UNO DE LOS FRUTOS PRECIADOS: LA OBEDIENCIA AL CIEN POR CIENTO
: “Ve, pues, y hiere a
Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres,
mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos. ” 1er. Libro Samuel 15:3
Dicen los eruditos en letras, que la obediencia
Indica el proceso que conduce de la
escucha atenta a la acción, que puede ser puramente pasiva o exterior.
Escuchar atentamente implica que el hombre debe de razonar
las consecuencias de hacer las cosas tal como se las han dicho como las
consecuencias de no hacerlo. Muchas
personas juegan con su vida, de su existencia, a pesar de que le dicen que
fumar es malo, de que tomar le puede provocar cirrosis, de que estar metido con
dos o más mujeres le puede traer alguna complicación judicial o social con la
familia. Es en el Edén, en donde la familia estaba constituida en donde el
hombre, el que tenía el señorío y la instrucción de expandir el Reino de Dios,
comete el acto de desobedecer a Dios y
prevalece la voz de la mujer y no la de Dios.
Ciertamente Eva comió del fruto prohibido, pero no pasó nada,
porque ella no era la del mandato, porque ella estaba sujeta a su esposo y era
él el que tenía que discernir que tipo de amonestación recibiría, sí intercedía
por ella ante Dios, o algo tenía que hacer. Pero al comer Adán, entonces si
“tronó Troya” porque él si era el llamado a obedecer, pues él tenía toda la
potestad en su corazón para hacerlo.
¿Qué estrategia usa el
enemigo para hacer caer a aquel que es llamado a obedecer?
Adán por sí solo no hubiese caído en la trampa, porque estaba
seguro del mandato de Dios y el enemigo lo sabe. Por ello no lo busca a él,
porque sabe de que aquel varón está encendido con la palabra. Entonces va y
busca al amigo, al compañero, a la esposa, a la que duerme a tu lado, a la
persona que tu le has abierto la puerta de la confianza de tu corazón, a la que
te puede susurrar a tu oído para que le seduzca y le desobedezcas.
Todo acto de desobediencia nos puede traer consecuencias, que
si las analizáramos conforme a la
Escritura nos diéramos cuenta que son graves, nos dejan sin
herencia, nos dejan en la cárcel, nos dejan enfermos de forma irreversible.
El caso de Saul fue igual, pues era el ungido de Dios pero
que tenía que saber que “estaba bajo autoridad” y no de autoridad cualquiera,
sino la de Dios.
Por eso mi amigo, desobedecer a la autoridad que Dios ha
puesto en tu colonia, ciudad, país, etc, trae consecuencias que nos podemos
lamentar después, porque no analizamos como debe de ser las consecuencias de
hacerlo.
Saúl desobedeció a Dios por quedar bien con el pueblo, pues
según la Biblia ,
él como rey dio la orden, la que recibió de Samuel, pero el pueblo quiso
acaparar lo bueno, lo hermoso de las ovejas o del ganado. “Y Saúl respondió: De
Amalec los han traído; porque el pueblo perdonó lo mejor de las ovejas y de las
vacas” 1er Sam. 15:15
Obediencia al Dios de Israel implica que muchas veces
quedaremos mal ante los ojos de otros, de un pueblo, de un amigo, de una mujer,
de una familia.
¿Cuánto joven no cae en manos de una amiga, que muchas veces
se le insinua a que se acueste con ella ? Porque ciertamente hay varones que
tienen cierta templanza, cierto temor de Dios, pero caen ante aquella palabra: “no
sos hombre, eres gay, marica”, etc
Mi persona fue instruida en un hogar en donde no se fumaba,
no se bebía alcohol, se respetaba las conversaciones que incluían alguna
palabra de sexo y excluían a los niños para que no oyéramos esas malas
palabras. ¿Quién me indujo a fumar o a tomar la primera vez? Un amigo y no el mismo, fue otro, que me
sedujo en mi interior a desobedecer a la orden. ¿Quién te seduce a ti a llegar
tarde a la casa, después de la hora que te han dicho? Los amigos, que te ponen muchos argumentos
para que sin trazar un plan malévolo colaboran con el enemigo a que sufras consecuencias
de la desobediencia.
El enemigo ocupa a otros para hacernos caer porque
descuidamos esa convicción con Dios, le dejamos el cara a cara con Dios y nos
quedamos cara a cara con el amigo o amiga.
¿QUIERES HACER SONREÍR A DIOS?
-Haz sonreír primero a tus padres y obedécelos.
-Haz sonreír al jefe y cumple con tus obligaciones
-Haz sonreír al maestro y lleva tus tareas bien hechas y en
el momento justo.
-Haz sonreír a tu esposo, cumpliendo con tu función de ser
ayuda idónea
-Haz sonreír a tus hijos, siendo luz de la casa, sacerdote de
tu familia. Todas esas cosas en principio es obedecer a Dios. Si obedecemos a
estas personas acá en la tierra a quienes si vemos, entonces si podemos
obedecer a Dios a quien no vemos.
Dice un viejo proverbio: “Cuando el hombre no sabe obedecer
no sabe mandar”
Dijo Samuel: “Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los
holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová?
Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que
la grosura de los carneros.”
No obedezcas a medias, porque es desobediencia a Dios
totalmente.
Si eres hijo, presta atención a tus padres y obedece, no a
medias, como lo hizo Saul, matando a todo el ser humano que encontró, pero
dejando vivo al rey y dejando vivo a lo mejor del ganado, porque así le parecía
bien al pueblo de Israel, sino cumpliendo al pie de la letra la instrucción,
aunque ello te haga quedar mal con el amigo o con la amiga.
DIOS TE
BENDIGA Y GOBIERNE ESTE DÍA.
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