Éxodo 15:22-27
Aporte hecho por el hermano Ramón Vásquez, de México.
15:22 E hizo Moisés que partiese Israel del Mar Rojo, y salieron al desierto de Shur; y anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua. 15:23 Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de Mara. 15:24 Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber? 15:25 Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí los probó; 15:26 y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador. 15:27 Y llegaron a Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta palmeras; y acamparon allí junto a las aguas.
Los hijos de Israel no habían avanzado mucho desde la orinal del Mar Rojo cuando comenzaron a detectar la realidad de su nueva libertad. Ya no disfrutaban de la variedad de comida y el suministro de agua que abundaban en Egipto. Ahora, después de tres días peregrinaje, la enorme multitud no tenía agua. Y cuando finalmente llegaron al oasis de Mara, el agua estaba amarga (Éxodo 15:23).
Por lo tanto, los hijos de Israel se vieron obligados a depender de un milagro. Así que clamaron a Moisés, y Moisés calmó al Señor. El Señor le mostró un árbol, el cual Moisés echó en el agua. Milagrosamente el aua se endulzó.
La transformación del agua fue un milagro relacionado con la plaga de sangre enviada a Faraón y los egipcios (Éxodo 7:14-25). La mano del Señor había manchado con sangre el agua limpia de Egipto. La lección de Mara era clara: la misma mano que había convertido el agua en sangre podía convertir el agua amarga en agua dulce. El mismo poder que había traído maldiciones sobre Egipto podía traer salud a Israel.
Si hoy tienes una necesidad aparentemente imposible recuerda que la mano que suplió tu necesidad más grande, el perdón del pecado es la misma mano que puede de manera adecuada todas tus necesidades. Confía en que Él alcanzará lo que parece imposible. - MLW-
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