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sábado, 4 de agosto de 2012

LA PERSEVERANCIA QUE RECOMPENSA (PRESO POR UN PREMIO)

LA PERSEVERANCIA QUE RECOMPENSA (PRESO POR UN PREMIO)
Gen. 31: 38-42
31:38 Estos veinte años he estado contigo; tus ovejas y tus cabras nunca abortaron, ni yo comí carnero de tus ovejas. 
31:39 Nunca te traje lo arrebatado por las fieras: yo pagaba el daño; lo hurtado así de día como de noche, a mí me lo cobrabas. 
31:40 De día me consumía el calor, y de noche la helada, y el sueño huía de mis ojos. 
31:41 Así he estado veinte años en tu casa; catorce años te serví por tus dos hijas, y seis años por tu ganado, y has cambiado mi salario diez veces. 
31:42 Si el Dios de mi padre, Dios de Abraham y temor de Isaac, no estuviera conmigo, de cierto me enviarías ahora con las manos vacías; pero Dios vio mi aflicción y el trabajo de mis manos, y te reprendió anoche. 

¿Qué es perseverancia?
1      Dedicación y firmeza en las actitudes e ideas o en la realización de las cosas.
2      f. Firmeza y constancia en la ejecución de los propósitos y en las resoluciones del ánimo.Duración permanente o continua.
3      1 firmeza, tesón, constancia. inconstancia, incumplimiento, indecisión, desaplicación.
4      «La perseverancia está en las acciones y en la conducta; la constancia, en los sentimientos y en las opiniones. Tan constante fue Galileo en sus doctrinas sobre el movimiento de la Tierra, que perseveró en defenderlas aun después de condenadas.» José Joaquín de Mora
Le ponía entre paréntesis “preso por un premio” porque se me viene a la mente, la idea del que está preso por algún delito y tiene que pagar una condena. Durante esa estancia obligada, esta persona desea salir algún día. No conozco a nadie que quiera permanecer en ella después de cumplida su condena. Más sin embargo, tiene que saber que durante ese tiempo, tiene que estar en observación de buena conducta, de colaborador, de querer progresar académicamente, en fin de estar en un estado de ánimo y de servicio constante para lograr salir antes o en el tiempo estipulado cambiado totalmente.  Se supone que eso era el propósito de las cárceles con eso de los derechos humanos.    Pues bien bajo este esquema quiero hablarle hoy  de este tema: “la perseverancia”   que va amarrado a un propósito, a un objetivo o meta.
El preso tiene el propósito de salir, lo más antes posible.
El cristiano tiene que también saber perseverar y tiene que tener un objetivo concreto, no vago, no confuso.  Un pastor amigo mío expreso una frase que me pareció atinada a este tema:"Dame un empleado de almacén que tenga una meta, y te mostraré un hombre que hará historia. Dame un hombre sin una meta y te mostraré un empleado de almacén"
Alguien que no se persevere, que no sabe lo que desea, rápido abandona el trabajo, le vale un pepino dejar tirado el hogar, la familia, el ministerio, el llamado a ser un hombre transformado. En una compañía de prestigio se tiene siempre oportunidades. Se logra llegar a conquistar una buena posición.

Por ello, he aquí tres características de alguien que persevera: (espero que seas uno de ellos)
Ø  Pagando lo que otro se comió.  Gen. 31:39 “Nunca te traje lo arrebatado por las fieras: yo pagaba el daño; lo hurtado así de día como de noche, a mí me lo cobrabas. 
Hablamos acá de alguien que económicamente está pagando quizás una deuda, que sirvió de fiador, que sin consultar a Dios ayudó a alguien pero le falló y  pero también aplica para aquellos que son acusados y sentenciados injustamente.  
El cristiano tiene que persevera, sabe hacia donde va y que es lo que quiere alcanzar, en diferentes áreas de su vida. 
El caso de Jacob, producto de una falta familiar, tuvo que salir huyendo hacia sus parientes, más sin embargo, en el camino, después de haber cometido la falta, tiene una revelación de Dios para con su vida. Un llamado del cual no se puede resistir
El cristiano tiene que hacerle frente al desánimo, al rencor, a la desconfianza, al egoísmo, porque todos ellos, uno a uno o en conjunto quieren que no logres tu milagro, tu meta. Por lo tanto clave una y otra vez, debe de perseverar, no me he de mover, no he desconfiar, me levanto aunque esté caído, debo de perdonar aunque sea doloroso, debo de compartir aunque no merezca aquella persona, etc.

Ø  Sufriendo incomodidades. Gen. 31:40
Si alguien padece de impaciencia, pídale al Espíritu Santo que le ayude a conseguir el fruto de la paciencia, porque ojos la impaciencia, en un abrir y cerrar de ojos, se vuelve aliado con los otros malos espíritus para sacarte de la carrera, de la visión, del sueño, de la meta.
Si en algún momento has pasado por esto:
*      Vas al banco o algún restaurante y está  lleno, rebalsa de gente y no le gusta hacer fila para alguna cosa, pero lo haces, de buena manera o de mala gana, pero lo haces.
*      Has aguantado hambre, trabajando por algo o para alguien, y no es que no hayas tenido dinero.
*      Sí haciendo algún favor a alguien u obedeciendo a un llamado laboral y porqué no decirlo, has atendido a un llamado espiritual,  has aguantado frío, o calor, has dormido en el puro suelo, etc.  Jacob lo hizo, puso de cabecera a dos piedras, Gen. 28:11. Jesús también no tenía donde recostar su cabeza. Mt. 8:20
*      Has caminado descalzo, los zapatos se te han roto, te han humillado en circunstancias nada agradables, sin causa justificada.
Si todo esto lo has hecho, ya tienes la mitad de tu premio, la meta está cerca. Siga perseverando.
En todo esto, tendrás que aumentar más tus metas. Ibas por una, pero ahora, después de un tiempo, la meta ya la tienes, vas por otra que ayude a la meta que ya tienes. Jacob lo hizo así, primero tuvo esposa por lo cual lucho y luego vino la riqueza. Ojo en esto: El esfuerzo de la perseverancia es parte tuya, de tus fuerzas, de tu ánimo, pero la otra meta, le corresponde a Dios, la riqueza, ya fue la gracia ante los ojos de Dios, fue por su amor a su hijo. Siga persevernado.
Ø  Sufriendo engaños Gen. 31:41  “Así he estado veinte años en tu casa; catorce años te serví por tus dos hijas, y seis años por tu ganado, y has cambiado mi salario diez veces.”
A esto yo le llamo pagando la factura del pasado. Viene el tiempo de lo que sembraste ahora lo cosechas:
ü  Hemos tenido la oportunidad de haber sido engañados, timados, 
ü  Promesas que a último momento las rompen
ü  En vez de aumentarte el sueldo, te lo  bajan.
ü  Te descienden de posición laboral.
ü  Nos pagan con infelidad, etc. Ver el caso de Oseas)
Si así han sido las cosas, persevere, tenga paciencia, el premio ya casi lo tienes.
Si en la familia tienes algún caso de adulterio, agárrese de esta palabra “Yo y mi casa serviremos a Jehová” persevere hasta el fin.

Conclusión:
En todo este tiempo en que te has mordido tus  labios para no habar más de la cuenta, en donde has estado como chocobanano, helado, helado; en donde has estado con hambre, en donde se han burlado o reído de ti, alguien ha visto tu aflicción, y ese alguien es es EL QUE VIVE. Gen. 31.42
En todo esto, en tu perseverancia, si dejas que Dios haga lo suyo, en donde tú no le ayudas a é, porque él sabe como hacerlo, entonces llegará ese día donde así como a Jacob, Dios te dará:
Ø  La recompensa
Ø  La restauración familiar
Ø  Las riquezas financieras
Ø  El respeto que se había perdido.
Ø  La justicia anhelada
Ø  La credibilidad en TU BUEN NOMBRE

Todos pasaremos por un tiempo de disciplina, así como el preso, su disciplina fue pasar un tiempo en la cárcel, en algo parecido nos tocará a nosotros, quizás estar solos, quizás enfermos, quizás económicamente acabado, triste, huyendo, en fin, pero ten ánimo: Ya eres parte del proyecto de Dios. De hecho eres un proyecto y estás dentro de otro proyecto de Dios, su novia, su iglesia. Dios nos de fuerzas en toda circunstancia, donde quizás hemos dejado la familia, momentos de diversión, momentos de placer, pero  yo creo y declaro que mi posterior estado será mucho mejor que el que tengo ahora. En el nombre de Jesús, amén.





miércoles, 7 de septiembre de 2011

AYER TE VI


AYER TE VI
 Mateo 25:36
25:36 estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. 
25:37 Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? 
25:38 ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? 
25:39 ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? 
25:40 Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.






Hay una alabanza que ya días suena en la radio, original de Jesús Adrián Romero llamada “Ayer Te Ví” y algo parecido me impactó uno de estos días de esta semana al verme involucrado en una escena con una linda familia a quien aprecio mucho.

Ciertamente hay una gran variedad de oportunidades de hacer el bien al prójimo y especialmente en aquellos indefensos o débiles, a los cuales se pasan desapercibidos muchas veces a nuestros ojos.

Hace varios días visitaba a una familia a quien aprecio mucho y dentro de esta familia hay una linda señora, a quien conozco de hace muchos atrás y que en varios momentos me ayudó como si fuera mi madre y creo que hasta en el color de su piel  que es igual a la mía, morenita nos parecemos. Tiene como la edad de sesenta años y está con un problema de aihzemer. Está en la etapa de que ya no se acuerda de las personas de tiempo atrás. Si acaso recuerda un nombre es por un momento. Se le olvida como sentarse, y se le tiene cuido como cuando se cuida a un infante de un año a tres, estando pendiente de sus necesidades básicas. Y quien cuida de ella es una linda anciana, la madre de ella, que recién ha cumplido sus ochenta y siete años.
Pero lo que me llama la atención y por lo cual la puse como ilustración es que al platicar con ella y ver sus ojos, su mirada me daba la sensación de que estaba ante alguien angelical, y vi a Jesús en ella, en su rostro, en su voz, en su piel. Salimos a dar una vuelta por ahí y a degustar de una buena taza de café, y dentro de mí sentía cierta impotencia por no poder hacer más por ella en el día a día ni por su anciana madre que la cuida

Pero me recuerda Dios que si buscamos el poder en el evangelio, podemos encontrar la fuerza, la fuerza espiritual mayor que la fuerza física o inteligencia. Cuando leemos la Carta a Los Romanos, nos damos cuenta de que en ellos estaba una cultura de guerra, acostumbrados a no retroceder en la batalla. El calzado del soldado romano consistía en una bota, de suela gruesa. Tenía una hilera de correas de cuero que lo ataban al pie. En la parte de abajo había pedazos de metal en forma de clavos para sostenerse al momento del combate mismo.  Sin embargo llega Pablo y les dice: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.” Así que creer en aquel que siendo hombre murió en una cruz, que no pudo salvarse así mismo y que luego resucito, para ellos era locura, pero creyeron, Por lo tanto sigo con una locura en el evangelio, y es provocar en ustedes mis amigos lectores una cadena de oración diaria, todos los días a favor de esta hermana en Cristo, para que Dios haga la obra.
Jesús nos dijo “De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también,” Juan 14:12
Deseo también despertar en ustedes una parte de su sensibilidad hacia los ancianos y los niños de la calle, que no tienen a nadie más que a usted o a mí creyentes en Dios. Es aquí donde quisiera hacer lo mismo que hizo la madre Teresa de Calcuta, el frayle martín de Porres, que vieron a Jesús en los leprosos, en los pobres, en los niños.
Así que con la fe de un niño, apóyanos haciendo la siguiente oración: Amado Padre, Dios de Habraam, de Isaac y de Jacob, Dios de Israel, Dios grande y poderoso, tú que formaste las pléyades, que formaste los cielos y la tierra, los mares y las grandes lumbreras del firmamento, tú que eres Todopoderoso, el que todo lo sabe y el que todo lo puede, hoy venimos antes su presencia, como cuando el pueblo de Israel venía ante la puerta de la ciudad a ver al rey, a ponerle su queja o petición, así hoy venimos antes usted ahora, a que nos escuche nuestra oración por la sanidad en la vida de su sierva Ana Mirian vda. De Gálvez, quien por alguna razón, en su soberanía Señor, usted ha permitido que tenga esta enfermedad de Aizhemer, y pedimos su misericordia, su compasión, su mirada, como cuando sanastes a paralítico de Bethesda, al ciego de nacimiento, al que tenía la mano seca, al que murió y luego lo resucitaste después de cuatro días de muerto, como aquellos 10 leprosos, en fin Señor, como has sanado ayer y hoy a muchas personas. Así también nos unimos en oración por ella. Señor tú todo lo sabes, sabes que creemos en ti y en tu Palabra. Ayúdanos en este tiempo que es de restitución, reclamamos esa sanidad que el enemigo se haya llevado de nuestra hermana. Reclamamos la autoridad de la que hemos sido investida por tu muerte y por tu unción que has derramado sobre tu remanente, sobre tu manada. Oh Señor, Padre mío, en ti confiamos, desde siempre en la eternidad. Gracias, porque por esta palabra tuya, sabemos que ella será sana. Por la fé el universo se hizo de lo que no se veía. Así sea con nuestra hermana. La vemos sana, en el nombre de Jesús. También sabemos que con la sanidad de nuestra hermana Mirian, la paz en los últimos días días de su madre Natalia vendrá a ella, y podra tener ese reposo en su alma, querido papito precioso y amado. AMÉN.