PASANDO POR VARIAS PRUEBAS
Escudríñame, oh Jehová, y pruébame;
Examina mis íntimos pensamientos y mi corazón.
Porque tu misericordia está delante de mis ojos,
Y ando en tu verdad.
Salmos 26: 3-2
En los tiempos de estudiantes, nos veíamos en constantes situaciones de pruebas de aprendizaje o lo que les llamamos exámenes. Sea en el plan básico como en la universidad, en alguna oficina de empleo tuvimos que pasar por una serie de evaluaciones para que el maestro o persona interesada supiese de nuestra capacidad o de nuestro conocimiento. Así, al habernos evaluado, pasamos a otro nivel superior o nos ponemos a la disposición de aquella persona que confía en nuestro potencial en las diferentes actividades que se tienen que realizar.
Pues bien, hay un dicho popular que dice “Que por su boca muere el pez” y algunas veces nosotros nos jactamos en la presencia de Dios que somos fieles creyentes, que no dudamos en su palabra. Algunos hermanos, durante el servicio gritan “aleluya”, ¡Gloria a Dios!, ¡Amén! Dice uno por allá o todos al mismo tiempo. Sin embargo llegado la prueba, la que nosotros mismos provocamos a Dios por nuestras actitudes o por que simple y sencillamente Dios quiere probarnos hasta donde tienen raíz nuestras palabras. El rey David proclamó estas palabras de lo más profundo de su corazón: “Escudríñame, oh Jehová, y pruébame” como queriendo decir, lo que mis palabras dicen, eso es lo que hago, eso es lo que pienso.
La Biblia nos dice en 1ª. Corintios 2:10 “porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.” Y si escudriña a Dios mismo, como no ha de saber lo que nosotros decimos o pensamos y por ello te listo a continuación 10 tipo de pruebas que Dios ha permitido que pasemos o que vayamos a pasar y debes de estar preparado con el pensamiento, con el corazón, con todo tu ser.
Debes de recordar que las pruebas que nos llegan a nuestras vidas son oportunidades para demostrar a Dios la madurez y el potencial que hemos desarrollado en nuestro caminar.
El Dr. Jhon Maxwell , en su obra “Un Millón de Líderes” expone que al haber pasado una prueba, el resultado de la misma nos indicará 3 posiciones:
(a) Pobreza Interna. La prueba revela que la persona ha respondido pobremente y falló al actuar obedientemente. Cuando llega la enfermedad, cuando llega el dolor, cuando llega la traición, la pérdida, etc. la persona no sigue en el camino ni en el lugar donde Dios le ha puesto, ya no quiere ir a alabar a Dios, no quiere que ningún hermano le hable, hace muchas cosas contrarias a lo que Dios nos dice. Por eso el libro de Hebreos 10:25 le dice al pueblo de Dios “No dejando de congregarse, como algunos tienen por costumbre”. La mayorìa falla cuando miente para pedir algo, para salir de algún apuro.
(b) Estancamiento Interno. La persona no ha madurado, se ha estancado en su crecimiento. Llega la prueba o pruebas, todas al mismo tiempo, la persona resiste al problema, sea ofensa, traición, desprecio, maltrato, etc, pero se queda aislada, sigue perteneciendo a la iglesia, a la congregación, pero ya no se relaciona con los demás hermanos, entra y sale pero no hay aquella koinonía con el resto del pueblo. Dice además: “yo he perdonado al hermano”, pero no le demuestra eso con sus actitudes. Dice “soy siervo de Dios” pero ya no sirve con aquella pasión, critica todo, todo está malo, en fin, llega a la iglesia y sirve, pero no hay más interelación con lo que se le pidió. Igual nos puede suceder en el trabajo, llegamos a trabajar por la misma necesidad, pero ya no vemos aquello con agrado, ya no vemos lo que Pablo nos dijo: “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres” Col. 3:23
(c) Progreso Interno. La persona ha crecido y respondido con buenas expectativas, mejor que nunca. Esta persona aplica lo que Pablo nos dice en Romanos 8:28 “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” Responde positivamente a cada prueba, ve con agrado, ve como oportunidad y no como problema. No estamos excentos de las pruebas, no estamos excentos de la muerte, de la enfermedad, pues son como llaves para acercarse a Dios, nuestro creador.
Hace unos días fui a la unidad de salud de la ciudad, eran como las 7:00 de la noche y me encontré con una anciana, abuela de uno de los niños del CDI ADONAY y andaba sólo acompañada por la nieta, de 8 años, y su residencia está como a 2 Km. de distancia, pero para llegar a su casa tiene que pasar por lugares muy solos y oscuros. Le pregunté si su hijo le iba a venir a traer y me dice que no, que no lo había ubicado y quien sabe a que hora iba a llegar a la casa, por lo que le dije que si yo salía más antes de la consulta, iba a ir a mi casa y regresaría para ayudarla a llevarla. Y así pasó, salí de la consulta como a las 8:00 PM y la anciana quedaba ahí, y regresé por ella como a las 9:30 PM. Al empezar nuestro caminar, le pregunté que desde que horas estaba ahí y me dijo: ”estoy desde las 3:00 PM por una consulta de fiebre de huesos” pero ingresaban otras personas que venían más complicadas que yo y por eso se tardó tanto mi consulta “gracias a Dios” logré pasar y “para todos da Dios, lo bueno es compartir”. Esta anciana pasó la prueba ante Dios, por su paciencia, por soportar el dolor, por ponerse en el lugar del otro, compartir los recursos, etc. Para el que estuviera reprobado o tiene estancamiento interno, sus palabras hubieran sido: ¡No se vale! Me tratan como a un perro, pago mis impuestos a tiempo y no me atienden como se debe, ¡estos médicos no sirven para nada!, etc, etc.”
Así que veamos que tipos de pruebas nos llegan a nuestras vidas y estemos preparados para hacerle frente:
1) Prueba de las cosas pequeñas. Lucas 16:10 “El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto.” En esta prueba se pone de manifiesto la fidelidad y la posibilidad de tener oportunidades mayores. Podrá llegarte la escasez y debes de permanecer fiel a Dios, en tu agradecimiento, en tus ofrendas o diezmos. Talvez pediste algo grande, pediste un aumento de sueldo, pediste una remesa , etc. y lo que recibiste fue algo pequeño, una pequeña porción de sueldo, 10 dólares en vez de 100. Si respondes con agradecimiento, con alegría lo que te llega, lo que pediste, entonces estás preparado para tener mucho más. De eso se encarga Dios.
2) Prueba de la Motivación.
Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde?
¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra.
Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia. Job 1:9-11
Esta prueba es para aquellos que son celosos de la obra de Dios, deseosos de seguir sirviendo, para los que son diligentes para hacer bien las cosas. Nunca dejes de hacer las cosas bien para Dios, sigue haciéndolas aún cuando no haya reconocimiento de otras personas, aún cuando lo que has hecho para tu jefe, para tu patrono, para tu Dios, se lo atribuyan a otras personas.
3) Prueba de la Mayordomía
Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Mat. 5:21
Parecida a la primera prueba, esto tiene que ver con la capacidad de manejar estratégicamente y generosamente los recursos que Dios nos da.
Si tenemos poco, no es sinónimo de ser tacaños o mezquinos con lo que tenemos con alguien que necesita. Eso sí, debemos de ser cuidadosos con lo que tenemos, pues si al recibir algo, aunque sea pequeño debemos de cuidarlo, de darle un buen uso, para seguir estando en la mira de las bendiciones. Recuerdo la ocasión en que a un hermano pastor amigo le pedí prestado un micrófono pues necesitábamos para un evento especial y él nos lo prestó. Pero al terminar el evento, le di instrucciones a un servidor para que lo llevara al hermano. Pasó una semana y recibí la llamada de este hermano pastor pidiéndome el micrófono y me dijo: la verdad es que el valor del micrófono es insignificante, pero Dios me lo ha dado para uso de la iglesia y debo de cuidarlo como si fuera valioso, pues de Dios es. Me impactó esa palabra, y le pregunté al servidor al respecto y a él se le había olvidado entregarlo. Estoy seguro que él recibió su recompensa.
4) Prueba del Desierto
que te hizo caminar por un desierto grande y espantoso, lleno de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde no había agua, y él te sacó agua de la roca del pedernal;
que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien
Esta prueba tiene casi no nos gusta. Recuerdo que en el seminario se nos advirtió de esta prueba, que todo creyente tiene que pasar y especialmente cuando somos profesos de seguir a Jesús desde el pastorado. Algunos estudiantes se retiran en la misma carrera o aprendizaje porque la prueba les llegó antes de estar como pastor, otros seguimos a pesar de las circunstancias. Y es que comer quizás sólo tortilla o pan con café o no comer, como que no nos gusta. Llega el momento de estar solo, porque la familia te abandona, tus amigos no quieren saber de ti, en el trabajo nos aislan, caemos en faltas o delitos que vamos a parar a la cárcel, o nos ponen en disciplina, creemos que ya Dios no nos escucha, que estamos sólos y abandonados. Conozco de casos en que algunos creyentes, amigos míos han querido morir o provocar su muerte, porque esta prueba realmente es especial. Cuando tu espíritu interior se sienta seco, es cuando podemos revelar lo grande de nuestro potencial para el cambio y crecimiento. Generalmente cuando salimos de este desierto, si salimos aprobados, saldremos cambiados, saldremos confiados en la mano de Dios. Conozco de una familia que era comerciante en drogas y otros negocios oscuros, y estaban acostumbrados a la vida llena de muchos lujos y conocieron de Cristo, y les vino la prueba de la cárcel, un hijo hospitalizado, algunos amigos de esta familia se volvieron sus enemigos y le pusieron precio a la cabeza del esposo. Soportaron esta prueba, tanto que Dios les ha constituido una gran casa, tienen un taller automotriz, la esposa tiene su negocio de ventas y un día de estos fui a su casa y les pregunté como estaban, a lo que el esposo me dice: -por la voluntad de Dios, estamos bien, puesto que nos ha dado para comer mi familia y yo, con eso es bastante. La esposa me dice: –pastor, los grande lujos no los tenemos, pero nos sentimos bien con nosotros y nuestros hijos. Nos sentimos apoyados por Dios, nos proteje y nos da lo necesario. Y van a seguir aprendiendo más de Dios, pues le seguimos discipulando. De las familias que esta iglesia tiene, ésta es una de las que ha estado en los momentos difíciles como en los buenos tiempos.
5) La prueba del Perdon.
Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados(Hebreos 12:14-15);
Esta prueba nos muestra que si estamos siendo obedientes a la Palabra de Dios, no nos ofendemos fácilmente y que estamos preparados para perdonar a los demás.
En algunas ocasiones nos ofenden, nos traicionan y perdonamos con “perdón con cola”, es decir que le decimos a la persona “te perdono pero si lo vuelves a hacer te destierro, te mato, te mando a volar” quedan raíces de amargura. Es bueno trabajar en esta área, porque ciertamente es bendición tener la armonía con todos na tal grado que Dios nos advierte que si vamos a darle ofrenda, primero tenemos que acordanrnos si tenemos algo contra alguien tenemos que ir a pedirle perdón para luego venir a darle a Dios la poarte que le corresponde. Algunas veces decimos que perdonamos pero no lo demostramos con nuestras actitudes. En la iglesia, en el momento del saludo, le damos la mano al hermano pero nuestra mirada está en otro lado, no le sonreímos, no le abrazamos. Me pasó a mí algo parecido, alguien me traicionó y aunque dije que le perdonaba, no lo abrazaba como antes, pues sólo le daba la mano y aunque le daba la cara, no le mostraba ese afecto anterior. Pero llegó el día que me confrontó Dios con este hermano, donde a terceras personas las ocupó Dios para que en un evento donde fuimos invitados oráramos los unos por los otros, es decir él por mi, yo por él y fue ahí donde Dios me dijo: Soy un carpintero que arregla las cosas y los corazones. Quiero arreglar el tuyo. Y fue ahí, en ese momento en donde pude abrazar al hermano con toda honestidad, con el amor que Dios me da.
Algunos fallamos, otros no. Aprender esta lección cuesta, pero no es imposible. Así que pídale a Dios que sea él el carpintero de tu herida, de tu raíz de amargura contra alguien.
Hay otras pruebas que se nos quedan en el tintero pero considero que estas son las más cruciales. Ten ánimo dijo Jesús, “Creed en Dios”. Marcos 11:22, porque si confiamos en Dios y le somos obedientes aún cuando las cosas estén “todo al revés o las veamos así, el resultado será sorprendente.
Así que te animo a que no desesperes ni tires la toalla, pues Dios sigue tratando con nosotros hasta el final de nuestros días.
Oración:
Señor, te damos la honra y la gloria en este día y te damos las gracias por las diferentes circunstancias en que nos das la oportunidad de demostrar que somos tus hijos. Te pedimos la sabiduría, la paciencia y las fuerzas físicas para poder soportar cualquier prueba que nos envíes. Queremos avanzar, queremos caminar más hacia ti, ayúdanos a crecer espiritualmente y tener la estatura de Cristo nuestro Salvador. En el nombre de Jesús. Amén.
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