martes, 28 de septiembre de 2010

MOVIENDO MONTES CON LA PALABRA …


MOVIENDO MONTES  CON LA PALABRA …
Marcos 11:22-24
11:22 Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. 
11:23 Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.
11:24 Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá. 



 

En mi E-mail me llegó una ilustración en diapositiva que me gustó mucho para el tema que les he puesto arriba y les transcribo el texto que traía:
Dicen que una vez un hombre era perseguido por varios malhechores que querían atracarlo.
El hombre entró en una cueva. Los malhechores empezaron a buscarlo por las cuevas anteriores a la que él se encontraba.
Con tal desesperación elevó una plegaria al Creador:  "Dios Todopoderoso, haz que tus ángeles bajen y tapen la entrada, para que no entren a matarme".
En ese momento escuchó a los hombres acercarse a la cueva en la que él se encontraba, y vio
que apareció una arañita.  La arañita empezó a tejer una telaraña en la entrada.
El hombre volvió a elevar otra plegaria, esta vez más angustiado: "Señor te pedí ángeles, no una araña."
Y continuó: "Señor por favor, con tu mano poderosa coloca un muro fuerte en la entrada para que los hombres no puedan entrar a matarme". Abrió los ojos esperando ver el muro tapando la entrada, y observó a la arañita tejiendo la telaraña.
Estaban ya los malhechores entrando en la cueva anterior y el hombre se quedó esperando su muerte.  Cuando los malhechores estuvieron frente a la cueva, ya la arañita había tapado toda la entrada.  Entonces se escuchó esta conversación:
- Entremos en esta cueva.
 No. No hace falta. Le dijo, ¡Mira, hay una telaraña! Es imposible que haya podido entrar
en esta cueva. Sigamos buscando en las otras cuevas.


 





Es siempre de recordar las palabras que Pedro expuso en su segunda carta a la iglesia: “Por esto, yo no dejaré de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis, y estéis confirmados en la verdad presente. ” 1:12
Así mismo nuestra fe es probada hasta en las cosas más pequeñas. Si fallamos en estas cosas pequeñas, ¿Cómo esperaremos grandes milagros? Cuando hay turbación  o preocupación la fe que decimos tener se nos bota, porque la mente domina al pensamiento, pero las palabras de Jesús eran: “Tened fe en Dios” Recuerdo que en mis clases de secundaria y bachillerato, los maestros nos pasaban al frente para hacer alguna exposición y siempre nos recomendaban ensayar antes de exponer  y que entre nosotros mismos habláramos fuerte y claro, para que los conceptos y otras cosas que  dijéremos  se nos quedara grabado en la mente. Y es que en efecto,  cuando se dicen palabras audibles fuertes y claras se genera una cierta grabación  en la mente de la persona que nos permite traer más rápido la claridad del pensamiento y hablamos.
El proverbio 18:11 nos dice:
La muerte y la vida están en poder de la lengua
Y el que la ama comerá de sus frutos. 
Cuando Jesús les dice a sus discípulos: “cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar” no está poniendo límites en nuestra boca o lengua. Todos podemos tener esta habilidad, pero en la práctica no todos lo hablan con la autoridad que hemos recibido del Padre.  Expresar lo que te ha sido delegado por Jesús es como si él mismo lo estuviera diciendo, pero esto es para quienes le han escuchado, le siguen, le esperan, le aman.
Había un centurión que creyó en el poder de Jesús expresado en sus palabras, él le dijo a Jesús: pero di la palabra, y mi siervo será sano.    Él había comprendido que como centurión había sido delegado con autoridad y él sólo decía y se hacía. Ese mismo estilo de  autoridad pero superior era la de Jesús, por lo que la enfermedad de su siervo sería como un “juego de niños” El creyó sanidad en su siervo y así fue hecho.
El mismo enemigo de Jesús, Lucifer, cree en el poder de la Palabra que dice Jesús, pues en Mateo le dice lo siguiente: “di que estas piedras se conviertan en pan” Pues con más énfasis les digo ahora a todos ustedes hermanos:
Declaren o digan con su boca, con la  autoridad que Jesús les ha dado y con el poder del Espíritu Santo, que todo monte, que simboliza problema, enfermedad, obstáculo, amenaza, muerte, etc. desaparece de tu alrededor, que ya no provocará distorsión en tu mente, y que Dios ha sepultado todo vestigio que te haga volver a sentir mal. Muy dentro de tu corazón habrá quizás alguna raíz de amargura, por lo tanto, di la palabra, la correcta:  “Me reconciliaré” con aquel hermano o familia o amigo. Haz tu mejor esfuerzo.  Quizás tengas mala convivencia con alguien de tu barrio, sólo di la Palabra:  ¡Que se convierta a Jesús!, procurando la paz para con mi casa, mi colonia, mi barrio” Quizás tengas escasez, entonces dí la palabra: Me levantaré y saldré a buscar, a pedir o a tocar….Lo que dices, tendrá poder, créelo. Porque Jesús nos dice:” y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.”
Ah mi hermano, si tuviéramos esa fe de un niño…..esto sería como un juego de niños.
Concluyendo con este mensaje y retomando la ilustración del que huía de los maleantes, este hombre dijo la Palabra, pero no la creyó porque el instrumento de Dios era una insignificante araña, comparado con la muralla que pedía.
Si vas a creer en la oración  y vas a expresarte al Padre en tiempos de angustia, crea en la multiforme gracia que Dios nos socorre, confiados que nos salva, pero que no nos importa el como.
Podemos decir que pedimos cosas que desde nuestra perspectiva humana son lo que necesitamos, pero Dios nos da aquellas pequeñas cosas  que se pueden volver grandes.
A veces pedimos muros para estar seguros, pero Dios en cambio nos pide confianza en Él,
para dejar que su poder se manifieste y haga que algo como una telaraña nos de la misma protección que una muralla.
Si has pedido un muro y no ves más que una telaraña, recuerda que Dios sabe lo que realmente
necesitamos. Si deseas quitar ese muro, también una araña te puede ayudar, Confía en Él y Él actuará.
 

Oración:
Señor, enséñanos a seguir esperando en ti. Enséñanos a confiar en la Palabra de Fe que oímos pero que la vamos a decir con poder. Nos has hablado hoy a través de este mensaje, bendice a quienes este día han decretado una trampa para mí, YO LOS DECLARO CONVERTIDOS PARA CRISTO”  Bendice a aquel que se ha deleitado en tu palabra. Y que la pone por obra. Declaro su favor para mi vida, hoy y siempre, en el Nombre de Jesús Amén.




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