jueves, 25 de noviembre de 2010

ARRÉGLALO EN VIDA


ARRÉGLALO EN VIDA
2 SAMUEL 18:31 y 19;4

18:31 Luego vino el etíope, y dijo: Reciba nuevas mi señor el rey, que hoy Jehová ha defendido tu causa de la mano de todos los que se habían levantado contra ti. 
19:4 Mas el rey, cubierto el rostro, clamaba en alta voz: ¡Hijo mío Absalón, Absalón, hijo mío, hijo mío! 


En los años 80, el grupo británico Mike and the Mechanics grabó una impactante canción titulada, “The Living Years” (“En Vida”). El autor llora la muerte de su padre por que la relación entre ellos había sido tensa, marcada por el silencio más que el compartir. El cantante dice con remordimiento: “No llegué a decir todo lo que tenía que decir” Arrepentido por las palabras que ninguno dijo y el amor que ninguno expresó, se lamenta: “Ojala se lo hubiera dicho en vida”.
De manera similar, el rey David lamentó la relación rota con su hijo Absalón. Lleno de ira por que su padre rehusó castigar a Amnón por haber violado a su hermana Tamar, Absalón lo mató y huyó (2 Samuel 13:21-34). El siervo de David, Joab, sabía que el rey anhelaba ver a su hijo fugitivo, así que hizo los arreglos para que Absalón se presentara ante su padre. Pero su relación nunca volvió a ser igual. La amargura de Absalón fue la chispa que encendió un conflicto que termino con su muerte (18:15). Fue una amarga victoria para el rey David, que lamentó la pérdida de su hijo y su fallida relación con él (18:33). Sin embargo, no hubo llanto suficiente que pudiera reparar el dolor de David.
Podemos aprender del lamento de David cuando lidiamos con relaciones rotas. El dolor de tratar de arreglar las cosas puede ser grande, pero es mucho mejor hacerlo “en vida”.

Y es que realmente, es en vida cuando se tiene que arreglar toda relación deteriorada, incluyendo la de tu relación con el que te dio la vida: DIOS.
En el libro de Job nos dice el siguiente texto:
33:4 El espíritu de Dios me hizo, 
Y el soplo del Omnipotente me dio vida. 
En esa perspectiva, el hombre, con su desobediencia rompió las buenas relaciones que Dios tenía en el Huerto del Edén” y desde entonces, por el amor de Dios a los hombres, buscó ÉL  la reconciliación, salió de él la iniciativa de hallar una manera de restablecer esa relación especial con él. Dice la Biblia en 2ª. Corintios:
5:18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; 
5:19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación

Pero esa reconciliación se realiza cuando tú le hablas y le pides perdón, le confiesas con tu boca, según Romanos 10:9, y es en vida. Ya muerto tú, nadie puede hacer nada por ti. Por lo tanto es bueno que en vida arregles toda relación, pero la primera relación que tienes que arreglar es la espiritual, es  la relación con Dios. De ahí dependerá cualquier otro arreglo de relación con las personas que más amas: tu familia, tus amigos, tus compañeros de trabajo, tus demás hermanos en Cristo.  Puedes haber corregido a tu manera cualquier relación familiar o de amistad, estando sin Cristo, pero tarde o temprano volverás a caer en otra situación en que el perdón va acompañado con advertencias, con condiciones, y al final se puede tornar frustrante querer seguir una relación con esa persona.
Con toda seguridad, debes de tener a alguien que has descuidado con tu comunicación, producto de algún malentendido, de un pleito, de un pasado sin Dios, pero si esta persona aún vive, puedes botar todo orgullo y decirle cuanto le extrañas o amas. Debes decirle lo que piensas en tu corazón, que debe de ser algo especial, según el fruto del Espíritu Santo haciendo la obra en ti. Procura hacerlo pronto. El mañana puede  ser que no exista tanto para ti como para aquel a quien extrañas.


Una relación rota puede repararse, pero solo si estás dispuesto a intentarlo.  (Aporte de Ramón Vásques, México)

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