LA LEY DE LA SIEMBRA Y DE LA COSECHA
1º Reyes 16:30-33
16:30 Y reinó Acab hijo de Omri sobre Israel en Samaria veintidós años. Y Acab hijo de Omri hizo lo malo ante los ojos de Jehová, más que todos los que reinaron antes de él.
16:31 Porque le fue ligera cosa andar en los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, y tomó por mujer a Jezabel, hija de Et-baal rey de los sidonios, y fue y sirvió a Baal, y lo adoró.
16:32 E hizo altar a Baal, en el templo de Baal que él edificó en Samaria.
16:33 Hizo también Acab una imagen de Asera, haciendo así Acab más que todos los reyes de Israel que reinaron antes que él, para provocar la ira de Jehová Dios de Israel.
16:31 Porque le fue ligera cosa andar en los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, y tomó por mujer a Jezabel, hija de Et-baal rey de los sidonios, y fue y sirvió a Baal, y lo adoró.
16:32 E hizo altar a Baal, en el templo de Baal que él edificó en Samaria.
16:33 Hizo también Acab una imagen de Asera, haciendo así Acab más que todos los reyes de Israel que reinaron antes que él, para provocar la ira de Jehová Dios de Israel.
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En nuestra vida cotidiana hacemos, no hacemos y deshacemos un montón de cosas. Todas tienen un efecto en el presente y en el futuro cercano o lejano. Es lo que le llamamos la “Ley de la Siembra y de la Cosecha” La Biblia nos habla de ello en la siguiente cita de Gálatas 6:7-8: «No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.”
Todo lo que hacemos repercute en nuestra propia vida y en los demás que amamos o nos relacionamos. Repercute en nuestra vida como es en la salud, nuestras finanzas, nuestra vida espiritual.
El día de ayer tuvimos una culto de acción de gracias en un cantón o aldea llamado “Piedra Azúl”, como a 7 km de donde estamos ubicados. La razón de este viaje era que una hermana que viene desde este lugar quería darle gracias a Dios por que había comprado un terreno y ahí había construido su morada. Quisimos contratar a una persona para que nos llevara a ese lugar pero la persona se excusó al igual que otras porque a la hora que lo necesitábamos era para la 1:30 PM, hora en que estaba programado el partido del “Clásico Real Madrid – Barcelona” y que era muy emocionante. Él iba a cobrar $ 20.00 pero prefirió dejar de ganar estos $ 20.00 por quedarse viendo el partido y quien sabe si gastando más de la cuenta en bebida y en comida. Otros dejaron de ir al culto al que fueron invitados, más que todo los varones por ver el partido y yo me pregunto: ¿Acaso no analizan lo que hacen o dejan de hacer? Este motorista no creo que haya pensando que cualquiera de los dos equipos NO le daría de “comer” el día de mañana, o le ayudaría a pagar la letra de su camión, o el alquiler de su casa, o el estudio de sus hijos. Los que no nos acompañaron no se pusieron a pensar de “la bendición de mañana sería tan pequeña como el dedo meñique de su mano.”
Cuando estamos en lo mejor de los problema es cuando decimos y porqué sólo a mí me pasan estas cosas. Porque ¿sabes una cosa? La cosecha de lo que hoy siembras será mañana o quizás pasado mañana o quizás el otro año o quizás dentro de 10 años, pero tarde o temprano cosecharás lo que ayer sembraste, peor con el pasar de los días y de los años se te olvidó lo que sembraste, pero Dios no se le olvida, a tal grado de que nosotros daremos cuenta a Dios de todo lo bueno o lo malo que hicimos incluyendo nuestras palabras, porque en el tribunal de Cristo daremos cuenta de:
1:) El tiempo que perdì.
2.) Lo que hiciste que no se te mandò a hacer.
3.) Lo que te mandò a hacer que no hiciste.
4.) Los daños causados que no se pueden reparar
2.) Lo que hiciste que no se te mandò a hacer.
3.) Lo que te mandò a hacer que no hiciste.
4.) Los daños causados que no se pueden reparar
2ª. Corintios dice: “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. ”
Todo esto también tuvo consecuencias en nuestra vida física. Y tarde o temprano nos va a pasar la factura Dios. Aquellos padres de familia que maltratan a sus hijos, tarde o temprano llorarán por que sus hijos los abandonan sin acordarse de ellos, o tarde o temprano levantan la espada o “pistola contra ellos”. Tarde o temprano estaremos necesitando ese dólar que dejamos de ganar o tarde o temprano necesitaremos de esa bendición que dejamos recibir por quedarse en casa esperando al primo o al amigo que llegará de “lejos”
El caso de ACAB, rey de Israel, es algo peculiar, porque rebasó los límites de la maldad que había hecho su padre al haberse acompañado o casado con una mujer llamada Jezabel de ciudad de Sidón, ciudad que muy idólatra, que ofrecían cultos a Baal. Lea lo que dice 1º Reyes 16:32 “E hizo altar a Baal, en el templo de Baal que él edificó en Samaria.” No pensó en las consecuencias para él como para su pueblo” Este pecado que Jezabel influenció en Acab también sirvió para que Dios destruyera con pestilencia y con espada a la ciudad de Sidón.
Por un rato de placer, perdimos la bendición en nuestra mesa. Por unos cuantos dólares más al ir a trabajar un domingo, en el que podemos dedicárselo a nuestro Dios, perdemos hasta la vida. Cuando el pecado se inserta en tu corazón te anestesia y te olvidas de las precauciones, piensas que nadie te va a agarrar con las manos en la masa, piensas que eres invencible, que la policía nunca dará contigo. Y ciertamente la policía quizás no tenga mucha logística o maneras de dar contigo, pero habrá alguien de confianza tuyo, que te dará la espalda y te traiciona llamando anónimamente para que te agarren. Siempre el enemigo te premia con la muerte o con la cárcel o con el hospital en manos de quien creías que era tu amigo.
El caso de David, cuando censa al pueblo, no le hizo caso a su consejero Joab e hizo lo que su poder le decía que hiciera. Lea 2º Samuel 24:2-3
“Y dijo el rey a Joab, general del ejército que estaba con él: Recorre ahora todas las tribus de Israel, desde Dan hasta Beerseba, y haz un censo del pueblo, para que yo sepa el número de la gente.
Joab respondió al rey: Añada Jehová tu Dios al pueblo cien veces tanto como son, y que lo vea mi señor el rey; mas ¿por qué se complace en esto mi señor el rey?”
La consecuencia o la cosecha de esta acción fue:
“¿Quieres que te vengan siete años de hambre en tu tierra? ¿o que huyas tres meses delante de tus enemigos y que ellos te persigan? ¿o que tres días haya peste en tu tierra? Piensa ahora, y mira qué responderé al que me ha enviado. ” 2º Samuel 24:13
David se dio cuenta de lo que había hecho y quiso enmendar el error. Sin embargo la consecuencia de su error, de su soberbia, de su siembra siempre fue en su casa, en su reino y muchos murieron ese día en mano de Dios, pero supo escoger el castigo, pues escogió la mano de Dios, del cual aunque te encuentres en el hospital, en la cárcel, en cualquier situación, de la cual Dios permitió, Él en su amor, te da una oportunidad, no tan buena como la primera pero siempre te da esa oportunidad.
Muchos al momento de hablarles de Cristo y de preguntarles acerca de donde iría su alma si muriera en ese momento dicen: “al infierno”. Y en mi mente se me viene la pegunta: ¿Acaso éste no se ha quemado alguna vez, en la cocina, quemando pólvora, o en alguna parte? Duelen las quemaduras desde la más leve a la más profunda.
Siempre sostengo que a cada uno de nosotros, Dios nos da 3 planes para la salvación:
1. A la Buena, cuando llegan a buscarte y vas, y recibes a Cristo.
2. A la mala, cuando llegan a buscarte, te niegas a recibir a quien te busca y mucho más, rechazas a Cristo, y luego te das cuenta que estás metido en tremendo problema. Y estando en la cárcel o en el huracán recibes a Cristo, porque hasta ahí llega él.
3. Cuando en el lecho de muerte, te das cuenta de lo equivocado o de lo tonto que fuiste y decides hacer lo que muuuuucho antes te habían dicho: “recibir a Jesús” Aquel ladrón acompañando a Jesús en la Cruz del Calvario nos da la pauta de esto. No pensó en que tarde o temprano iba a terminar ante la justicia. Así pasa, cuando uno va a los hospitales, cuando uno va a visitar a un enfermo en su fase terminal o cuando alguien parte de viaje a un lugar lejano, y sabe que ya no ha regreso.
Concluyendo este tema: ¿te has puesto en pensar las consecuencias de lo que hoy has hecho? Por supuesto que si has obrado bien, tarde o temprano Dios te recompensa, de eso no hay duda. Mañana, cuando te levantes, declara que vas a sembrar amor, vas a sembrar generosidad, vas a sembrar buen servicio, vas a sembrar una buena relación, vas a sembrar en tu casa cariño; en tu ministerio, armonía y calidad de servicio, en tu trabajo, buena conducta o actitud, buen desarrollo de labores. No siembres cárcel, no siembres odio, no siembres resentimiento, no siembres idolatría, no siembres pobreza, no siembres discordia, no siembres escasez. DIOS TE QUIERE RECOMPENSAR TODA BUENA OBRA.
Siembra en la casa de Dios, como algunos lo hacen, por eso bendigo en este mensaje a nuestro hermano César Renderos, Marlon Morales, Manuel Lino, Dorinalda Lizama, Lilian Muñoz, Luis Santos, Willy Figueroa, todos ellos amigos de este ministerio, que aunque lejos en una tierra, deciden sembrar compartiendo de lo que tienen con este servidor y con la iglesia.