lunes, 22 de marzo de 2010

PENSANDO MÁS DE LA CUENTA


PENSADO MÁS DE LA CUENTA
Marcos 10:35-40

10:35 Entonces Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, se le acercaron, diciendo: Maestro, querríamos que nos hagas lo que pidiéremos. 
10:36 El les dijo: ¿Qué queréis que os haga? 
10:37 Ellos le dijeron: Concédenos que en tu gloria nos sentemos el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda. 
10:38 Entonces Jesús les dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado?Lucas 12. 50
10:39 Ellos dijeron: Podemos. Jesús les dijo: A la verdad, del vaso que yo bebo, beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados; 
10:40 pero el sentaros a mi derecha y a mi izquierda, no es mío darlo, sino a aquellos para quienes está preparado.

 

Hay personas comunes y corrientes y hay personas especiales. Las comunes y corrientes son aquellas que se acomodan en su estilo de vida, que no hacen nada por enriquecer su conocimiento, y además de eso piensan que con lo que saben ¡lo saben todo! y se conforman con lo que han aprendido. Pero hay otros que son especiales, que han descubierto que hay que adquirir sabiduría e inteligencia siempre al lado de un gran maestro: JESÚS.
Pero cabe la posibilidad y así es, que aquella persona especial, se equivoque al mal interpretar lo que Dios nos da, lo que el nos permite administrar o lo que el quiere que usufructuemos.
¿No te ha pasado que algunas veces pensamos que con lo que nosotros le damos a Dios sea como ofrenda o diezmo, lo que le damos de tiempo como servicio, lo que pasamos como discípulo al lado de un maestro un poco gruñón, de lo que soportamos como bochornos o mal tratos de parte de superiores, etc, pensamos que somos merecedores de un favor de Dios o de justificar cualquier dádiva de Dios en manos alguien acá en la tierra? ¡Pobrecitos de nosotros que nos engañamos a nosotros mismos! No cuantifiquemos que recibiremos del Señor, sino cualifiquemos lo que le damos a Dios y aún así con lo que le damos, somos deudores de Dios, pues no alcanzamos a darle todo lo que el se  merece por su amor hacia nosotros.
En el caso de Juan y de Jacobo la Palabra de Dios nos enseña que no hay que confundir la gracia o favor de Dios para con nosotros con lo que nosotros debiésemos merecer.  Y es que ¿habrá alguien merecedor de pedir estar cerca deJESÚS o de recibir un milagro o un favor de Dios como si se tratara de una competencia con otros hermanos o hijos de Dios y decir que somos los más santos, los más espirituales, los más justificados? ¡NO nos corresponde a nosotros decir o asignarnos premios, pues entoinces hemos entendido mal el Reino de Dios
¡No sabéis lo que pedis les dijo a los discípulos!  Pues creo que merecemos tambien esa respuesta. Ciertamente yo quiero estar al lado de Jesús, pero tengo que ser de aquellos que “entreguen la vida por los demás” en una labor que es tan especial: El servir a todos”, sin distinción, sin rencor, sin prejuicio alguno, sin esperar nada a cambio, sino que al contrario, pensar que con lo que hace para con determinada persona, que llegue a pensar lo mejor de Dios para su propia conversión.
En el pasaje paralelo de Mateo 20:20 nos enseña que es el Padre el que nos asignará el lugar  o premio que nos corresponde con Jesús, y será un lugar muy especial para el que sirve con un corazón humilde y sincero para con su prójimo.
Te animo a que acá en la tierra, mientras te sean dados mas años de vida tengas presente que una de las mejores maneras de recibir el favor de Dios es sirviendo y en silencio. No servir y publicarlo como una lora, sino que el que pesa los corazones sepa como nos esforzamos por servirle a alguien acá en la tierra como si fuera Cristo.
El que tenga oídos que oiga.  Un abrazo fraternal.







No hay comentarios: