viernes, 20 de junio de 2014

DEL BASURERO A UN LUGAR DE HONOR



DEL BASURERO A UN LUGAR DE HONOR
1ª. Corintios 1: 4-9
1:4 Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; 
1:5 porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; 
1:6 así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, 
1:7 de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo; 
1:8 el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. 
1:9 Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor
.

Como usted  sabrá querido hermano, Corinto era una ciudad cosmopolita, en una época cuando las restricciones morales eran mínimas. Naturalmente, era muy difícil establecer una iglesia y mantenerla pura en esas circunstancias. El propósito de Pablo al escribir esta carta fue doble: guiar a la iglesia a separarse del error y del desorden moral, y contestar algunas preguntas específicas que le dirigieron a él.
Corintio una gran ciudad en una ruta comercial generaba influencias en la iglesia con el  espíritu de inmoralidad y de codicia reinante en Corinto. Llegaron a tener muy mala reputación, hasta en los gentiles, como inmorales. Llena de filósofos, y por eso Pablo dice que él no fue con sabiduría humana, sino con  poder de Dios. Enfrentar este problema requería de carácter y de entrega a  Dios, en la misión que nos encomiendan.
Las ceremonias de adoración celebradas por las miles prostitutas del templo de Afrodita, la diosa del amor, fomentaban la inmoralidad que predominaba en todo Corinto. Era tal la inmoralidad de aquella que llego a acuñarse el verbo griego “corintear”, que significaba “practicar la inmoralidad”.
Esto era Corinto, y Pablo les predicó a toda carne de esta ciudad, y hubo convertidos, pero quedaban atados a su pasado, a aquellas prácticas que no eran agradable a Dios.  Por ello en el evangelio de Juan, encontramos el pasaje bíblico en donde nuestro amado Jesús resucita a Lázaro, éste vuelve a la vida, pero atado a todos aquellos vendajes que le pusieron y el ordena que lo desaten y le den de comer. Juan 11:44  Así que amado hermano, los de Corinto, aquellos que habían aceptado al Señor, estaban a la altura de Llázaro recién vuelto a la vida, pero tenían lazos o vendas que lo ataban para que siguieran enfermos, para que sigan en escasez, para que sigan fornicando, siendo inmorales, etc.  Esos lazos pueden ser los viejos amigos, una foto, un número de teléfono de alguien que tú sabes que era prohibido, viejas costumbres, etc.
Así que Pablo les escribe para corregir esa situación, no sin antes agradecer a Dios por la vida de cada ciudadano de Corinto que se convirtió, porque Dios se fijó en ellos sabiendo de los grandes pecados que tenían en su cuerpo y en su mente  y les declara que a cada creyente de Corinto le fue dada  la gracia de Dios a través de Cristo y esa gracia los hacía ricos ante Dios y también los hace rico ante los hombres.
Ciertamente, toda persona que recibe a Cristo tiene el privilegio de comenzar de nuevo, en muchas de nuestras áreas de nuestras vidas, sea en la familia, sea en la vida personal misma, sea en el trabajo, porque debe de haber una nueva forma de pensar, de decir las cosas, etc. Esto lo afirma Pablo a los de Corinto en su segunda carta en el siguiente versículo: 5:17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.    Como comprenderá amado lector, esta afirmación se las hace Pablo a una iglesia que ya había dado fruto, que ya había madurado,  que de aquel regaño o exhortación que les hace en la primera carta, ahora hay felicidad, hay gozo, porque se han manifestado verdaderos cambios en la vida de ellos.
¿Quién no ha sido prosperado el haber aceptado al Señor? Yo creo que nadie que en verdad se haya arrepentido y haberlo aceptado podrá decir que no ha habido un cambio para mejorar su vida, sus relaciones personales, su vocabulario, sus actitudes, todo lo que conlleva la personalidad de cada persona, pero es un proceso, que se tarda días, semanas, meses y hasta años en algunos casos.  Así que estando en las cosas del Reino, nos hemos visto favorecidos con múltiples bendiciones, que antes de convertirnos le llamábamos “suerte”, pero ahora ya no es suerte, le llamamos “gracia” porque donde quiera que vayamos el nos da la gracia para hablar, para recibir regalos, para aconsejar, para desempeñarse bien en el trabajo, para poder enseñar a otros, etc. y sobre todo  para estar en  la presencia del Padre que nos ve a través de Cristo Jesús.
Pero aquí viene lo mejor de todo esto, de saber  cuál es el pasado de los corintios, de sus debilidades y a pesar de todas las fallas que pudiesen tener, Dios los llama a anhelar y tener un don del Espíritu Santo, haciendo el bien: de tal manera que nada os falta en ningún don” 1:7
Así que habiendo sido lo que hayamos  sido, Dios nos envía a hacer el bien, armado con el poder del espíritu Santo, porque con cada don podemos ayudar a la iglesia, a las personas que no son creyentes, etc. y nos da un lugar privilegiado en donde menos lo imaginamos. Entre más pecador o pecadora hayamos sido, más es el privilegio que nos da. Jesús le dijo a Simón, un fariseo, ¿Quién amará más?¿al que se le perdona poco o al que se le perdona mucho? Y él contestó: al que se le perdona mucho. Lucas 7:47 Con sólo el hecho de que te llamen “hermano” ya es un privilegio ante el mundo, porque ellos mismos saben que algo bueno hay en nosotros.  Y esta gracia, estos dones, su uso constante, su servicio en la familia de Dios, sus oraciones, sus actividades a favor del Reino de Dios, nos va afinando, nos va quitando aquellas cosas que traíamos del pasado para que en EL DIA DEL SEÑOR, nos encuentre libres, sin ataduras, con gozo, sin nada que manche nuestro llamado, porque Jesús nos ha lavado todos los días de nuestra vida.
Así que mi amado hermano, no importa de dónde nos ha sacado Dios, sea de un basurero, de un hoyo, de una manera de vivir quizás desastrosa, quizás con problemas con la ley, etc. DIOS nos llama a tener esa comunión constante, directa con Jesús. No hay intermediarios, es una relación directa. Los corintios fueron llamados a tener una relación directa con Jesús, ese era el plan por lo cual Pablo fue enviado a esta ciudad. “Fiel es Dios” dice Pablo para que tengamos ese vivir día a día, ya no con aquellas malas costumbres, no con aquel pasado oscuro, sino vivir día a día con la expectativa de ser mejor, de que Cristo está siempre  a nuestro lado, que nos enseña, que nos consuela y que nos ayuda en todo.
Esperamos que usted amado lector, se proyecte a tener una mejor manera de convivir, de actuar y de pensar, teniendo en su mente y en su corazón la Bendita Palabra de Dios. Sólo ella nos ayuda en nuestro vivir en este mundo que poco a poco se muere ensangrentado.  Dios nos bendiga a todos y nos lleve a ese nivel de confianza y de comunión con JESÚS.
Dios les bendiga a todos.
Atte,
Roberto E. González.
Pastor









































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