martes, 25 de marzo de 2014

TRES MANERAS DE ENOJAR A DIOS



TRES MANERAS DE ENOJAR A DIOS
 Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. 
De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.
Y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía.
Marcos 10:14-16


Empezaremos diciéndote que nuestro Padre Celestial quiere ver a sus hijos, a sus escogidos siempre alegres, no tristes. Cuando nosotros como padres les damos instrucciones a nuestros hijos y ellos obedecen al pie de la letra, nosotros nos sentimos complacidos pero cuando ellos no hacen las cosas que les indicamos o hacen lo contrario a lo que se les dice, entonces es cuando nos sentimos frustrados, entristecidos.
La Biblia nos dice: “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.  Efe. 4:30 es el momento en que hacemos sentir triste a Dios por nuestras maneras de actuar, de hablar, de pensar, de dejar que otros arrebaten las bendiciones y no nosotros, de permitir al enemigo sembrarnos cizaña, de dejar que otros hagan por nosotros lo que nosotros tenemos que hacer. 
Pues bien, el punto que hoy tratamos no es la tristeza de Dios que le provocamos sino algo más terrible y es su enojo y hasta cierto punto la ira.
La Biblia nos narra en el nuevo testamento tres ocasiones en que nuestro amado Jesús se enojó por algunas situaciones en la que nosotros podemos caer también. Veamos:

1.   En una sinagoga, cuando un hombre que tenía una mano seca necesitaba que lo curara, y los líderes religiosos acechaban a Jesús  para ver si lo hacía durante el sábado.
Marcos 3:3-5
3:3 Entonces dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate y ponte en medio.
3:4 Y les dijo: ¿Es lícito en los días de reposo hacer bien, o hacer mal; salvar la vida, o quitarla? Pero ellos callaban. 
3:5 Entonces, mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y la mano le fue restaurada sana. 
Cuando el hombre es duro de cerviz, duro de corazón refleja hipocresía en todo su ser. Se vuelve religioso y no sensible al llamado del Espíritu Santo. Esa es una de las lecciones que nos da Jesús: ser sensibles al dolor ajeno y no sólo decirle “te voy a llevar en oración”, sino provocar que aquel amigo o hermano pueda ser tocado por la presencia de Dios mismos en sus corazones haciendo un toque de fe. Querían estar en el Templo de Dios pero no querían oír a Dios, son hombres de doble ánimo. Eso enoja a Dios, la hipocresía, la religiosidad y no ser sensible al dolor del hermano y no dejar que la obra de Dios se lleve a cabo. Muchos se oponen a lo que Dios quiere hacer en la vida de sus hijos, en la vida del drogadicto, del delincuente. Nos hemos topado con padres de familia que viendo que su hijo a comenzado a oír alabanzas o ir a un culto de alguna iglesia cercana, no lo dejan y le dicen que no es correcto, que él tiene que ir a este u otro lugar no dejando que el muchacho o persona pueda llegar a los pies de Cristo.

2.    En una reunión multitudinaria, en donde los discípulos de Jesús bloqueaban a los padres de familia y a los niños para que no llegasen a Jesús. 
Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios.
En la forma de revelación que Dios me dio para esta reflexión es que nosotros algunas veces somos torpes para poner en práctica lo enseñado.  Hemos pasado por etapas de preparación en esto y en lo otro y en donde tenemos que estar como dicen bien afilados para hacer las cosas bien no lo hacemos. ¿Porqué le digo esto? Veamos la situación de estos discípulos.
Leamos el Cap. 9  Marcos  en ver. 33 y 34
9:33 Y llegó a Capernaum; y cuando estuvo en casa, les preguntó: ¿Qué disputabais entre vosotros en el camino?
9:34 Mas ellos callaron; porque en el camino habían disputado entre sí, quién había de ser el mayor
Ellos habían estado discutiendo quien había de ser el mayor. En algo de este mundo se habían inspirado para decir que quien era el mayor, una jerarquía que a algunos les hace ver la idea de autoridad, de poder mandar, de tener poder, fama, etc. Es la típica manera de comenzar a pensar que si que por ser el más antiguo en el trabajo me darán el ascenso, que por ser el más cercano al jefe, que por ser el más servicial, el que más hace por la empresa, etc, y no tomamos en cuenta que no depende de nosotros sino del patrón y en este caso Jesús les iba a dar la lección más grande de toda su vida con ellos y ellos no la aprendieron como debía de ser y era que en para el Padre Celestial hay un principio muy importante: Los niños sí importan.  

“Y tomó a un niño, y lo puso en medio de ellos; y tomándole en sus brazos, les dijo:   El que reciba en mi nombre a un niño como este, me recibe a mí; y el que a mí me recibe, no me recibe a mí sino al que me envió”  Marcos 9:36-37
En ese tiempo de Jesús los niños y las mujeres no eran tomadas en cuenta en los censos y por consiguiente también eran olvidados por los adultos en circunstancias sociales. Por lo tanto en la case de Pedro en Carpenaum nadie había prestado atención a la presencia del niño, para los discípulos sólo era parte de la escena, invisible y sin importancia. Algunos de nosotros aún mantenemos esa actitud y peor aún: sólo ser vistos pero no oídos.
Así que para llegar al corazón de los discípulos, Jesús ve el panorama de ellos, y de seguro estuvo en su pensamiento que ellos fueron niños alguna vez y que retrocediendo unos cuantos años atrás pudieran ellos entender el mensaje:
La Escritura dice que Jesús tuvo a este niño parado entre ellos posiblemente todo el  tiempo para que ellos lo vieran bien antes de que el que niño corriera a su regazo. Llegó el momento de que Jesús les habló y les dijo: Les aseguro que a menos que ustedes cambien y se vuelvan como niños, no entrarán al Reino de Los Cielos (Mt. 18:3 y como estaban hablando de quienes iba a ser el mayor, esta parte les entraba como a profundidad, pues ni muchos serían grandes en él. La palabra “cambio” es la misma palaba que Pedro utilizó en el día de Pentecostés cuando enfrentó a la multitud por su participación en la crucifixión de Jesús: Así que “arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados(Hechos 3:19)
Les enseñó entonces que el que recibiera a un niño como el que tenía en los brazos era una situación muy especial, agradable a Dios pero aún más grande era esto otro:
Mt. 18: 4 “Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos.”   Tenían ellos entonces el reto de que su corazón debiese de ser como ese niño olvidado, marginado, pero que siempre está con esa buena actitud de creer, de obedecer, de estirar sus brazos a sus semejantes.  Hasta aquí Jesús estaba terminando de hablar acerca de la grandeza del Reino. El relato de Lucas dice: “Porque el que es más pequeño entre todos vosotros, ese es el más grande” Luc. 9:48   Ellos pensaban de quizás cómo iban a ser grandes ante Jesús, pero la realidad era ser humildes y con un alma llena de sinceridad, de servir, de olvidar los agravios.
Marcos  da un paso más allá: “El que recibe en mi nombre a un niño como éste, me recibe a mí, y el que a mí me recibe, no me recibe a mí sino al que me envió (Mr. 9:37)
Con esto derribaba todo argumento de la discusión del camino entre los discípulos y nos hemos de imaginar que quedaron sorprendidos e impactados  a medida que comprendían las palabras de Jesús. Esto sembraba en los corazones de ellos una modalidad nueva: sembrar generosidad entre los niños es lo mismo que hacer un acto para Jesús y para con el padre.  Eso era lo que Jesús les había enseñado y se olvidó a ellos tan prontamente. Eso mismo ha pasado con la iglesia de hoy. Le damos más importancia a los adultos que a los niños.  Son pocas las personas que siembran en los niños e iglesias que sus salones para los niños sean los más cómodos, con aire acondicionado, con alfombras, muebles, literatura, etc, para ellos.  Algunas iglesias no trabajan con niños, porque ellos no diezman, no ofrendan, sólo son carga para la iglesia cuando eso, que hacemos de olvidarnos de ellos hace enojar a Dios.
Entonces, el enojo de Jesús fue eso: la torpeza de los discípulos de haber olvidado esa enseñanza y que estaban bloqueando a los niños hacia él. ¿Entiende usted ahora el porqué se enojó Jesús? 


3.   La otra ocasión en donde Jesús se enojó fue encontrar en el Templo de Jerusalem tanta corrupción y comercio.
Veamos Juan 2:14-15
“y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados.  Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas”
El dinero amado lector corrompe a muchas personas. Asistir al templo de Jerusalem era algo sagrado cuya honra a Dios es llevar una ofrenda. Ofrenda que para muchos de los judíos era acorde a su posición social. Pero habían hombres que se dejaban sobornar y presentaban ofrendas que no correspondían a su clase. Se guardaban para así alguna moneda. Por ello Dios dice: ¿robará el hombre a Dios” Los judíos en ese entonces eran como extranjeros entre los romanos y la moneda que circulaba era del Cesar y por lo tanto existían los famosos cambistas que hacía el cambio de la moneda por la moneda del templo. Entre esos negocios existía el interés, la usura, el amor al dinero y olvidaban a Dios. Me ha pasado como pastor ver a mi hermanita más servidora y otras por ahí haciendo comercio, vendiendo números para rifas en el momento del culto, cuando no debiese ser así y sé que en el fondo de ellas es ayudar a la iglesia pero nuestro corazón se corrompe ante tanto negocio que se vuelca a favor de otras cosas.
Procura no hacer enojar a Dios, a Jesús. Seamos sensibles a la necesidad de los hermanos, de la misma familia  y dejemos de ser religiosos; dejemos de ser torpes en la práctica de la enseñanza que él nos da y no nos corrompamos por amor al dinero.  El que tenga oídos para oír que oiga.

 Roberto Ernesto González
Pastor Iglesia

sábado, 25 de enero de 2014

SIENTE LA ALABANZA DENTRO DE TÍ.







Mis enemigo quedaron atrás, cayeron y perecieron delante de ti Jehová.
Siente la alabanza dentro de ti que fluya como agradable incienso ante nuestro Dios.



martes, 14 de enero de 2014

UNO DE LOS FRUTOS PRECIADOS: LA OBEDIENCIA AL CIEN POR CIENTO

UNO DE LOS FRUTOS PRECIADOS: LA OBEDIENCIA AL CIEN POR CIENTO
: “Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos.  ” 1er. Libro Samuel 15:3



Dicen los eruditos en letras, que la obediencia Indica el proceso que conduce de la escucha atenta a la acción, que puede ser puramente pasiva o exterior.

La Biblia, en el libro de Génesis empieza a  narrar la existencia del hombre, su reinado, su señorío, pero sobre todo dándole una orden o instrucción para que obedeciera al que lo creó a imagen y semejanza suya: Dios. ¿Cuál era esa instrucción?  Dice Gen. 2: “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás
Escuchar atentamente implica que el hombre debe de razonar las consecuencias de hacer las cosas tal como se las han dicho como las consecuencias de no hacerlo.  Muchas personas juegan con su vida, de su existencia, a pesar de que le dicen que fumar es malo, de que tomar le puede provocar cirrosis, de que estar metido con dos o más mujeres le puede traer alguna complicación judicial o social con la familia. Es en el Edén, en donde la familia estaba constituida en donde el hombre, el que tenía el señorío y la instrucción de expandir el Reino de Dios, comete  el acto de desobedecer a Dios y prevalece la voz de la mujer y no la de Dios.
Ciertamente Eva comió del fruto prohibido, pero no pasó nada, porque ella no era la del mandato, porque ella estaba sujeta a su esposo y era él el que tenía que discernir que tipo de amonestación recibiría, sí intercedía por ella ante Dios, o algo tenía que hacer. Pero al comer Adán, entonces si “tronó Troya” porque él si era el llamado a obedecer, pues él tenía toda la potestad en su corazón para hacerlo.
¿Qué estrategia usa el enemigo para hacer caer a aquel que es llamado a obedecer? 
Adán por sí solo no hubiese caído en la trampa, porque estaba seguro del mandato de Dios y el enemigo lo sabe. Por ello no lo busca a él, porque sabe de que aquel varón está encendido con la palabra. Entonces va y busca al amigo, al compañero, a la esposa, a la que duerme a tu lado, a la persona que tu le has abierto la puerta de la confianza de tu corazón, a la que te puede susurrar a tu oído para que le seduzca y le desobedezcas.
Todo acto de desobediencia nos puede traer consecuencias, que si las analizáramos conforme a la Escritura nos diéramos cuenta que son graves, nos dejan sin herencia, nos dejan en la cárcel, nos dejan enfermos de forma irreversible.
El caso de Saul fue igual, pues era el ungido de Dios pero que tenía que saber que “estaba bajo autoridad” y no de autoridad cualquiera, sino la de Dios.
Por eso mi amigo, desobedecer a la autoridad que Dios ha puesto en tu colonia, ciudad, país, etc, trae consecuencias que nos podemos lamentar después, porque no analizamos como debe de ser las consecuencias de hacerlo.
Saúl desobedeció a Dios por quedar bien con el pueblo, pues según la Biblia, él como rey dio la orden, la que recibió de Samuel, pero el pueblo quiso acaparar lo bueno, lo hermoso de las ovejas o del ganado. “Y Saúl respondió: De Amalec los han traído; porque el pueblo perdonó lo mejor de las ovejas y de las vacas” 1er Sam. 15:15
Obediencia al Dios de Israel implica que muchas veces quedaremos mal ante los ojos de otros, de un pueblo, de un amigo, de una mujer, de una familia.
¿Cuánto joven no cae en manos de una amiga, que muchas veces se le insinua a que se acueste con ella ? Porque ciertamente hay varones que tienen cierta templanza, cierto temor de Dios, pero caen ante aquella palabra: “no sos hombre, eres gay, marica”, etc
Mi persona fue instruida en un hogar en donde no se fumaba, no se bebía alcohol, se respetaba las conversaciones que incluían alguna palabra de sexo y excluían a los niños para que no oyéramos esas malas palabras. ¿Quién me indujo a fumar o a tomar la primera vez?  Un amigo y no el mismo, fue otro, que me sedujo en mi interior a desobedecer a la orden. ¿Quién te seduce a ti a llegar tarde a la casa, después de la hora que te han dicho?  Los amigos, que te ponen muchos argumentos para que sin trazar un plan malévolo colaboran con el enemigo a que sufras consecuencias de la desobediencia. 

El enemigo ocupa a otros para hacernos caer porque descuidamos esa convicción con Dios, le dejamos el cara a cara con Dios y nos quedamos cara a cara con el amigo o amiga.

¿QUIERES HACER SONREÍR A DIOS?
-Haz sonreír primero a tus padres y obedécelos.
-Haz sonreír al jefe y cumple con tus obligaciones
-Haz sonreír al maestro y lleva tus tareas bien hechas y en el momento justo.
-Haz sonreír a tu esposo, cumpliendo con tu función de ser ayuda idónea
-Haz sonreír a tus hijos, siendo luz de la casa, sacerdote de tu familia. Todas esas cosas en principio es obedecer a Dios. Si obedecemos a estas personas acá en la tierra a quienes si vemos, entonces si podemos obedecer a Dios a quien no vemos.
Dice un viejo proverbio: “Cuando el hombre no sabe obedecer no sabe mandar”

Dijo Samuel: “Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.
No obedezcas a medias, porque es desobediencia a Dios totalmente.
Si eres hijo, presta atención a tus padres y obedece, no a medias, como lo hizo Saul, matando a todo el ser humano que encontró, pero dejando vivo al rey y dejando vivo a lo mejor del ganado, porque así le parecía bien al pueblo de Israel, sino cumpliendo al pie de la letra la instrucción, aunque ello te haga quedar mal con el amigo o con la amiga.

            DIOS TE BENDIGA Y GOBIERNE ESTE DÍA.









lunes, 6 de enero de 2014

EL 2014 PARA EL REMANENTE DE JEHOVÁ.



EL 2014 PARA EL REMANENTE DE JEHOVÁ.


Romanos 11:2-5
11:2 No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció. ¿O no sabéis qué dice de Elías la Escritura, cómo invoca a Dios contra Israel, diciendo: 
11:3 Señor, a tus profetas han dado muerte, y tus altares han derribado; y sólo yo he quedado, y procuran matarme?
11:4 Pero ¿qué le dice la divina respuesta? Me he reservado siete mil hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal.
11:5 Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia.
 
 
Por las estadísticas que han existido desde que se conoció las matemáticas, en las cosas del Reino siempre ha habido este tipo de personas en las congregaciones:
11)     Las que son espectadoras, esperando que algo suceda, no se comprometen con Dios ni con la iglesia porque esperan que pase algo en la misma iglesia, o en algún hermano para luego ellos tomar la decisión de seguir adelante.
22)     Las que son indiferentes a lo que les sucede alrededor. Llegan a la iglesia como por tradición, por costumbre y no por convicción. No están a favor ni en contra de lo que la iglesia pueda decir o hacer.
33)    Las que provocan que las cosas sobrenaturales y extraordinarias sucedan.

Este último grupo de personas son las más pequeñas en los datos de las estadísticas. Representan entre un 15 y 20 % del total de personas de una iglesia, y dentro de porcentaje están los que diezman, los que aceptan los retos de un liderazgo, los que sirven encausablemente, los que participan de la mesa del pastor, los que participan activamente en todas las actividades de la iglesia. Realmente son un remanente que logran que la mano de Dios se mueva en nuestra iglesia y nos dé sanidades, nos dé bendiciones, nos dé su presencia para liberar a muchas personas de sus problemas cotidianos.
A este remanente le felicitamos con honores y coronas, porque sabemos que tiene galardones y lo llamamos remanente, porque en realidad se apega al concepto, pues los demás parecen ser muertos vivos que en nada justifican que Dios existe o que está vivo.
La palabra "remanente" significa "residuo" o "resto". En la Biblia se utiliza 47 veces esta palabra, según la versión Reina-Valera de 1960. De esas 47 veces, 45 veces está en el Antiguo Testamento y sólo 2 en el Nuevo. Sin embargo, el remanente ha existido no sólo en los tiempos bíblicos, sino en toda la historia de la iglesia. De cada época se puede decir con toda seguridad lo que decía Pablo en sus días, respecto de los judíos: "Aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia"  (Ro. 11:5).
El remanente es el "resto" que se separa del todo cuando la apostasía llega, cuando muchos prefieren estar fuera de lugar donde Dios les ha llamado. Es el grupo de fieles que se apegan al testimonio de las cosas tal como eran al principio, y que, por tanto, no siguen la corriente de la distorsión, no se desaniman a pesar de las circunstancias adversas,   son los que confían en las promesas y no se mueven tal como dice el salmista David: Los que confían en Jehová, son como el monte de Sion, que no se mueven sino que permanecen para siempre”. Salmo 125:1
Si la iglesia en general fuera un pueblo convertido al 100% y convencido o persuadido de la gracia y de las promesas de nuestro Señor, la palabra remanente no existiría porque fuera un todo el que estaría llevando la gloria de Dios.
Dios ha tenido y tiene un profundo interés en este remanente. Cuando todo se desvanece y pierde su lozanía, Dios se levanta y sostiene un residuo para expresar a través de ellos su voluntad y sostener su verdad.
Han también habido diferentes momentos en la vida del hombre en que han pasado por etapas muy duras, de castigo, de juicio por parte de Dios y siempre ha habido un remanente fiel que logra que Dios muestre su misericordia, y los ama como especial tesoro. Pero el hecho de que Dios tenga a este residuo como su "especial tesoro" o su "propiedad personal" no significa en modo alguno que Dios no ame a todo su pueblo, ni que no siga llamando a su corazón para un retorno a la sincera fidelidad. No significa tampoco que el remanente sea mejor "en sí mismo" que los demás, ni que Dios no tenga sus propios tratos con ellos. Nada de esto puede implicarse de este precioso hecho de Dios. Sin embargo, es claro que Dios halla contentamiento en unos pocos, y que éstos pocos han de andar como es digno de tan alta vocación.
Tal como los cristianos estamos llamados a ser sal en medio de la tierra, el remanente está llamado a serlo no sólo de la tierra, sino también en medio de la misma cristiandad que se ha apartado de Dios, como dentro del Cuerpo de Cristo. Ellos han de tomar sobre su corazón la carga de todo el Cuerpo, y embargados del amor generoso de Dios, han de procurar el bien de todos. Sus llamados amorosos han de tocar a los corazones insensibles, y su intercesión a favor de ellos tocará también el corazón de Dios. Como los antiguos profetas, se encenderá su corazón de toda la compasión de Dios, y procurará que otros gocen también las delicias que hay a la diestra del Padre.
Es para nosotros como iglesia un llamado a la reflexión para que en este año 2014 podamos ser un grupo mayor que el que ha sido por años, mucho mayor, mucho lleno del Espíritu Santo, muy lleno de servir a Dios en todo y de creerle en las promesas que él nos ha dejado. NOSOTROS COMO IGLESIA LE HEMOS LLAMADO EL AÑO DE DAR BUEN FRUTO, en donde nuestro brillo será mayor que el dimos en el 2013 y que nuestros actos de justicia y de paz se verán marcados por la pronta mano protectora de Do sobre su pueblo.
Para terminar compartimos este mensaje del pastor Cash Luna, en donde exhortamos a toda la congregación a ser un todo lleno de muchas satisfacciones para Dios.
“El año más glorioso del rey David fue cuando venció a Goliat; el año más glorioso de Josué fue cuando luchó y conquistó la tierra prometida; el año más glorioso de Moisés fue cuando liberó de la esclavitud al pueblo de Israel, cuando separó las aguas del mar porque los perseguían; y claro, el año más glorioso de Jesús fue cuando murió en la cruz por nosotros y venció a la muerte. Si tienes fe en que el 2014 será glorioso, ten por seguro que no será fácil, sino requerirá esfuerzo. Las coronas y las recompensas son para quienes ganan las batallas, porque hay un galardón detrás de cada lucha que en la que se obtiene la victoria”.  Declaro que los valientes, los osados, los locos, los crédulo que forman parte del remanente  ganaremos muchas batallas y serán muchos más de lo que fue el remanente del año 2013. En el nombre de Jesús, Amén.