viernes, 19 de noviembre de 2010

EL PRECIOSO DEBER DE GLORIFICAR A DIOS

 
EL PRECIOSO DEBER DE GLORIFICAR A DIOS
Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese
Juan 17:4


 



Lindo es que como padre de familia nuestros hijos, sean pequeños o grandes hagan las cosas que deben de hacer en la casa como por ejemplo lavar los platos, trapear o barrer el piso, lavar los baños o cualquiera otra actividad que ayude a que la casa de residencia esté limpia, adornada y perfumada.
De la misma manera, nosotros, los que somos hijos de Dios, que hemos confesado a Cristo como nuestro Salvador debemos hacer buenas obras en este tiempo donde la insensibilidad, el desprecio, el maltrato abundan por doquier. El mundo necesita urgentemente de héroes, no sacados ciencia ficción sino del corazón del hombre gobernado por Dios. En Mateo 5:16 encontramos la siguiente cita:
“Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las
buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo.” NVI
Acá en mi país hay un dicho que dice: “Saludando con sombrero ajeno” es decir recibiendo méritos a costa de otro y es precisamente lo que nosotros debiésemos de hacer ya que al ser obedientes a nuestro Dios, haciendo algo bueno en el mundo, recibimos recompensa de la gente, agradeciendo el gesto de tu hospitalidad, de generosidad, de pasar por alto la ofensa, de ayudar a otros de manera desinteresada, etc, pero en realidad quien hizo posible todo esto fue Cristo en el actuar nuestro.  En todo caso, si en estos momentos hay verdaderos héroes en el mundo, debiesen ser los que esperan la venida del Señor Jesucristo pacientemente y mientras tanto, hacemos buenas obras. Cada vez que la gente diga algo bueno de ti o de mí, están glorificando a Dios.
La gente se admira cuando nos han conocido en circunstancias adversas, haciendo lo malo: bebiendo, teniendo mujeres acá o allá, despilfarrando el dinero en drogas o pasatiempos nada productivos, etc.  pero llega el tiempo de tu cambio, en donde te ven cambiado, tu estilo de vida es otro, tus prioridades son Dios y tu casa, y algunas veces dicen: ¿Qué no es éste aquel bolito de la esquina del mercado?, ¿Qué no es aquel que estaba a punto de divorciarse por pegarle a la mujer o maltrataba a los hijos? Entonces dicen: ¡A éste sólo Dios lo pudo haber cambiado!  Amén por ello.
Creo que el proceso de la juventud en todas las generaciones hay un problema de rebeldía en donde los jóvenes piensan que sólo ellos tienen la razón, que quieren gobernar al mundo sin el mayor conocimiento, que los padres son chapados a la antigua, pero ciertamente ellos debiesen de ser obedientes y sujetos a la voluntad de los padres en cuanto a su conveniencia de vivir bajo techo y tener todo lo que les hace falta. La Biblia nos dice: “Mi Padre es glorificado cuando ustedes dan mucho fruto y muestran así que son mis discípulos.” Juan 15:8 NVI, Y
Jesús nos dio el ejemplo de cómo glorificar a su Padre, así nosotros también.  Cuando damos fruto, cuando somos luz en aquellos que se guían a oscuras, cuando levantas al hermano caído, cuando exhortas a tiempo y fuera de tiempo, cuando eres parte de un proceso regenerativo  en alguien que necesita amor, comprensión, tiempo de ser escuchado, etc, entonces realmente estamos glorificando a nuestro Padre Celestial, a Jesús mismo, al Espíritu Santo.

Te dejo las siguientes citas para que cada vez que veas la oportunidad de hacer algo bueno, lo hagas con la plena convicción de que estás GLORIFICANDO A DIOS:

·         Alabe a Dios por todo lo bueno, bueno, bueno, que ha sido con usted. Cada día es una alabanza nueva, porque todos los días son nuevas sus misericordias, todos los día hace algo nuevo y bueno para nosotros.
Los que teméis a Jehová, alabadle;
Glorificadle, descendencia toda de Jacob,
Y temedle vosotros, descendencia toda de Israel.” Salmos 22:23 RV 60

·         Participemos en toda oportunidad de hacer las cosas juntos: Cantar, servir, adorar, trabajar como compañeros de un trabajo, colaborar en la comunidad, etc. de manera que Dios vea que lo hacemos juntos, unánimes y fervientes. Nunca te aisles de los demás, aún cuando pienses que tengas la razón para aislarte. Es el corazón y no la mente, en donde Jesús.
“para que con un solo corazón y a una sola voz glorifiquen al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.” Rom. 15:6 NVI

·         Que tu espíritu interior unido con tu cuerpo físico estén siempre a la orden de TU DIOS, de Jesús en el momento que así lo demanden las circunstancias.  Prestar tu vehículo para trasladar a un enfermo al hospital, levantarse en la noche por una llamada de auxilio de un hermano tuyo o conocido, ayudar a tu compañero de trabajo a completar sus labores, son ejemplos de el interior y nuestras fuerzas glorifican a Dios por hacer ago bueno.
“Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. ” 1ª. Co. 6:20 RV 60



Conclusión:
Hay tanta necesidad en el mundo de afecto, de oportunidades de cambio, de perdón y olvido, etc. que somos los llamados a ser mejor cristiano  que ayer y proclamar a Jesús como nuestro Señor, nuestro Dios, Nuestro Rey. GLORIFICAR A DIOS ES
NUESTRO DEBER. Hagamos bien todo y en todo, lo hacemos como para CRISTO.  DIOS TE BENDIGA.

No hay comentarios: