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miércoles, 29 de junio de 2011

LA PERSISTENCIA Y LA HOSPITALIDAD PAGA BIEN


LA PERSISTENCIA Y LA HOSPITALIDAD PAGA BIEN
1º. Reyes 4:8-17
4:8 Aconteció también que un día pasaba Eliseo por Sunem; y había allí una mujer importante, que le invitaba insistentemente a que comiese; y cuando él pasaba por allí, venía a la casa de ella a comer. 
4:9 Y ella dijo a su marido: He aquí ahora, yo entiendo que éste que siempre pasa por nuestra casa, es varón santo de Dios. 
4:10 Yo te ruego que hagamos un pequeño aposento de paredes, y pongamos allí cama, mesa, silla y candelero, para que cuando él viniere a nosotros, se quede en él. 
4:11 Y aconteció que un día vino él por allí, y se quedó en aquel aposento, y allí durmió. 
4:12 Entonces dijo a Giezi su criado: Llama a esta sunamita. Y cuando la llamó, vino ella delante de él. 
4:13 Dijo él entonces a Giezi: Dile: He aquí tú has estado solícita por nosotros con todo este esmero; ¿qué quieres que haga por ti? ¿Necesitas que hable por ti al rey, o al general del ejército? Y ella respondió: Yo habito en medio de mi pueblo. 
4:14 Y él dijo: ¿Qué, pues, haremos por ella? Y Giezi respondió: He aquí que ella no tiene hijo, y su marido es viejo. 
4:15 Dijo entonces: Llámala. Y él la llamó, y ella se paró a la puerta. 
4:16 Y él le dijo: El año que viene, por este tiempo, abrazarás un hijo. Y ella dijo: No, señor mío, varón de Dios, no hagas burla de tu sierva. 
4:17 Mas la mujer concibió, y dio a luz un hijo el año siguiente, en el tiempo que Eliseo le había dicho. 
4:18 Y el niño creció. Pero aconteció un día, que vino a su padre, que estaba con los segadores; 
4:19 y dijo a su padre: ¡Ay, mi cabeza, mi cabeza! Y el padre dijo a un criado: Llévalo a su madre. 
4:20 Y habiéndole él tomado y traído a su madre, estuvo sentado en sus rodillas hasta el mediodía, y murió. 
4:21 Ella entonces subió, y lo puso sobre la cama del varón de Dios, y cerrando la puerta, se salió. 
4:22 Llamando luego a su marido, le dijo: Te ruego que envíes conmigo a alguno de los criados y una de las asnas, para que yo vaya corriendo al varón de Dios, y regrese. 
4:23 El dijo: ¿Para qué vas a verle hoy? No es nueva luna, ni día de reposo. Y ella respondió: Paz. 

 

Creo que muchas veces hemos necesitado de un auxilio, aunque sea de un vaso de agua en un día común y corriente. En el relato de la Biblia de hoy, encontramos a una mujer que saca a flote el dote de hospitalaria y de persistencia. Ciertamente hay una gran verdad cuando leemos lo que el libro de Hebreos 13:2 nos dice: No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles  y estoy más que convencido que esta mujer sunamita conocía esta verdad.

Me gusta mucho la personalidad de esta mujer a saber de las siguientes actitudes:
1.      Servir a los demás,  a pesar de ser una mujer “!importante” sobresale en ella el hacer más de lo que se espera de nosotros.

2.      Era persistente al ofrecer su ayuda. Algunas personas ofrecen ayuda sólo por salir de un compromiso o de una necesidad. Esta mujer nos refleja lo que el apóstol Pablo nos dice en Gálatas 6:9: No nos cansemos, pues, de hacer bien; y en 2ª. de Tesalonicenses 3:13 nos dice: Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer bien.

3.       Ayuda a los de la familia de la fe. Discernía que hay personas que bien merecen ayudarles, aun cuando no lo necesiten o no lo pidan. Gálatas 6:10 nos dice:Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.

4.      No era una persona interesada. Hay personas que sabiendo que sirven a personalidades esperan de ellos algún favor más adelante. A esta mujer  se le pregunta si desea una buena recomendación con los más altos dignatarios de la nación, más ella saca a relucir su humildad. 

5.      Recibe con humildad su regalo: un hijo. Contrario al enemigo nuestro, del cual hay un dicho que reza: “Mal paga el diablo al que bien le sirve”, nuestro Dios siempre recompensa a sus siervos aún cuando sea un vaso de agua que hemos servido. San Marcos, ilustra la vida de Jesús como el servidor o siervo bajado del cielo y nos dice en el cap. 9: 41   Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perderá su recompensa.

6.      Se refleja en ella el prototipo de madre abnegada.  Muchos padres(hombres) delegamos en la esposa el cuido de los hijos especialmente cuando están enfermos. Si lees en cap.4, ver 19 y 20 encontramos que el niño se queja de un dolor y el padre, en vez de auxiliarlo en el momento, sea porque estaba ocupado o comprometido en otros quehaceres laborales, le dice que se vaya para donde su madre. Ella lo recibe y muere en sus brazos, después de estar toda la mañana acompañando en el sufrimiento a su hijo. Me recuerda esta porción de la Biblia de mismo sufrimiento que tuvo María, la madre de Jesús, al estar contemplando el maltrato, el sufrimiento o dolor de su hijo desde su camino al Calvario hasta morir en la cruz.  

7.      Su amargura no la descarga con su esposo, ni mucho menos con el criado de Eliseo.  Ella concibió un hijo sin pedirlo, y por ello, va a donde siempre debe ir una mujer en amargura o en dolor: a buscar consejo de Dios con alguien que le ayude y entienda, con un hermano de la iglesia, con el pastor o el diácono o anciano de la iglesia y no pedir ayuda al vecino, al de la calle, o al de la tienda, etc. Su actitud ante la respuesta del esposo, Ver. 23, cuando ella le dice que va a ir a buscar al profeta, es admirable y digna de imitar, pues evita la confrontación.

8.      Expresa fehacientemente “NO TE DEJARÉ”  En situaciones de angustia, de amargura o de dolor, es cuando más debemos de ser persistentes al clamor a Dios y a su misericordia. No hay que desmayar ni tampoco hay que rendirse ante circunstancias negativas. La Biblia nos dice en Romanos 8:28 que los aman a Dios todas las cosas nos ayudan a bien.

9.      Dios siempre bendice para bien y hace las cosas bien y nada hace a medias.  El regalo que recibió esta mujer era un hijo, un legado de Jehová para ella y su esposo. Esta mujer encontró la respuesta que todos debemos de saber: DIOS ES SOBERANO Y BUENO. Sí el permitió la vida en su vientre, si permitió que naciera, si permitió que creciera, si permitió que muriera, también puede dar vida a lo que por alguna razón estaba muerto. Sea cual sea lo que Dios nos dio y dejamos que muriera sea el amor fraternal, el amor conyugal, sea el llamado que nos diera, el servicio, el ministerio, los hijos, etc.  también con la ayuda de Dios podemos recuperarlos, aún cuando los demás estimen por perdido. Si fuera por el padre, quizás el sentimiento de culpa le hubiera embargado y lo que hubiese hecho es nada más lamentarse y darle sepultura. Ella hizo algo más, recurrir a buscar ayuda de Dios a través de aquella persona que la bendijo.

Amado hermano o hermana, no pretendo echar flores a siervos o servidores como yo y que tengamos reverencia o buen trato sólo por tener el cargo o título. Pero es bueno decirle que hacer el bien y perseverar en hacerlo trae recompensas no sólo en el cielo sino también en la tierra. La hospitalidad aunada con la persistencia en hacer bien las cosas, no por compromiso, sino por amor, por amor a Cristo, es cuando encontramos que Dios abre puertas en donde menos pensamos. Yo, sólo quiero decirte que cuando más le he servido de corazón a Dios es cuando más me ha bendecido sin haberlo pedido. Todavía lo hace, y deseo siempre hacerlo bien para él y con él. Te animo a que tú también hagas todo servicio con la mejor eficiencia posible y que practiques la hospitalidad con cualquiera, especialmente con los de la iglesia y los de tu casa. Tú, puedes estar ayudando a un ángel de Dios. 

Oración:
Gracias Padre por la oportunidad de servir y de ayudar en mi comunidad, en mi iglesia o en mi trabajo. Permite mantener ese fuego de servicio hasta el último día de nuestra vida y decirte que so aún no he practicado esto, que tengas misericordia de mí y que me reveles y capacites el como hacerlo, porque soy tu hijo, soy tu siervo, soy tu esclavo, en el nombre de JESÚS, Amén.

Roberto González, pastor.
   



miércoles, 5 de mayo de 2010

¿DONDE ESTÁ TU HACHA?


DONDE ESTA TU HACHA
2º. Reyes  6:1-7
6:1 Los hijos de los profetas dijeron a Eliseo: He aquí, el lugar en que moramos contigo nos es estrecho. 
6:2 Vamos ahora al Jordán, y tomemos de allí cada uno una viga, y hagamos allí lugar en que habitemos. Y él dijo: Andad. 
6:3 Y dijo uno: Te rogamos que vengas con tus siervos. Y él respondió: Yo iré. 
6:4 Se fue, pues, con ellos; y cuando llegaron al Jordán, cortaron la madera. 
6:5 Y aconteció que mientras uno derribaba un árbol, se le cayó el hacha en el agua; y gritó diciendo: ¡Ah, señor mío, era prestada! 
6:6 El varón de Dios preguntó: ¿Dónde cayó? Y él le mostró el lugar. Entonces cortó él un palo, y lo echó allí; e hizo flotar el hierro. 
6:7 Y dijo: Tómalo. Y él extendió la mano, y lo tomó.



De pequeño, anhelaba ser un líder en mi escuela con aquel grupo de amigos del grado que cursaba. Tenía 14 años, cuando iba a séptimo grado en la escuela que recién me habían matriculado, pues había emigrado del interior del país y provenía del campo, olía a “hierba” por mi manera de expresarme, de vestirme, de pensar. Pero bien aún así, deseaba que me algunos de mis compañeros de mi sección me siguieran, en los juegos, en la clase, en las tareas. No quería seguir a otros sino que me siguieran. Como comprenderán no hubo tal satisfacción en mis primeros años de emigración, sino que fue dos años más tarde donde fui presidente de mi grado y dos años más tarde fui presidente consecutivo de mis años de bachillerato(educación media) y terminé siendo presidente del Consejo de Alumnos del Instituto donde me gradué como bachiller. Era el Presidente de presidentes de toda una escuela de prestigio. Desde entonces pienso, Dios quiso ponerme ante muchas personas, sirviendo a los demás. Pues bien, entrando en materia con el texto bíblico arriba descrito, resulta que Eliseo era todo un persona digno de seguir, inspiraba confianza, era convincente en lo que hablaba y de sus milagros que hacía con el favor de Dios. Acuérdese de que él pidió doble porción del espíritu de Elías. Tanto era su fama, que muchos le seguían, querían que él fuera su maestro, querían aprender de él, querían ser instruidos en lo mejor: ¡La bendita Palabra de Dios! No hay mejor cosa, que se nos instruya en ella. Fue tanta la afluencia de aquellos jóvenes hijos de profetas que el lugar donde estaba su centro de instrucción quedo estrecho y decidieron ampliarlo, decidieron trabajar en equipo, decidieron estar mejor no sólo por los que ya estaban sino por aquellos nuevos que iban a venir a él.  Podemos decir que en esta comunidad estaba la humildad, la sencillez, honradez y que en alguna medida eran pobres, pues uno de ellos andaba un hacha que no era de él.
Pero dentro de todo este rollo, podemos decir así, en el espíritu de cada uno de ellos estaba un objetivo: ¡Trabajar! Y ser disciplinados por su maestro, por su padre espiritual. ¿cuantos de nosotros nos gusta que nos supervisen nuestro trabajo? Algunos dicen que trabajando con la mirada puesta encima del jefe o patrón no se trabaja bien, nos ponemos nerviosos, pero en realidad aquel buen maestro o jefe lo que hará es siempre orientarte como hacer un buen trabajo, aunque sea en pequeños detalles, debes de aprender para que la obra, en todo su transfondo se vea bien.
Ciertamente debemos de imitar la fe de aquel pastor o hermano que me habló del Plan de Salvación” Hebreos 13:7 nos dice: Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe. 
Pero ahora veamos el tema central de este mensaje: ¿Dónde está tu hacha? ¿No es cierto que cuando empezamos a ir a la iglesia o a la casa de oración empezamos con buenos propósitos, con el deseo de un cambio en nuestras vidas? ¿No es cierto que estando establecido ya establecido en la iglesia nos proponemos servir a Dios en un ministerio incondicionalmente y bajo la autoridad del pastor? Pero tristemente nos ocurre como aquel jovén hijo de profeta que salió a trabajar con los demás entusiasmado con su hacha a talar cuanto árbol se le pusiera en frente. Salió con sólidos propósitos, pero algo pasó en el transcurso de su trabajo, descuidó por un momento su instrumento de trabajo, quizás no se percató de que no tenía buena cuña para socar el hacha con el madero, quizás no la afiló como se debía, pues es bien conocido que cuando un cuchillo, una sierra o un hacha es bien afilada, el cortar madera u otro objeto es fácil, no se necesita mucho esfuerzo, quizás no sintió aquel movimiento inestable en la misma (algunas veces no nos damos cuenta cuando se nos poncha el neumático, quizás por las distracciones del momento, de la vida cotidiana, etc) y terminó sólo con el palo, palo que quizás terminó lastimando a él mismo su mano. Algunos no nos damos cuenta de que el hacha se cayó al agua, y nos hemos quedado sólo con el palo, hablando del amor de Dios, pero sin la presencia de Dios en nuestras vidas, sin esa preciosa unción de su Espíritu Santo. Otros hemos querido darle un mejor futuro a nuestros hijos y nos fuimos a trabajar lejos, muy lejos, o trabajamos más de la cuenta a tal grado que el hacha se nos ha caído y nos hemos quedado con ese palo con el que golpeamos a nuestros hijos, no sólo físicamente sino verbalmente, avergonzamos a nuestras esposas o esposos, peleamos con medio mundo, ¡SE NOS CAYÓ EL HACHA!
Mira, como pastor te he de comentar y no es para jactarme, que como líder he andado juntamente con los servidores de la iglesia participando en toda la labor ministerial: Evangelizando, ministrando enfermos en hospitales, visitando presos en las cárceles, intercediendo por los caídos en combate e inclusive  en las ventas que se preparan y hacen vendiendo en las calles, en los negocios y hasta en la playa ofreciendo comida, tratando de recoger fondos para beneficio de la iglesia. Apoyamos toda buena obra que se les ocurra ya sea participando activamente o financieramente, pues la idea es que sepan que tienen a un líder que les ama, que les apoya, que les quiere ver mejor. He tenido la satisfacción de preparar a muchos líderes, jóvenes, adultos, ancianos, porque han comenzado con ese buen propósito de trabajar en la obra, en ellos mismos, por su familia, por su propia paz, pero con el tiempo, a algunos se le ha caído el hacha y ahora le echan la culpa al líder, al pastor, a la iglesia, al patrón, etc. cuando en realidad es en ellos que está la falta. Con esto quiero que no me malinterpretes: No Soy Perfecto, tengo muchas fallas, pero aquí viene la conclusión:
Dios sabe de nuestra necesidad de hacer un cambio en nuestra  vida y quiero exhortarte de que lo busques con todo el corazón, con todas tus fuerzas, con toda tu alma. Tu hacha es tu Biblia, tu hacha es tu iglesia, tu hacha es tu habilidad o don con el que Dios te ha equipado, tu hacha es la gracia que Dios ha puesto en ti para hacer riquezas, para hacer amigos, tu hacha es esa linda habilidad de entender la Biblia. Por lo tanto si has perdido esa hacha, quiero decirte que hoy es el momento de pedir a Dios a que nos la reponga con la mejor marca posible. El te puede hacer el milagro porque eres un servidor de Dios.

ORACION:
Amado Padre de toda gracia, queremos pedirte perdón si por mi causa, por mi negligencia HE PERDIDO MI HACHA, que tu me diste en la Cruz del Calvario. Te amo y quiero aprender más con aquel que me has puesto como pastor, como mi guía terrenal y edificar a mis hijos, a mi familia, a mi empresa, a mi grupo de trabajo en el amor de Cristo Jesús.

DIOS LES BENDIGA