jueves, 19 de marzo de 2015

PRESENTARTE EN SACRIFICIO VIVO…(Aunque no me guste)



PRESENTARTE EN SACRIFICIO VIVO…(Aunque no me guste)
Romanos 12:1
“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.” 



Día a día tenemos que ir a trabajar, tenemos que salir a las calles, convivir con el mundo, tomar un autobús, ir al mercado, etc. Ciertamente hay algunas cosas que no nos agradan o no nos gusta hacerlas pero tenemos que hacerlas, porque de ello depende nuestra subsistencia, nuestro salario, nuestra residencia, etc.
El hombre o mujer creyente tiene que tener este principio en su amanecer, en el transcurso del día y en el anochecer: “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.”  Así EL TEMOR no es miedo, sino saber que Dios dijo y él hará, que dijo que hay que obedecer a quien vemos.  Así  que el enfrentarnos a toda faena en el día, sabemos que enfrentaremos dificultades y  hoy quiero traer a cuenta el saber discernir un tema que está casi en todas las actividades de nuestras vidas:

RECONOCER LA AUTORIDAD Y ESTAR BAJO ELLA
Son pocas las personas, incluyendo las creyentes que saben discernir este principio de La Autoridad, y el obedecer sin rezongar.  
Miremos por un momento la vida de un joven adolescente, soltero:
a.       En su casa tiene que aprender a estar bajo autoridad de sus padres, de sus abuelos o de las personas a quien se le ha encomendado su crianza.
b.      En su escuela o en la universidad  tiene que aprender a estar bajo autoridad de sus maestros, mentores
c.       En sus ratos de diversión o de membresía en algún club deportivo tiene que aprender a estar bajo autoridad del líder o  jefe del equipo
d.      En la iglesia, tiene que aprender a estar bajo autoridad del pastor, del líder del grupo ministerial donde se ha adscrito, etc.
e.       En su ciudad, aprender a estar bajo autoridad del alcalde y de las autoridades militares que están destacadas en ella.
f.        En su país, estar bajo la autoridad del presidente que gobierna la población
En la mayoría de los casos, el hombre en su etapa de niño, se le enseña quizás sólo dos primeros enunciados, dejando los otros como si quieres, si lo deseas, no hay problema.  Nunca he visto a padres de familia inculcando estar bajo autoridad del presidente de la república, o del líder del grupo deportivo.  Así podemos enumerar al adulto, al casado, al soltero, al aciano, etc.  Todos tenemos a alguien de a quien dar cuenta y de obedecer en cierto momento. Pero no todos les gusta practicar la obediencia ni muchos menos el someterse. Pero se le olvida el hombre, que él,  ciertamente es como la hierba, así lo  dice el Salmo 103:15 y resulta que la hierba es tan frágil que un pequeño rasguño se parte su tallo y está en problemas. Así es también el hombre, su cuerpo es tan frágil que en cualquier situación anómala se puede necesitar de ayuda médica, de descanso, de reposo. Y no sólo también en el aspecto físico de su cuerpo sino de varias cosas que necesita el cuerpo: sustento, techo, protección, seguridad, etc. Así que si alguien no ha aprendido a estar bajo autoridad, en cualquier momento se le despedirá del trabajo, en cualquier momento aguantará castigo físico del padre o de la madre, en cualquier momento lo echarán de la casa, del grupo deportivo, etc. 
Veamos el caso de un hombre militar que a Jesús se le cruza en su camino:
7:2 Y el siervo de un centurión, a quien éste quería mucho, estaba enfermo y a punto de morir. 
7:3 Cuando el centurión oyó hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos, rogándole que viniese y sanase a su siervo. 
7:4 Y ellos vinieron a Jesús y le rogaron con solicitud, diciéndole: Es digno de que le concedas esto; 
7:5 porque ama a nuestra nación, y nos edificó una sinagoga. 
7:6 Y Jesús fue con ellos. Pero cuando ya no estaban lejos de la casa, el centurión envió a él unos amigos, diciéndole: Señor, no te molestes, pues no soy digno de que entres bajo mi techo; 
7:7 por lo que ni aun me tuve por digno de venir a ti; pero di la palabra, y mi siervo será sano. 

7:8 Porque también yo soy hombre puesto bajo autoridad, y tengo soldados bajo mis órdenes; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace

 Así que vemos a un hombre del ejército romano, con cargo de Centurión, que ha oído de un tal Jesús que sana enfermos.  Y nos llama la atención que este militar pone en práctica  el principio de levantar al compañero caído, pues un siervo bajo su cargo está enfermo.  No es quizás herido en combate, simplemente herido pero de muerte y oye de los milagros que hace Jesús.
Este hombre nos muestra que está bien ubicado: 
1) Tiene cuidado de los que tiene bajo su cargo
2) Sabe a quién recurrir en momentos de crisis
3) Sabe estar bajo autoridad y sabe impartir autoridad.

Cómo él sabe estar bajo autoridad, sabe ese principio por convicción y por el uso práctico, no dice el autor que si le gusta o no, simplemente él vive plenamente estar en autoridad,  pues a él le dicen ve y él va, has esto  y lo hace; así también, él cómo jefe sabe impartir autoridad, pues ordena a un siervo o soldado bajo su cargo y el siervo lo hace. Ese principio lo traslada a Jesús. Algo le dice que Jesús tiene autoridad sobre la enfermedad, sobre la muerte, sobre la pobreza, etc. Por ello le dice: Dí La Palabra…. Mi siervo sanará…..Y el siervo fue sanado.
Eso mismo Dios quiere de nosotros, que aprendamos a vivir bajo autoridad porque tarde o temprano nosotros estaremos en una posición de autoridad y nos gustará tener a gente obediente. Pero si no aprendes a estar bajo autoridad, ¿Cómo esperamos que nos obedezcan? Porque el estar bajo autoridad con quien se debiese estar, nos hace estar  sincronizados con la gracia, con el favor de Dios y por ello no es de extrañarse que cuando se nos da la oportunidad de ser cabeza, también Dios pondrá la sagacidad y el discernimiento para gobernar como también pondrá el discernimiento de estar bajo autoridad en aquellos que estarán bajo nuestro cargo.
Deuteronomio 29:13 y 14 nos dice: El Señor te pondrá por cabeza, no por cola. Estarás por encima de todo, nunca por debajo, siempre y cuando obedezcas y cumplas los mandamientos del Señor tu Dios, que hoy te ordeno cumplir,

Así que volviendo a nuestro versículo de nuestro inicio de este mensaje, Pablo exhorta a los creyentes:  “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo,”   esto quiere decir en algún momento, nos vamos a enfrentar a situaciones desagradables en donde no queremos obedecer, pero Dios te recuerda:
A.      De todas las misericordias del pasado que hemos recibido. Han sido muchas, han sido valiosas y justo en el momento oportuno.  ¿Cómo no obedecer a alguna norma, aunque no me guste, pues es a Dios a quien le debo todo?
B.      Presentar nuestro cuerpo, con las actitudes correctas  aunque no nos guste, a aquel que tenemos como jefe.  No enojado, no amargado, no rezongando, no tarde, no mal hablado, etc.
C.      A ir a la iglesia, a obedecer a nuestros líderes, en circunstancias en que sentimos dolor o enfermedad, pero hay que ir, sacrificando nuestra comodidad, nuestro cuerpo, porque Dios le agrada en aquellos que sacrifican su carne. Él te premia con grandes cosas

Cuando un hermano o hermana reconoce la autoridad, no se condena, pero si no la reconoce ni se somete, acarrea condenación para su vida.  Vea lo que dice Romanos 13:1-2
Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.  De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.

Así que en algún momento, si vives bajo autoridad, si disciernes, no tengas duda de que Dios te premiará con salud, con finanzas, con una buena familia, con buen trabajo, con buena posición social, con un buen cargo en la empresa, etc.

 Obedece las órdenes por sencillas que sean.  Obedece al amigo, que ahora está en posición de autoridad, a pesar de ser tu amigo, él tiene ahora un rol de autoridad.  Obedece aquella norma, aunque ella implique que te vestirás con una camisa de uniforme que no te gusta ya sea por el color o por el diseño, pero aprende a obedecer, Dios te premiará.  Sólo dile a JESÚS: DI LA PALABRA


Oración: Ayúdanos Padre Celestial, a vivir bajo autoridad. A discernir el tiempo y las bondades que trae el poder obedecer. Tú dijiste a Jesús: Este es mi hijo amado, en quien tengo complacencia. Así nosotros queremos oír de ti: que estás contento con nosotros, que e hacemos sonreír, que tienes complacencia en nosotros y con nosotros.  Ante toda dificultad Señor, SÓLO DI LA PALABRA, porque todo se sujeta a ti Jesús. Tuyo es el Reino, el Poder y La Gloria Señor. Dios les bendiga.  Pastor Roberto González.



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