EL QUE REGRESO POR MÁS
Lucas 17:11-19
17:11 Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea.
17:12 Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos
17:13 y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!
17:14 Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados.
17:15 Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz,
17:16 y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano.
17:17 Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están?
17:18 ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero?
17:19 Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.
17:12 Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos
17:13 y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!
17:14 Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados.
17:15 Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz,
17:16 y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano.
17:17 Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están?
17:18 ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero?
17:19 Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.
Aprovechando la celebración del Día Del Padre, encontramos este pasaje de 10 hombres enfermos necesitados de afecto.
ANTECEDENTES
La lepra era una de las enfermedades más terribles en la antigüedad. Comenzaba por unas ulcerillas en la piel que iban invadiendo todo el cuerpo; primero picaban mucho pero después dejaban de doler y la carne se iba cayendo. El hombre que pensaba que tenía lepra debía ir a que el sacerdote lo comprobase; éste le hacía volver al cabo de unos 40 días y confirmaba si tenía lepra o no la tenían.
Como la lepra en aquella época no podía curarse y era muy contagiosa, el enfermo era expulsado de su casa, de su pueblo y todas sus pertenencias quemadas. Se iba a vivir en cuevas con otros leprosos y salían a los caminos a pedir. Nadie se acercaba a ellos sino que desde lejos les arrojaban las monedas. Los leprosos tenían la obligación de gritar cuando alguien se acercaba “inmundo” para advertir de su estado y de mover unas carracas que producían ruido. Con ello aquellos que no les habían visto bien podían alejarse con prontitud. Su situación no podía ser más desesperada; obligados a salir de su medio, sin poder trabajar, sin poder relacionarse con nadie sano, vagaban sin esperanza de pueblo en
pueblo mendigando un poco de comida.
Algunos hombres en la actualidad se autoexpulsan de la casa, se van con otra mujer dejando a la esposa e hijos a la deriva, se olvidan de ellos; otros en aras de buscar mejoras económicas buscan prosperidad en otros países o regiones dejando como siempre a los hijos y esposa en aquel país donde se conocieron. La mayoría de historias que conozca me dan una conclusión: terminan abandonando a la familia y se casan con otra en aquel país donde emigró. Tienen un tipo de lepra.
Pues bien, estos diez hombres estaban expulsados de su casa. Quizás ya hacía tiempo en que ellos no experimentaban un abrazo de sus hijos, de su esposa, pero era la ley, tenían que estar separados para salvaguardar a la familia.
La lepra, con el tiempo hace insensible a las personas, tal como el pecado en aquellos que lo practican a diario, puesto que una callosidad se va formando en ellos hasta tal grado que no sienten o no se sensibilizan con el dolor propio o con los demás. Leía hoy en la noche la triste noticia de que 13 personas habían sido asesinadas dentro de un microbús de transporte público, producto de una mano criminal de lo que se llaman pandilleros o saboteadores juveniles. Esto fue en una ciudad aledaña a la capital del país. ¿Te imaginas que estos malhechores no tienen sensibilidad por las demás personas y procuran su muerte como si fuera cualquier cosa? Ahorita andan huyendo, no tienen padre o madre cerca, así como también unos hermanos en quien confiar algo. Pero aún así si uno de estos malhechores se arrepintiere de lo que lo que hoy ha hecho, Jesús lo puede salvar y sanar.
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En la lectura que hemos tomado como base encontramos algunos puntos interesantes:
· 10 leprosos que puestos de acuerdo buscaron la sanidad de Dios. ¿Te podrías imaginar la baja autoestima de ellos, el deseo de ser aceptados, etc.?
· Cómo Dios no rechaza a quien se le acerque, sin importar su origen, su credo religiosos, su condición etc. fueron recibidos, escuchados y sanados
· Experimentaron sanación siendo obedientes y durante el trayecto de su instrucción. Es decir no fueron sanados en el momento del encuentro con Jesús, sino más adelante. Muchos de nosotros queremos las cosas en el instante en que le pedimos a Dios, pero muchas veces olvidamos lo primero: La obediencia. Dice Jesús Adrián Romero en una de sus alabanzas: Mi obediencia es mi mejor adoración.
· Nueve de ellos pusieron más en valoración el deseo de ir a su familia, a su casa que de volver a Jesús a agradecerle el tremendo favor en sus vidas. Como pastor me he dado cuenta que muchos idolatramos a nuestros hijos, esposas, casa, etc. y los cambiamos por Dios.
· Pero uno de ellos, se dio cuenta de muchas cosas, a saber:
1. Comprendió el tremendo poder de Jesús
2. Sintió que Dios lo había utilizado para mostrar ese poder porque quizás todo el pueblo o ciudad lo conocía por su enfermedad, pero ahora todo pueblo sabrá que hay un Dios verdadero que sana y él es la prueba irrefutable.
3. Se dio cuenta también que como hombre no estaba exento de más enfermedades y por lo tanto necesitaba de Jesús para más adelante: por alguna enfermedad estomacal, por sus riñones, por su corazón, por su circulación sanguínea, etc., entonces fue un hombre inteligente al regresar por más, por tal como lo dijo Jesús: “porque separados de mí nada podéis hacer. Juan 15: 5” Admiro este hombre su espontaneidad y reacción. ¿Cuántas iglesias no estuvieran repletas de gente que han sido sanadas, que han sido restauradas en sus vidas familiares, en sus finanzas, etc, pero se quedaron solo con un milagro, solo con un toque de Jesús, cuando en realidad es perseverar hasta el fin del mundo o de nuestros días con Jesús.
Le invito entonces mi amigo, mi hermano, a que busque a Jesús siempre, recuerde y vuelva a recordar lo muchos de sus favores. No piense con la mente, no piense que Dios ya no le va a escuchar, usted llegue a clamar, usted llegue a donde está la familia de Dios y recuerde una cosa: “En el Depósito de Dios No hay Escasez” (Frase de Catherine Kullman)
Si me preguntara a mí en lo personal, ¿porque sigue a Jesús, porque le sirve, porque le busca? Yo le diría: ¡porque es la luz del mundo y de mi vida!, ¡porque paga bien! ¡Porque a pesar de que me perturbo algunas veces, fallo algunas veces, Yo le busco y él se acerca….Santiago 4:8 así me dice: “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros”. ¡Soy interesado en Jesús! PORQUE ME AMA, ME AMA Y ME AMA. Amén.
Oración:
Amado Padre Celestial, pongo a tus hijos en tu mano, a los que han leído con pasión y detenimiento este mensaje, aliméntalos y fortalécelos, perdona nuestra indiferencia, nuestras faltas, nuestra falta de devoción hacia ti. Haznos volver en donde quiera que estemos, pues tu nos nos rechazas, queremos más de ti, QUIERO MÁS DE TI, ayúdame a menguar en mi carne y haz que crezcas TÚ. Te lo pido en el nombre de Jesús.