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sábado, 22 de septiembre de 2012

VENCEDOR EN EL DESIERTO



VENCEDOR EN EL DESIERTO
El Espíritu del Señor está sobre mí, 
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; 
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; 
A pregonar libertad a los cautivos, 
Y vista a los ciegos; 
A poner en libertad a los oprimidos; 
A predicar el año agradable del Señor
Lucas 4:18-19


Un desierto es una porción extensa de tierra seca, sin vida, donde no hay agua, con extremas temperaturas en la noche como en el día. Sin embargo, teniendo como referencia al pueblo de Israel, ellos salieron de una tierra que un momento había sido generosa y buena con sus ancestros,  para luego ser una tierra de esclavitud para las nuevas generaciones, esa tierra llamada Egipto, que en algún momento les preservó la vida, ahora era una tierra llena de sufrimientos, y salieron de ahí para atravesar un desierto y llegar a una tierra prometida, un desierto que si bien era peligroso, tenían el favor de la obra de misericordia de Dios, en la que atravesarla no fuera tan alargada como fueron 40 años. El camino hacia la salvación, hacia la libertad y hacia el gozo pasa a través de la prueba del desierto, del peligro de muerte. Pero la salvación viene de la atención a Dios y de la observancia de su propuesta de vida. Pues bien, cada uno de nosotros como cristianos debemos pasar por un desierto, un desierto que será como una prueba a nuestra nueva fe, que nos llevará a una nueva forma de pensar, a una nueva forma de vivir, de esperar en Dios y en sus promesas.
 No está demás decirle que generalmente en las iglesia se nos explica que la vida en Cristo será diferente y ciertamente así será pero cada uno de nosotros deberá de cruzar un desierto, que será para afinar nuestro carácter, nuestras aptitudes y actitudes.
Jesús mismo, después de haber sido bautizado, pasó por un desierto, en donde estuvo 40 días y 40 noches siendo tentado por el enemigo, pero que salió triunfante en todas las iniciativas de hacerlo caer por parte del enemigo.
Ahora bien, ¿Porqué paso Jesús por el desierto, si no tenía necesidad de hacerlo?
La respuesta la encontramos en la siguiente cita:
Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.  Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. Heb. 4:15-16
Primero, no hay mejor ejemplo a seguir, que si Jesús siendo Dios, el enemigo no le dio tregua, ahora nosotros, siendo hijos adoptivos, ¿cuánta trampa habida y por haber busca el enemigo para hacernos caer?

Segundo, no podemos decir que somos fieles, hasta que teniendo al frente a una persona ajena, del otro sexo, puedas verla sin malicia, sino como la obra en proceso de Dios. Así también, no puedes decir que tienes fe, si no llega la escasez, la enfermedad o algún otro tipo de situación que aflija tu alma o tu espíritu.
Ahora bien, también el que no conoce de Cristo está en un desierto, pero a diferencia del cristiano, éste no tiene promesa, no tiene bendición. Representa  todo aquello que va sucediendo en sus propias vidas. Cuánto dolor no han experimentado, sintiéndose sedientos de una mejor vida, hambrientos de amor. A cuántos nos hizo falta un abraso o un beso; quizá nunca escuchamos aquella frase anhelada en el corazón: “Te amo”. Posiblemente lo que experimentamos en el pasado  fue violencia, abandono, y por lo mismo hoy día sufrimos aun las consecuencias de aquel desierto por el que fuimos conducidos después de haber nacido en este mundo.

En el  desierto tenemos que luchar contra:
1.    Nuestros temores
Veamos a nuestro alrededor y nos daremos cuenta que aun llevamos con nosotros, aunque muy escondido dentro de nuestro corazón, aquellas desconfianzas, aquellos miedos de sentirnos nuevamente abandonados en la soledad. Es por ello que algunas mujeres sufren violencias de parte de sus compañeros de vida, porque tienen miedo de estar solas, de que nadie las alimente o les de techo, poniendo las mismas cantaletas de, “qué pasará con mis hijos sin su padre”, como excusas para no salir adelante como verdadera hija de Dios.
Uno de los grandes temores del hombre es morirse. El cristiano debe de aferrarse a la vida eterna, no a la vida física. Si muero, es uno de los pasos que siguen al perfeccionamiento a la vida eterna.
El temor hace que la gente se vuelva insegura, tiene miedo hasta de su propia sombra, pero se nos olvida que la sombra de nuestro cuerpo desaparece al llegar la noche.  Dice la cita de 1ª. Timoteo 1:7 ”Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.  Si, en e desierto, aparecerá todo tipo de alimañas, escorpiones, serpientes, etc, pero tenemos que depender de lo que tenemos: nuestra fé. Son raros los amigos que permanecen en situaciones de crisis, los que te dan la  mano. Conozco de personas que han tenido crisis financieras, de salud, situaciones extremas, en donde duele en el corazón ver sus situaciones de calamidad, pero pasan los días y los meses y una obra redentora se acercó a ellos, la mano de Dios. Tuvieron que enfrentar sus problemas solos y con Dios. Pero lo bueno de todo esto es que sí recordamos la voz del Señor “si oyereis hoy su voz  llegaremos a tener ese carácter fuerte, orgulloso, no con malicia, sino que orgullosos de nuestro Dios y de su fidelidad.
2.    Nuestras ansiedades
Las tentaciones por las que Jesús fue pasado en su desierto, son las mismas que nos persiguen hoy día en los nuestros. Hay que recordar que al igual que nosotros, Jesús tuvo puesta la vestidura de la misma humanidad.
Más sin embargo, todo vicio o toda ansiedad, en el desierto se quita, se elimina. Pongo de ejemplo en la iglesia a aquella persona que se convierte a Jesús, pero durante mucho tiempo fue borracho(a), de alguna manera, el enemigo le sigue recordando su atadura de que usen el alcohol como excusa para no recordar su pasado, en el que quizá fueron violados, maltratados o abandonados por aquel padre que supuestamente debía de haber estado allí para cuidar de ellos. Ahora bien, por alguna razón va a parar a la cárcel, donde no le dan alcohol, donde, no va a tener relaciones sexuales con el sexo opuesto, no hay discotecas, donde no va a tener oportunidad de lucir buena ropa, porque hay limitaciones y de alguna manera se abstiene, pues bien así el cristiano que pasa por ese desierto, todas las ansiedades, vicios, compulsiones tienen que ser cedidas a Cristo. Si por alguna razón te quitan tu TV ya no tendrás quizás la tentación de pasar mucho rato al frente de la TV viendo novelas, o cosas que no te edifican.   Pedro, en su segunda  carta dice: “echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.  Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” 1ª Pedro 5:7-8   Imagina que estás en tu casa, pero se te han caído las paredes, o no hay puertas. De alguna manera tienes que estar pendiente de quien entra a tu casa, y con algún tiempo, vas agarrando agudeza en el oído, en tu vista, etc. Así en el desierto Dios me alerta que tengo que estar sobrio, pendiente, mas estamos con la promesa de que no estamos solos, sino él con nosotros.
Cualquiera diría que cuando pasamos por el desierto estamos acabados, destruídos:jajaja, está derrotado, está acabado, está pobre”,  pero Pablo nos recuerda esto: “que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados;  perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; ” 2ª. Cor. 4:8-9 Si deseas ser vencedor en el desierto, no debes estar angustiado, aunque sepas que hay que pagar acá, aquí o allá, podremos dar manifestaciones de estar atribulados, pero no te angusties. ¡Ya viene el fin del desierto! Como decía un programa de comedia: “¡Qué no panda el cúnico” en otras palabras, que no te invada el pánico, y sepa esperar. En mi caso personal, siempre él es quien me acude a ayudarme y a pasar por el desierto. Me ha sido  fiel tantas veces,  aún cuando he sido desobediente, pero al final me he puesto a pensar, que las bendiciones son muchas más, las que tengo que arrebatar, tenemos que seguir adelante y cambiar de nuestra manera de pensar. Y para concluir este punto, te quiero animar a que pienses en esto:
Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.” Salmo 23:4
Esto quiere decir que no hay que quedarse lamentando en el desierto, sino que que camina, sigue adelante, porque atrás va quedando ese valle de sombras, de atribulamiento, de escasez.
3.    Nuestro estilo de vida o tipo de comodidades.
Al salir Israel de Egipto venían con una manera de pensar, de vivir, de adorar a Dios. Ya se habían acostumbrado a estar bajo esclavitud, comiendo y bebiendo de una manera limitada por pago de un trabajo.
Encontramos la siguiente cita:
Y la gente extranjera que se mezcló con ellos tuvo un vivo deseo, y los hijos de Israel también volvieron a llorar y dijeron: ¡Quién nos diera a comer carne! 
Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos; 
y ahora nuestra alma se seca; pues nada sino este maná ven nuestros ojos
.  Num. 11:4-6
Ciertamente nos aferramos a nuestras cosas materiales, la casa, el carro, el trabajo, y con lo que tenemos, le damos más importancia a las cosas materiales, y le damos menos culto a Dios. Cuando entramos en el desierto es para cambiar ese estilo de pensar, de dejar de ser idólatras, de aferrarnos al dinero. En mi vida personal, trabajé por más de 18 años en una empresa le diríamos de lujo, en un banco privado. Llegué a tener muchas prestaciones y comodidades, una oficina en un edifico de cristal, ubicada en la 15º nivel, alfombrado y amplio, con poder y autoridad para mover millones de dólares de acá para ayá, de rozarme con grandes empresarios nacionales e internacionales, pero asistía a la iglesia tradicional sólo los domingos, quizás dos veces por mes. Gastaba más de la cuenta, me acostumbré a gastar más de $ 100.00 por cada  noche y esto dos o tres  veces por semana. Pero cuando fui llamado a pastorear, sabía que tenía que dedicarme al 100% a la obra y no lo hice así, estaba trabajando en el banco y los fines de semana en la iglesia, hasta que Dios me sacó del banco, despedido me hicieron, y bien me acuerdo que mi jefe estaba muy contrariado por la orden que había recibido de despedirme, y cuando é me mandó a llamar y me dio la noticia, yo le dije: “no se preocupe jefe, se de donde viene esto y a donde me quiere llevar”, a pastorear a una congregación que si bien no es numerosa, pero son ovejas que él ha puesto bajo mi cuidado. Eso fue hace siete años, y cuando me encuentro por algunos montes o valles visitando a enfermos, o cuando me encuentro en medio del polvo o de la escasez, me recuerdo que Dios está cambiando mi carácter y que tengo que seguir esperando. Mejor temporada viene para mí y para usted también.
Pablo nos dice lo siguiente en Filipense 3:7-8:
Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. 
3:8 Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor
del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, ”

Pasar por el desierto me significa a mí y a usted de quitarnos de la mente otros dioses, a no depender del dios dinero, de tus conocimientos, de tu linaje humano, de tus familiares en la USA, etc, sino que con una nueva mente, una nueva manera de vivir, podemos vivir confiados en que “nada nos faltará” que Dios “proveerá” y él dijo y él hará en nosotros muchas cosas maravillosas.
Que esta reflexión te de ánimo y te de salud, porque hay cuando hay paz y calma todo tu ser está bien. Ya no carguemos a nuestro cuerpo con angustias, porque no enferman, nos descontrolan. Sigue siendo un vencedor y acuérdate de las palabras con las que comenzanos este mensaje: “El Espíritu de Dios está sobre mí”  Siga caminando con Dios, con nosotros, con la familia de la fe.   Que Dios te bendiga

viernes, 12 de noviembre de 2010

PASANDO POR VARIAS PRUEBAS


PASANDO POR VARIAS PRUEBAS

Escudríñame, oh Jehová, y pruébame;
Examina mis íntimos pensamientos y mi corazón.
Porque tu misericordia está delante de mis ojos,
Y ando en tu verdad.

Salmos 26: 3-2

 

En los tiempos de estudiantes, nos veíamos en constantes situaciones de pruebas de aprendizaje o lo que les llamamos exámenes. Sea en el plan básico como en la universidad, en alguna oficina de empleo tuvimos que pasar por una serie de evaluaciones para que el maestro o persona interesada supiese de nuestra capacidad o de nuestro conocimiento. Así, al habernos evaluado, pasamos a otro nivel superior o nos ponemos a la disposición de aquella persona que confía en nuestro potencial en las diferentes actividades que se tienen que realizar.

Pues bien, hay un dicho popular que dice “Que por su boca muere el pez”  y algunas veces nosotros nos jactamos en la presencia de Dios que somos fieles creyentes, que no dudamos en su palabra. Algunos hermanos, durante el servicio gritan “aleluya”, ¡Gloria a Dios!, ¡Amén! Dice uno por allá o todos al mismo tiempo. Sin embargo llegado la prueba, la que nosotros mismos provocamos a Dios por nuestras actitudes o por que simple y sencillamente Dios quiere probarnos hasta donde tienen raíz nuestras palabras. El rey David proclamó estas palabras de lo más profundo de su corazón: “Escudríñame, oh Jehová, y pruébame” como queriendo decir, lo que mis palabras dicen, eso es lo que hago, eso es lo que pienso.
La Biblia nos dice en 1ª. Corintios 2:10 “porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.” Y si escudriña a Dios mismo, como no ha de saber lo que nosotros decimos o pensamos y por ello te listo a continuación 10 tipo de pruebas que Dios ha permitido que pasemos o que vayamos a pasar y debes de estar preparado con el pensamiento, con el corazón, con todo tu ser.
Debes de recordar que las pruebas que nos llegan a nuestras vidas son oportunidades para demostrar a Dios la madurez y el potencial que hemos desarrollado en nuestro caminar.
El Dr. Jhon Maxwell , en su obra “Un Millón de Líderes” expone que al haber pasado una prueba, el resultado de la misma nos indicará 3 posiciones:
(a) Pobreza Interna. La prueba revela que la persona ha respondido pobremente y falló al actuar obedientemente. Cuando llega la enfermedad, cuando llega el dolor, cuando llega la traición, la pérdida, etc. la persona no sigue en el camino ni en el lugar donde Dios le ha puesto, ya no quiere ir a alabar a Dios, no quiere que ningún hermano le hable, hace muchas cosas contrarias a lo que Dios nos dice. Por eso el libro de Hebreos 10:25 le dice al pueblo de Dios “No dejando de congregarse, como algunos tienen por costumbre”. La mayorìa falla cuando miente para pedir algo, para salir de algún apuro.

(b) Estancamiento Interno. La persona no ha madurado, se ha estancado en su crecimiento. Llega la prueba o pruebas, todas al mismo tiempo, la persona resiste al problema, sea ofensa, traición, desprecio, maltrato, etc, pero se queda aislada, sigue perteneciendo a la iglesia, a la congregación, pero ya no se relaciona con los demás hermanos, entra y sale pero no hay aquella koinonía con el resto del pueblo. Dice además: “yo he perdonado al hermano”, pero no le demuestra eso con sus actitudes. Dice “soy siervo de Dios” pero ya no sirve con aquella pasión, critica todo, todo está malo, en fin, llega a la iglesia y sirve, pero no hay más interelación con lo que se le pidió. Igual nos puede suceder en el trabajo, llegamos a trabajar por la misma necesidad, pero ya no vemos aquello con agrado, ya no vemos lo que Pablo nos dijo: “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres” Col. 3:23 

(c)   Progreso Interno.  La persona ha crecido y respondido con buenas expectativas, mejor que nunca. Esta persona aplica lo que Pablo nos dice en Romanos 8:28 “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”  Responde positivamente a cada prueba, ve con agrado, ve como oportunidad y no como problema. No estamos excentos de las pruebas, no estamos excentos de la muerte, de la enfermedad, pues son como llaves para acercarse a Dios, nuestro creador.
Hace unos días fui a la unidad de salud de la ciudad, eran como las 7:00 de la noche y me encontré con una anciana, abuela de uno de los niños del CDI ADONAY y andaba sólo acompañada por la nieta, de 8 años, y su residencia está como a 2 Km. de distancia, pero para llegar a su casa tiene que pasar por lugares muy solos y oscuros. Le pregunté si su hijo le iba a venir a traer y me dice que no, que no lo había ubicado y quien sabe a que hora iba a llegar a la casa, por lo que le dije que si yo salía más antes de la consulta, iba a ir a mi casa y regresaría para ayudarla a llevarla. Y así pasó,  salí de la consulta como a las 8:00 PM y la anciana quedaba ahí, y regresé por ella como a las 9:30 PM. Al empezar nuestro caminar, le pregunté que desde que horas estaba ahí y me dijo: ”estoy desde las 3:00 PM por una consulta de fiebre de huesos” pero ingresaban otras personas que venían más complicadas que yo y por eso se tardó tanto mi consulta “gracias a Dios” logré pasar y  para todos da Dios, lo bueno es compartir”. Esta anciana pasó la prueba ante Dios, por su paciencia, por soportar el dolor, por ponerse en el lugar del otro, compartir los recursos, etc.  Para el que estuviera reprobado o tiene estancamiento interno, sus palabras hubieran sido:  ¡No se vale! Me tratan como a un perro, pago mis impuestos a tiempo y no me atienden como se debe, ¡estos médicos no sirven para nada!, etc, etc.”


Así que veamos que tipos de pruebas nos llegan a nuestras vidas y estemos preparados para hacerle frente:

1)    Prueba de las cosas pequeñas.  Lucas 16:10 “El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto.”  En esta prueba se pone de manifiesto la fidelidad y la posibilidad de tener oportunidades mayores. Podrá llegarte la escasez y debes de permanecer fiel a Dios, en tu agradecimiento, en tus ofrendas o diezmos. Talvez pediste algo grande, pediste un aumento de sueldo, pediste una remesa , etc. y lo que recibiste fue algo pequeño, una pequeña porción de sueldo, 10 dólares en vez de 100. Si respondes con agradecimiento, con alegría lo que te llega, lo que pediste, entonces estás preparado para tener mucho más. De eso se encarga Dios.

2)    Prueba de la Motivación.  
Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde? 
¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra. 
Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia.  Job 1:9-11
Esta prueba es para aquellos que son celosos de la obra de Dios, deseosos de seguir sirviendo, para los que son diligentes para hacer bien las cosas. Nunca dejes de hacer las cosas bien para Dios, sigue haciéndolas aún cuando no haya reconocimiento de otras personas, aún cuando lo que has hecho para tu jefe, para tu patrono, para tu Dios, se lo atribuyan a otras personas.

3)    Prueba de la Mayordomía
Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Mat. 5:21
Parecida a la primera prueba, esto tiene que ver con la capacidad de manejar estratégicamente y generosamente los recursos que Dios nos da.
Si tenemos poco, no es sinónimo de ser tacaños o mezquinos con lo que tenemos con alguien que necesita. Eso sí, debemos de ser cuidadosos con lo que tenemos, pues si al recibir algo, aunque sea pequeño debemos de cuidarlo, de darle un buen uso, para seguir estando en la mira de las bendiciones. Recuerdo la ocasión en que a un hermano pastor amigo le pedí prestado un micrófono pues necesitábamos para un evento especial y él nos lo prestó. Pero al terminar el evento, le di instrucciones a un servidor para que lo llevara al hermano. Pasó una semana y recibí la llamada de este hermano pastor pidiéndome el micrófono y me dijo: la verdad es que el valor del micrófono es insignificante, pero Dios me lo ha dado para uso de la iglesia y debo de cuidarlo como si fuera valioso, pues de Dios es. Me impactó esa palabra, y le pregunté al servidor al respecto y a él se le había olvidado entregarlo.  Estoy seguro que él recibió su recompensa.

4)     Prueba del Desierto
que te hizo caminar por un desierto grande y espantoso, lleno de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde no había agua, y él te sacó agua de la roca del pedernal; 
que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien
Esta prueba tiene casi no nos gusta. Recuerdo que en el seminario se nos advirtió de esta prueba, que todo creyente tiene que pasar y especialmente cuando somos profesos de seguir a Jesús desde el pastorado. Algunos estudiantes se retiran en la misma carrera o aprendizaje porque la prueba les llegó antes de estar como pastor, otros seguimos a pesar de las circunstancias.  Y es que comer quizás sólo tortilla o pan con café o no comer, como que no nos gusta. Llega el momento de estar solo, porque la familia te abandona, tus amigos no quieren saber de ti, en el trabajo nos aislan, caemos en faltas o delitos que vamos a parar a la cárcel, o nos ponen en disciplina, creemos que ya Dios no nos escucha, que estamos sólos y abandonados. Conozco de casos en que algunos creyentes, amigos míos han querido morir o provocar su muerte, porque esta prueba realmente es especial. Cuando tu espíritu interior se sienta seco, es cuando podemos revelar lo grande de nuestro potencial para el cambio y crecimiento. Generalmente cuando salimos de este desierto, si salimos aprobados, saldremos cambiados, saldremos confiados en la mano de Dios. Conozco de una familia que era comerciante en drogas y otros negocios oscuros, y estaban acostumbrados a la vida llena de muchos lujos y conocieron de Cristo, y les vino la prueba de la cárcel, un hijo hospitalizado, algunos amigos de esta familia se volvieron sus enemigos y le pusieron precio a la cabeza del esposo.  Soportaron esta prueba, tanto  que Dios les ha constituido una gran casa, tienen un taller automotriz, la esposa tiene su negocio de ventas y un día de estos fui a su casa y les pregunté como estaban, a lo que el esposo me dice: -por la voluntad de Dios, estamos bien, puesto que nos ha dado para comer mi familia y yo, con eso es bastante. La esposa me dice: –pastor, los grande lujos no los tenemos, pero nos sentimos bien con nosotros y nuestros hijos. Nos sentimos apoyados por Dios, nos proteje y nos da lo necesario. Y van a seguir aprendiendo más de Dios, pues le seguimos discipulando. De las familias que esta iglesia tiene, ésta es una de las que ha estado en los momentos difíciles como en los buenos tiempos.

5)     La prueba del Perdon.  
Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. 
Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados(Hebreos 12:14-15); 
Esta prueba nos muestra que si estamos siendo obedientes a la Palabra de Dios, no nos ofendemos fácilmente y que estamos preparados para perdonar a los demás.
En algunas ocasiones nos ofenden, nos traicionan y perdonamos con “perdón con cola”, es decir que le decimos a la persona “te perdono pero si lo vuelves a hacer te destierro, te mato, te mando a volar” quedan raíces de amargura.  Es bueno trabajar en esta área, porque ciertamente es bendición tener la armonía con todos na tal grado que Dios nos advierte que si vamos a darle ofrenda, primero tenemos que acordanrnos si tenemos algo contra alguien tenemos que ir a pedirle perdón para luego venir a darle a Dios la poarte que le corresponde.  Algunas veces decimos que perdonamos pero no lo demostramos con nuestras actitudes. En la iglesia, en el momento del saludo, le damos la mano al hermano pero nuestra mirada está en otro lado, no le sonreímos, no le abrazamos. Me pasó a mí algo parecido, alguien me traicionó y aunque dije que le perdonaba, no lo abrazaba como antes, pues sólo le daba la mano y aunque le daba la cara, no le mostraba ese afecto anterior. Pero llegó el día que me confrontó Dios con este hermano, donde a terceras personas las ocupó Dios para que en un evento donde fuimos invitados oráramos los unos por los otros, es decir él por mi, yo por él y fue ahí donde Dios me dijo: Soy un carpintero que arregla las cosas y los corazones. Quiero arreglar el tuyo. Y fue ahí, en ese momento en donde pude abrazar al hermano con toda honestidad, con el amor que Dios me da. 
Algunos fallamos, otros no. Aprender esta lección cuesta, pero no es imposible. Así que pídale a Dios que sea él el carpintero de tu herida, de tu raíz de amargura contra alguien.

Hay otras pruebas que se nos quedan en el tintero pero considero que estas son  las más cruciales. Ten ánimo dijo Jesús, “Creed en Dios. Marcos 11:22, porque si confiamos en Dios y le somos obedientes aún cuando las cosas estén “todo al revés o las veamos así, el resultado será sorprendente.

Así que te animo a que no desesperes ni tires la toalla, pues Dios sigue tratando con nosotros hasta el final de nuestros días.

Oración:
Señor, te damos la honra y la gloria en este día y te damos las gracias por las diferentes circunstancias en que nos das la oportunidad de demostrar que somos tus hijos. Te pedimos la sabiduría, la paciencia y las fuerzas físicas para poder soportar cualquier prueba que nos envíes.  Queremos avanzar, queremos caminar más hacia ti, ayúdanos a crecer espiritualmente y tener la estatura de Cristo nuestro Salvador. En el nombre de Jesús. Amén.