tendrá el calor y cariño de una madre y un padre. Háblale al vientre de ella y dile: prepárate para dar a luz, un ser bello, varón se gestará en ti. ¿Recuerdas lo que Dios le dijo a Moisés en el desierto con respecto a la roca, para darle agua de beber a un pueblo necesitado de agua? No hagas como Moisés que golpeó la roca. Sólo háblale y desata el poder  y declaro que en el tiempo de espera llegó a su fin. Dios hará algo nuevo en ustedes. Pónganse a cuenta los dos ustedes con Dios y entreguen todas sus fuerzas a él, y ÉL les hará un bien. Haz un acto de fe y compra una cuna, unos pañales, algo que les haga saber que están esperando un hijo y escoge el nombre bíblico para honrar a nuestro Dios.  Te cuento algo personal: Moisés,  mi hijo fue un milagro, nació casi diez años después de Roxana, y Gloria no podía concebir.  Después del nacimiento de mi hija ella planificaba y pasaron tres o cuatro años para decidir que viniese otro hijo y cuando lo intentamos NADA DE NADA. Fue mi esposa a pasar consulta y  le hicieron exámenes por montón y a mí también, y todo salía bien. No había razón, hasta que llegamos a los pies de Cristo, entonces puso el Señor la convicción de que un hijo varón iba a nacer y que le llamaría Moisés. Pasaron 5 años más después de esos exámenes.   A gloria, en forma separada, también Dios le reveló en sueño que su hijo se llamaría Moisés y antes no había ese servicio de ultrasonografía en donde se puede saber el sexo del feto, pero yo creí firmemente que iba a ser varón, así que me compré a los cuatro meses de embarazo un Moisés y ropa de niño, cosas de varón, y así sucedió.  Así que no te extrañes  que Dios haga algo similar en ti.
Te amo mi amado Toño y sé que tú a mí.  Dios no se queda con nada, DIOS bendice al dador alegre.  Que estas palabras te ayuden a mirar al cielo y decir. GRACIAS PAPITO, por tu amor y fidelidad.
Que DIOS BENDIGA TU DÍA.


LO IMPOSIBLE PARA EL HOMBRE, ES POSIBLE PARA DIOS.



LO IMPOSIBLE PARA EL HOMBRE, ES POSIBLE PARA DIOS.
Génesis 25: 19-26
25:19 Estos son los descendientes de Isaac hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac, 
25:20 y era Isaac de cuarenta años cuando tomó por mujer a Rebeca, hija de Betuel arameo de Padan-aram, hermana de Labán arameo. 
25:21 Y oró Isaac a Jehová por su mujer, que era estéril; y lo aceptó Jehová, y concibió Rebeca su mujer. 
25:22 Y los hijos luchaban dentro de ella; y dijo: Si es así, ¿para qué vivo yo? Y fue a consultar a Jehová; 
25:23 y le respondió Jehová: 
Dos naciones hay en tu seno, 
Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; 
El un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, 
Y el mayor servirá al menor. 
25:24 Cuando se cumplieron sus días para dar a luz, he aquí había gemelos en su vientre.
25:25 Y salió el primero rubio, y era todo velludo como una pelliza; y llamaron su nombre Esaú. 
25:26 Después salió su hermano, trabada su mano al calcañar de Esaú; y fue llamado su nombre Jacob. Y era Isaac de edad de sesenta años cuando ella los dio a luz.

Mi amado César Antonio, Dios te bendiga. Te escribo, especialmente porque Dios ha me ha puesto una gran carga por ti, al haberte oído el sábado recién pasado en donde me pedías que oráramos por ti y por tu petición del nacimiento de tu hijo.
Pues bien, quiero decirte que ha llegado el tiempo en tu vida que aquella instrucción que Dios dijo sobre el hombre se cumpla, pues él dijo: “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos” Gen. 1:28 y por alguna razón, el enemigo ha puesto un muro para que no haya multiplicación tal como le pasó a Isaac, pues has de acordarte de que a su padre le ha dado la promesa de ser el padre de muchas generaciones: “En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra,  desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates;” Gen. 15:18
Creo firmemente que tú has creído en Dios y en sus promesas, pero no se también si tu esposa le ha creído en Dios y si tiene ese don de fe de su salvación. Te digo esto porque Sara tuvo su momento de incredulidad cuando oyó al ángel decir esa promesa. Pero indistintamente, Abraham tuvo su dificultad como hombre por su avanzada edad pero Dios cumplió su promesa, y la clave es que tenía que saber esperar. Más sin embargo el enemigo quiso abortar esa promesa influenciando en Sara para que él fuera padre de un hijo, no el de la promesa, sino del deseo de la carne. Así nació Ismael, pero Dios siguió siendo fiel a su promesa y nació Isaac, al cabo de 25 años, pues Abraham fue llamado por Dios y su promesa cuando tenía 75 años.  Luego, pasado los años, su mismo hijo Isaac tuvo un problema con la promesa de descendencia, pues su esposa Rebeca, aquella mujer designada por Dios tampoco podía tener hijos.  Pero Isaac  tuvo que ministrar a su esposa, orando a Dios para que ella pudiese concebir.  He allí ese ánimo al que te quiero lanzar, que tú, como autoridad o sacerdote de tu casa no desistas en buscar a Dios y clamar por ese milagro y por el cumplimiento de esa instrucción que Dios te dio en Gen. 1:28 El enemigo siempre trata de desanimarnos retrasando la promesa, desanimando al hombre para que tome otra alternativa que no es la que Dios quiere que tenga. Si lees con detenimiento, Isaac  tomó por mujer a los cuarenta años y no podía concebir por esterilidad. La esterilidad, amigo es una maldición que se adquiere por diferentes razones, que merece otro estudio, pero ahora nos enfocamos en que la esterilidad es vencida, por la fe.  Veinte años pasaron, donde Isaac no dejaba de orar, nunca se desanimó, supo esperar, supo mantener la fe en alto, acudir al único que nos puede ayudar. El mundo, las enseñanzas de nuestros padres, las tradiciones nos han metido en nuestra mente que necesitamos muletas en nuestra fe, yendo al médico, tomando pastillas, etc. Esas muletas no nos dejarán caminar rectamente, pero así nos acostumbramos. Entonces es hora de creerle  firmemente, porque ya agotaste tus muletas, tus fuerzas, tus recursos, y sólo queda DIOS. Por ello me impactó tus palabras al oírte decir que oráramos. Y Dios me ha tenido dando vueltas en mi corazón para decirte estas palabras que no son palabras compradas o que salen sólo para tranquilizarte, sino para que actúes como el sacerdote que eres y que en algún momento dejaste de ejercer ese oficio.  Así que ceñite los lomos y ajústate los pantalones y de una vez por todas, ministra a tu esposa y hazle saber que hay una tarea que Dios les ha dado y es “multiplicar tu descendencia”.   El enemigo no se quedará de brazos cruzados, y pondrá aflicciones, imprevistos que nunca estuvieron en sus mentes, pero Dios te recuerda esto: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. ” Juan 16:33  La palabra Paz es SHALOM en el idioma judío y significa: nada está roto, nada nos hace falta, porque Jesús te llena de todo y restablece toda área en tu vida.
El enemigo querrá una y otra vez truncar esa promesa abrahánica, pues a Jacob, hijo de Isaac, también tuvo la misma  dificultad, su mujer Raquel era estéril, pero también obró la fe en la familia de Jacob y pudieron tener descendencia: “Y se acordó Dios de Raquel, y la oyó Dios, y le concedió hijos. ”  Gen. 30.22
Así que mi amado, ya Jesús venció toda maldición en la cruz del Calvario. Tu yo hemos trabajado juntos hombro con hombro para que muchas personas creyeran en esa promesa. ¿Cómo no has de creer firmemente en que Dios te hará sonreír con un hijo en tus brazos y tener paz en tu casa con tu esposa?  Quizás al principio tú eras el que no quería tener hijos por no tener un compromiso con la que es tu pareja, pero nuestros planes no son tus planes, sino se han de ejecutar los de Dios ha planeado en tu vida.  No es tu esposa ni tú los estériles, sino un muro que no quiere que se cumplan los planes en ustedes dos.
Te invito a que un acto de fe, ministres a tu esposa y pongas manos con aceite de oliva, unge ese vientre y declara la Palabra de Poder. Procura estar en paz, que no haya un hastiamiento del deseo de ella por ser madre y que por ello estás pidiendo hijo, sino que por un acuerdo de amor que quieren tener un hijo. Son una bendición los hijos mi hermano, tal como tú lo fuiste para tu madre y en tu caminar has sido y eres fuente de bendición para mi vida.   Tu semilla ha de fecundar ese óvulo, y el fruto será un fruto deseado, donde tendrá el calor y cariño de una madre y un padre. Háblale al vientre de ella y dile: prepárate para dar a luz, un ser bello, varón se gestará en ti. ¿Recuerdas lo que Dios le dijo a Moisés en el desierto con respecto a la roca, para darle agua de beber a un pueblo necesitado de agua? No hagas como Moisés que golpeó la roca. Sólo háblale y desata el poder  y declaro que en el tiempo de espera llegó a su fin. Dios hará algo nuevo en ustedes. Pónganse a cuenta los dos ustedes con Dios y entreguen todas sus fuerzas a él, y ÉL les hará un bien. Haz un acto de fe y compra una cuna, unos pañales, algo que les haga saber que están esperando un hijo y escoge el nombre bíblico para honrar a nuestro Dios.  Te cuento algo personal: Moisés,  mi hijo fue un milagro, nació casi diez años después de Roxana, y Gloria no podía concebir.  Después del nacimiento de mi hija ella planificaba y pasaron tres o cuatro años para decidir que viniese otro hijo y cuando lo intentamos NADA DE NADA. Fue mi esposa a pasar consulta y  le hicieron exámenes por montón y a mí también, y todo salía bien. No había razón, hasta que llegamos a los pies de Cristo, entonces puso el Señor la convicción de que un hijo varón iba a nacer y que le llamaría Moisés. Pasaron 5 años más después de esos exámenes.   A gloria, en forma separada, también Dios le reveló en sueño que su hijo se llamaría Moisés y antes no había ese servicio de ultrasonografía en donde se puede saber el sexo del feto, pero yo creí firmemente que iba a ser varón, así que me compré a los cuatro meses de embarazo un Moisés y ropa de niño, cosas de varón, y así sucedió.  Así que no te extrañes  que Dios haga algo similar en ti.
Te amo mi amado Toño y sé que tú a mí.  Dios no se queda con nada, DIOS bendice al dador alegre.  Que estas palabras te ayuden a mirar al cielo y decir. GRACIAS PAPITO, por tu amor y fidelidad.
Que DIOS BENDIGA TU DÍA.


LO IMPOSIBLE PARA EL HOMBRE, ES POSIBLE PARA DIOS.



LO IMPOSIBLE PARA EL HOMBRE, ES POSIBLE PARA DIOS.
Génesis 25: 19-26
25:19 Estos son los descendientes de Isaac hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac, 
25:20 y era Isaac de cuarenta años cuando tomó por mujer a Rebeca, hija de Betuel arameo de Padan-aram, hermana de Labán arameo. 
25:21 Y oró Isaac a Jehová por su mujer, que era estéril; y lo aceptó Jehová, y concibió Rebeca su mujer. 
25:22 Y los hijos luchaban dentro de ella; y dijo: Si es así, ¿para qué vivo yo? Y fue a consultar a Jehová; 
25:23 y le respondió Jehová: 
Dos naciones hay en tu seno, 
Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; 
El un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, 
Y el mayor servirá al menor. 
25:24 Cuando se cumplieron sus días para dar a luz, he aquí había gemelos en su vientre.
25:25 Y salió el primero rubio, y era todo velludo como una pelliza; y llamaron su nombre Esaú. 
25:26 Después salió su hermano, trabada su mano al calcañar de Esaú; y fue llamado su nombre Jacob. Y era Isaac de edad de sesenta años cuando ella los dio a luz.

Mi amado César Antonio, Dios te bendiga. Te escribo, especialmente porque Dios ha me ha puesto una gran carga por ti, al haberte oído el sábado recién pasado en donde me pedías que oráramos por ti y por tu petición del nacimiento de tu hijo.
Pues bien, quiero decirte que ha llegado el tiempo en tu vida que aquella instrucción que Dios dijo sobre el hombre se cumpla, pues él dijo: “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos” Gen. 1:28 y por alguna razón, el enemigo ha puesto un muro para que no haya multiplicación tal como le pasó a Isaac, pues has de acordarte de que a su padre le ha dado la promesa de ser el padre de muchas generaciones: “En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra,  desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates;” Gen. 15:18
Creo firmemente que tú has creído en Dios y en sus promesas, pero no se también si tu esposa le ha creído en Dios y si tiene ese don de fe de su salvación. Te digo esto porque Sara tuvo su momento de incredulidad cuando oyó al ángel decir esa promesa. Pero indistintamente, Abraham tuvo su dificultad como hombre por su avanzada edad pero Dios cumplió su promesa, y la clave es que tenía que saber esperar. Más sin embargo el enemigo quiso abortar esa promesa influenciando en Sara para que él fuera padre de un hijo, no el de la promesa, sino del deseo de la carne. Así nació Ismael, pero Dios siguió siendo fiel a su promesa y nació Isaac, al cabo de 25 años, pues Abraham fue llamado por Dios y su promesa cuando tenía 75 años.  Luego, pasado los años, su mismo hijo Isaac tuvo un problema con la promesa de descendencia, pues su esposa Rebeca, aquella mujer designada por Dios tampoco podía tener hijos.  Pero Isaac  tuvo que ministrar a su esposa, orando a Dios para que ella pudiese concebir.  He allí ese ánimo al que te quiero lanzar, que tú, como autoridad o sacerdote de tu casa no desistas en buscar a Dios y clamar por ese milagro y por el cumplimiento de esa instrucción que Dios te dio en Gen. 1:28 El enemigo siempre trata de desanimarnos retrasando la promesa, desanimando al hombre para que tome otra alternativa que no es la que Dios quiere que tenga. Si lees con detenimiento, Isaac  tomó por mujer a los cuarenta años y no podía concebir por esterilidad. La esterilidad, amigo es una maldición que se adquiere por diferentes razones, que merece otro estudio, pero ahora nos enfocamos en que la esterilidad es vencida, por la fe.  Veinte años pasaron, donde Isaac no dejaba de orar, nunca se desanimó, supo esperar, supo mantener la fe en alto, acudir al único que nos puede ayudar. El mundo, las enseñanzas de nuestros padres, las tradiciones nos han metido en nuestra mente que necesitamos muletas en nuestra fe, yendo al médico, tomando pastillas, etc. Esas muletas no nos dejarán caminar rectamente, pero así nos acostumbramos. Entonces es hora de creerle  firmemente, porque ya agotaste tus muletas, tus fuerzas, tus recursos, y sólo queda DIOS. Por ello me impactó tus palabras al oírte decir que oráramos. Y Dios me ha tenido dando vueltas en mi corazón para decirte estas palabras que no son palabras compradas o que salen sólo para tranquilizarte, sino para que actúes como el sacerdote que eres y que en algún momento dejaste de ejercer ese oficio.  Así que ceñite los lomos y ajústate los pantalones y de una vez por todas, ministra a tu esposa y hazle saber que hay una tarea que Dios les ha dado y es “multiplicar tu descendencia”.   El enemigo no se quedará de brazos cruzados, y pondrá aflicciones, imprevistos que nunca estuvieron en sus mentes, pero Dios te recuerda esto: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. ” Juan 16:33  La palabra Paz es SHALOM en el idioma judío y significa: nada está roto, nada nos hace falta, porque Jesús te llena de todo y restablece toda área en tu vida.
El enemigo querrá una y otra vez truncar esa promesa abrahánica, pues a Jacob, hijo de Isaac, también tuvo la misma  dificultad, su mujer Raquel era estéril, pero también obró la fe en la familia de Jacob y pudieron tener descendencia: “Y se acordó Dios de Raquel, y la oyó Dios, y le concedió hijos. ”  Gen. 30.22
Así que mi amado, ya Jesús venció toda maldición en la cruz del Calvario. Tu yo hemos trabajado juntos hombro con hombro para que muchas personas creyeran en esa promesa. ¿Cómo no has de creer firmemente en que Dios te hará sonreír con un hijo en tus brazos y tener paz en tu casa con tu esposa?  Quizás al principio tú eras el que no quería tener hijos por no tener un compromiso con la que es tu pareja, pero nuestros planes no son tus planes, sino se han de ejecutar los de Dios ha planeado en tu vida.  No es tu esposa ni tú los estériles, sino un muro que no quiere que se cumplan los planes en ustedes dos.
Te invito a que un acto de fe, ministres a tu esposa y pongas manos con aceite de oliva, unge ese vientre y declara la Palabra de Poder. Procura estar en paz, que no haya un hastiamiento del deseo de ella por ser madre y que por ello estás pidiendo hijo, sino que por un acuerdo de amor que quieren tener un hijo. Son una bendición los hijos mi hermano, tal como tú lo fuiste para tu madre y en tu caminar has sido y eres fuente de bendición para mi vida.   Tu semilla ha de fecundar ese óvulo, y el fruto será un fruto deseado, donde tendrá el calor y cariño de una madre y un padre. Háblale al vientre de ella y dile: prepárate para dar a luz, un ser bello, varón se gestará en ti. ¿Recuerdas lo que Dios le dijo a Moisés en el desierto con respecto a la roca, para darle agua de beber a un pueblo necesitado de agua? No hagas como Moisés que golpeó la roca. Sólo háblale y desata el poder  y declaro que en el tiempo de espera llegó a su fin. Dios hará algo nuevo en ustedes. Pónganse a cuenta los dos ustedes con Dios y entreguen todas sus fuerzas a él, y ÉL les hará un bien. Haz un acto de fe y compra una cuna, unos pañales, algo que les haga saber que están esperando un hijo y escoge el nombre bíblico para honrar a nuestro Dios.  Te cuento algo personal: Moisés,  mi hijo fue un milagro, nació casi diez años después de Roxana, y Gloria no podía concebir.  Después del nacimiento de mi hija ella planificaba y pasaron tres o cuatro años para decidir que viniese otro hijo y cuando lo intentamos NADA DE NADA. Fue mi esposa a pasar consulta y  le hicieron exámenes por montón y a mí también, y todo salía bien. No había razón, hasta que llegamos a los pies de Cristo, entonces puso el Señor la convicción de que un hijo varón iba a nacer y que le llamaría Moisés. Pasaron 5 años más después de esos exámenes.   A gloria, en forma separada, también Dios le reveló en sueño que su hijo se llamaría Moisés y antes no había ese servicio de ultrasonografía en donde se puede saber el sexo del feto, pero yo creí firmemente que iba a ser varón, así que me compré a los cuatro meses de embarazo un Moisés y ropa de niño, cosas de varón, y así sucedió.  Así que no te extrañes  que Dios haga algo similar en ti.
Te amo mi amado Toño y sé que tú a mí.  Dios no se queda con nada, DIOS bendice al dador alegre.  Que estas palabras te ayuden a mirar al cielo y decir. GRACIAS PAPITO, por tu amor y fidelidad.
Que DIOS BENDIGA TU DÍA.


miércoles, 20 de agosto de 2014

LOS ADULTOS DE LA IGLESIA CON CABEZA DE NIÑO



LOS  ADULTOS  DE LA IGLESIA CON CABEZA DE NIÑO
1ª. Corintios 3:1-8
3:1 De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. 
3:2 Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, 
3:3 porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? 
3:4 Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales? 
3:5 ¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. 
3:6 Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios.
3:7 Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. 
3:8 Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. 
Una vez más Dios quiere hablarle a su pueblo, a sus hijos a través de sus pastores, a través de sus mentores. Dice Efesios  4:12 “a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo”    Vemos entonces una situación peculiar en esta iglesia de Corinto, que Pablo quería edificar a la Iglesia, a prepararla como un todo, pero encuentra a personas que no querían edificación para un todo sino para ellos mismos en particular.
Hay momentos en la iglesia que debemos de estar 100% espirituales, momentos que no se repiten en la casa o en el trabajo, porque no se presta el ambiente porque no encontramos: otros adoradores, solemnidad, adoración, apartados para Dios. Y Pablo quería edificar a la iglesia, pero encontraba a personas que sólo llegaban a sentarse en la silla, que sabían lo básico, pero no querían conocer más, pues veían a lo que están delante de sus ojos y no más allá de sus ojos.
Así que veamos algunos puntos en este estudio de esta porción:
A)     Dios quiere hacerte crecer, hablándote como un hijo del Reino y no como un hijo mundano.  Ver. 3:1
B)      Dios quiere darte a conocer grandes cosas, a través de su Espíritu Santo.  Ver.3:2  Ya lo dice Pablo algunos versículos atrás en 2:12 “Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, ” pero requiere atención, requiere pasión y requiere que tengas mente de hijo.  Por ello en Jeremías  33:3 te dice:”Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. ” Siempre les he dicho que cuando clamamos es porque estamos en apuros, que ya no hay nada que hacer por nuestras propias fuerzas y es entonces en donde sentarnos a escuchar detenidamente es la única opción. Es entonces que hay que seguir dándoles lo mismo básico: Pórtese bien, venga temprano, salude a su hermano, no sea rencoroso, etc. y no pasamos a otra etapa porque no hay lugar ni tiempo en su corazón para aprender más de Dios.
C)      Algunas personas creyentes se resisten a dejar algunas costumbres del pasado:  Celos, pleitos, contiendas y disenciones: (Falta de acuerdo o de aceptación, por parte de una persona, de una situación, una decisión o una opinión. disconformidad, discrepancia, disentimiento) Esto encontró Pablo en los creyentes de Corinto, por lo tanto, esto no permitía pasar a otro nivel.  Ver. 3:3 
¿Sabías que los celos, contiendas y disensiones son de personas carnales, que no conocen del sacrificio de Jesús en la Cruz del calvario?
Si eres creyente, evita los celos, especialmente en los compañeros de milicia, y en el hogar.
D)     No ponga la mirada en las personas ni se haga seguidores de ellos.  Ver.3:4-5  Muchas son las personas que han creído a través de personas servidoras de Dios. Pero en una iglesia, siempre la mirada tiene que estar en Jesús. Ciertamente el pastor es la cabeza de la iglesia local, y es a través de él quien Dios te habla. Pero en la iglesia no hay dos cabezas, porque eso es anti bíblico. Y mucha s personas engordan a otros líderes con sus alagos, con sus pensamientos, y éstos se sienten que tienen poder, que tienen seguidores y que a la menor discrepancia con el pastor, se quieren ir con ovejas del redil y la oveja se va con él, por el aprecio, por la amistad….pero nadie entra al cielo por aprecio, por amistad, sino por seguir al blanco que es Jesús.
E)      No se olvide que de que sin la mano de Dios, nada crece. Ver. 3:6 Todos, hasta la naturaleza misma no puede crecer si no hay lluvia del cielo, que en otras palabras es la mano de Dios. No es el hombre, no es por lo que sabe,   no es por lo que hace, por lo que tiene, que usted va a poner su mirada en él. Ciertamente Dios lo ha puesto en un redil, donde su pastor es alguien puesto por Dios. Debemos de guardarle respeto, admiración, pero no ser un fanático del evangelio siguiéndolo a él ni a otra persona porque hace una cosa u otra. Si lo hacemos estamos siendo niños todavía, porque los  hombres, sólo son colaboradores de Dios.
F)      Todos somos miembros de Cristo, y no todos hacemos la misma cosa. Unos predican, otros cantan, otros sirven barriendo, otros ayunan, otros son evangelistas, pero en una iglesia todos somos contribuimos a una causa: Adorar a Dios y todos somos una misma familia, pero cada uno recibirá su propia recompensa, de acuerdo a su esfuerzo en su labor. Ver. 3:8
Al estar Pablo dedicado a arreglar estos asuntos entre su rebaño, detenía el crecimiento de la iglesia misma, pues había que comenzar de nuevo a enseñar a esas personas. Ellas mismas estancan la obra, y detienen el crecimiento de cada miembro.  Ciertamente hay espacio para la amonestación y corrección de las cosas, y se tienen que corregir a tiempo para que la obra siga y crezca. Así que si en nuestra iglesia hay este tipo de personas debemos de sentarnos con ellas, de hacerles ver su error y comenzar de nuevo, advirtiendo que si no cambian ellas son las que quedarán estancadas, que siguen siendo niños con cabeza de adulto  y que nos tenemos que  meter a la visión y misión de la iglesia.  CRISTO VIENE PRONTO, PREPÁRATE.