lunes, 21 de julio de 2014

EL HOMBRE DEL REINO Y SUS DESAFÍOS.



EL HOMBRE DEL REINO Y SUS DESAFÍOS.
Mateo 5:38-44
5:38 Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente.
5:39 Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra;
5:40 y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa;
5:41 y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, vecon él dos.
5:42 Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses.
5:43 Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.
5:44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;


Todos los días hay desafíos para el hombre común y corriente. Muchos inventores del siglo XIX tuvieron desafíos cada día a manera de superar el fracaso de ayer hasta que lo lograron el éxito deseado.
El cristiano tiene desafíos todos los días, especialmente el que es el hombre del Reino de Dios, representado por el esposo en la casa. El hombre del Reino de Dios es el que modela a la familia y modela valores morales, como también disciplina y respeto.  Cómo él es el hombre de la casa, por su autoridad, su respeto, su honra,  no enseña  a que se debiese de idolatrar. El hombre del Reino no se idolatra asimismo ni tampoco idolatra a otros.  Tampoco adora a otro que no sea Dios. El apóstol Juan nos dice de su intención de adorar a un ángel, pero el ángel se lo prohibió, diciendo: "Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios" (Apoc. 22:9).
Hay hombres que se idolatran asimismo, que al fracasar en algo, se deprimen fácilmente. Muchos idolatran a jugadores de fútbol, como el caso de Leonel  Messi,  y él mismo se idolatra por todo aquello que recibe de los medios de comunicación: fama, gloria y fortuna. Más veamos el resultado de su recién participación en el torneo mundial 2014, como no alcanzó a meter goles que le permitieran alimentar su gloria, su fama, se deprimió, generando actitudes de un niño caprichoso en el último de los partidos disputados.  ¡No alcanzó su desafío de gloria!
En La Biblia encontramos a un hombre llamado Elías, que un día, su desafío era el de hacer ver al Pueblo de Israel que el único Dios era Jehová de los Ejércitos y ese día mató a 400 profetas Baal. Pero otro día, se levantó sin ese desafío de probar la grandeza de Dios ante los hombres y para el mismo y se deprimió al oír la voz de una mujer que lo amenazó de hacerle lo mismo como había hecho con sus sacerdotes, y salió huyendo a la montaña.  Estamos seguros de que si hubiera habido en su interior un desafío de vencer a una mujer u hombre que amenaze al reino o a su vida, lo aniquila también. Pero fue una mujer que lo amenazó y se atemorizó.
Ahora bien, ¿sabe usted cual es el verdadero desafío para el hombre del Reino de Dios?  Que transcurra el día sin tener peleas o conflictos con nadie mucho menos con su esposa.
Muchos cristianos no llegan a ser hombres del Reino porque han sido influenciados por fuentes que no estaban alineados con Dios. Los medios de comunicación, las escuelas, los hombres.
Se cuenta que los judíos tenían dos escuelas: Shamai y Hiley, por eso el Señor Jesús les enseña algo que ya habían aprendido sus discípulos y los religiosos de aquella época: “Oísteis que fue dicho” cómo también nosotros tenemos una escuela de donde hemos aprendido: la calle, el centro de estudios, los padres de familia, los amigos, etc.  Todos ellos influencian de  alguna manera a cada uno de nosotros y con el paso del tiempo se vuelve nuestro referente.  Es que así lo hacía mi papá, o así lo decía mi papá, así pensaba mi amigo, -así me lo habían dicho, decimos.
Así que el hombre del Reino, tendría que tener su primer  desafío  del día en  levantar a su esposa a su mismo nivel de adoración, de alegría, de gozo y también en aquel nivel de tristeza o de desconsuelo. Así también su segundo desafío será el de decirles una palaba de amor, de cariño a los hijos, una palabra de pertenencia que les ayude a tener plena convicción de que su padre es el mejor. El hombre del Reino abre su corazón para que su esposa le ayude a corregir aquellas áreas grises de su vida a tal grado de que la esposa lo llegue a conocer mejor que él.  Hay esposas que conocen bien a su esposo pero por el lado de afuera o exterior más no por el corazón, no porque ella no le interese, sino que el hombre no le permite llegar hasta su interior. No es que no haya problemas, pero el hombre del Reino pide sabiduría al Espíritu Santo para que pueda callar ante aquel reclamo, observación o corrección que le haga la esposa.  Pero como nos enseñaron mal, algunos de nosotros cerramos el corazón, nadie puede entrar ahí, no le decimos nuestros temores, o desconsuelo o tristezas, porque somos muy machos, sí señor.

Ahora bien, a pesar de todos estos defectos, el hombre del Reino de Dios, se desenvuelve en varios ambientes: la familia, el trabajo, la calle, la iglesia.  Y dentro de todos estos ambientes ¿Quién crees tú que es el peor juez en tu vida?   Tu esposa o los hijos, porque son quienes conocen de adentro de la casa al padre creyente, son  los que ven que en la iglesia eres todo un adorador, un caballero, saluda  a medio mundo, servicial, atento, pero en la casa es todo lo contrario. Por ello sabiendo esto, tenemos que conquistar la peor batalla: CONQUISTARME YO.
¿Qué es lo que Jesús hizo contigo como hombre en la cruz del Calvario?  Dijo Pedro  en su 1ª. Carta 2:9 “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios,”     Así que el hombre del Reino es un príncipe del Reino, y por lo tanto, su porte, su caminar, su actuar, su vestimenta, su vocabulario, etc, es de un príncipe. Ya no le es permitido tirar la basura en la calle, ya no le es permitido vestirse como harapiento, como mendigo, ya no le es permitido hablar malas palabras. El hombre del Reino muestra sus virtudes en su palacio. Ese palacio es tu casa, tu colonia, tu lugar trabajo.
Así que con lo anterior descrito te damos algunas recomendaciones para modelar como UN HOMBRE DEL REINO:

1.    El hombre del Reino no es pasivo, no es dominante, pues no grita, no controla,  ni piensa que es por su fuerza o por su grito que ordena o tiene autoridad.  Tampoco el hombre del Reino de Dios  no se mide por las mujeres que tiene o por  su virilidad en la cama con su mujer. El hombre del Reino de Dios no es aquel que se mide por el éxito de su empresa, o de su estatus que obtiene por medio de sus finanzas.  Hay hombres que por tratar de obtener dinero, se quedan más de la cuenta en la empresa trabajando, porque quiere más éxito, quiere más dinero y para ello, obliga al empleado a quedarse más del tiempo contratado, a trabajar horas extras y muchas veces sin pagarle lo justo, todo por obtener más y mejores resultados financieros.  ¿Te imaginas que tu esposa fuera aquella persona que se tiene que quedar a trabajar por el bendito deseo de su jefe de que quiere trabajar más de la cuenta? Por culpa de él, la esposa descuida su casa, su esposo, sus hijos.

2.    El hombre del Reino no es irresponsable. Está pendiente hasta la de la mínima mancha de aceite del carro de su esposa, porque no quiere que ella se quede varada en el camino o que la reparación del mismo le salga más caro que el tapar esa fuga. Provee para su casa, su familia.  En otras palabras, el hombre protege a su casa y su familia.  Todos sus bienes están bajo el hombre y no sobre él.  Muchos hombres, en este tiempo se quedaron en otro lugar, viendo los partidos de futbol y le robaron tiempo a su jefe o empresa.  No fue responsable.  El que es responsable  provee descanso a los que están bajo su cargo.
¿Quieres una esposa sana?
Trátala desde hoy, que tenga un descanso durante el día, que pueda darse un momento de relajamiento, pues todo el día ha pasado tensa, afanada por todos los oficios diarios de la casa. Merece un momento de descanso para que no se enferme de los nervios. Tú puedes hacerle reír, y persuadirla a que vaya contigo a dar un paseíto, que te disfrute de un momento no de placer sexual sino de placer de compañero, de amigo que la entiende. El hombre del Reino de Dios ni busca perfeccionar a los hijos porque los va a perder, porque no los aprovecha en los momentos en que puede gozarlos: en su niñez.
3.    El hombre del Reino cuida intencionalmente su vida: Es asunto de él, sus hechos, su vida. No se deja llevar por la vanidad, ni gasta más de lo que tiene.  Hay hombres que hasta por un teléfono inteligente se quedan sin comer por tenerlo, descuidando su propia vida y la de los de su casa.
4.    El Hombre del Reino, no piensa sólo en el sexo.  No basa su masculinidad en cuantas veces hace el amor a su esposa, ni cuantas mujeres tiene porque dicen: -si Salomón tuvo mil mujeres, ¿porqué no yo?, sino que busca ese equilibrio en su pareja, buscando satisfacer a su pareja y no satisfacerse él.

Cuando hemos visto todo lo que hemos dicho de lo que es un hombre del Reino, y si nos pasamos una lupa  a nosotros mismos, descubrimos que en la casa, aparentemente hay un hombre, pero en realidad es un niño o un inmaduro. La niñez se caracteriza por la inmadurez y por depender de alguien.
Aquel varón que depende de su esposa para proveer a su casa, es todavía un niño. Aquel varón que busca a otro para que se haga cargo de sus desastres, es un niño. Aquel varón que quiere qe sus frijoles licuados vayan hasta colados para que no lleven la hollejos , te imaginas el trabajo de aquella mujer, éste sigue siendo un niño.
El hombre del Reino de Dios, tiene que ser un hombre con mente creativa, con la mente de Cristo, dispuesto a liderar a su familia, a un pueblo, a una congregación.  Cuando Dios mandó a matar a todo primogénito de las familias de Egipto, incluyendo a la familia real, fue para hacerle saber a todo el mundo, que matando a esta nueva generación, quedarían sin lideres con ideas creativas, y hasta el día de hoy sigue siendo Egipto un país sin verdaderos líderes, y siguen siendo como inmaduros o niños que no pueden llegar a ser cabeza, sino siendo cola. 
Dios tiene algo nuevo y poderoso para el hijo de Dios, siga procurando ser un hombre del Reino, haciendo de su familia una familia fuerte. DIOS TE  BENDIGA.

Roberto González, pastor

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