EL PROBLEMA DE CREERSE UN dios
1o. Samuel 15:17-22
1o. Samuel 15:17-22
15:17 Y dijo Samuel: Aunque eras pequeño en tus propios ojos, ¿no has sido hecho jefe de las tribus de Israel, y Jehová te ha ungido por rey sobre Israel?
15:18 Y Jehová te envió en misión y dijo: Ve, destruye a los pecadores de Amalec, y hazles guerra hasta que los acabes.
15:19 ¿Por qué, pues, no has oído la voz de Jehová, sino que vuelto al botín has hecho lo malo ante los ojos de Jehová?
15:20 Y Saúl respondió a Samuel: Antes bien he obedecido la voz de Jehová, y fui a la misión que Jehová me envió, y he traído a Agag rey de Amalec, y he destruido a los amalecitas.
15:21 Mas el pueblo tomó del botín ovejas y vacas, las primicias del anatema, para ofrecer sacrificios a Jehová tu Dios en Gilgal.
15:22 Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.
15:18 Y Jehová te envió en misión y dijo: Ve, destruye a los pecadores de Amalec, y hazles guerra hasta que los acabes.
15:19 ¿Por qué, pues, no has oído la voz de Jehová, sino que vuelto al botín has hecho lo malo ante los ojos de Jehová?
15:20 Y Saúl respondió a Samuel: Antes bien he obedecido la voz de Jehová, y fui a la misión que Jehová me envió, y he traído a Agag rey de Amalec, y he destruido a los amalecitas.
15:21 Mas el pueblo tomó del botín ovejas y vacas, las primicias del anatema, para ofrecer sacrificios a Jehová tu Dios en Gilgal.
15:22 Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.
En la vida espiritual de cada creyente es bueno tener presente que Dios te da una identidad de peso ante los demás espíritus que rodean en todo ambiente. Esa identidad no sólo te da lugar y poder en esa dimensión especial sino que además te da presencia en la tierra con esa cobertura que es inexplicable ante los ojos y ciencia del hombre.
Ese poder especial de Dios en cada uno de nosotros se está perfeccionando en cada uno de los que tienen carácter para saber decir no a lo malo y decir si a lo bueno. Algo así como para llamar bueno a lo bueno y a lo malo malo.
El tema que nos acompaña este día tiene que ver con esa identidad, identidad que trasciende en lo espiritual y de lo espiritual a lo material. En un buen porcentaje, al menos lo que mi persona ha detectado, la mayor parte de creyentes se les olvida el tipo de confortamiento que Dios nos dio en el momento justo que pedimos ayuda y en donde nos ha puesto.
Se nos olvida que Dios quiere que hagamos el bien a alguien si percibir favores a cambio. Se nos olvida de que prometimos estar en su casa todas las veces que sea posible, pero pasa el tiempo, después de estar bendecidos por él y nos descuidamos de esa promesa.
Pasamos de ser discípulo a ser maestro en el tiempo incorrecto y por ello es que quiero reflexionar a cada uno de ustedes que no hagamos parecer que queremos hacer nuestra voluntad y no la de Dios.
Lucas 11:2 nos describe una verdad que la pasamos por alto: “Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.” En “Hágase tu voluntad” éstas ciertas instrucciones que hemos recibido de parte de él a través de su Palabra como de tutores, maestros, pastores, etc que se nos ha acercado en la tierra y no las hacemos en el tiempo oportuno y con la calidad que amerita. Actuamos, sin quererlo o pensarlo, como un dios, nótese, un dios pequeño que quiere hacer las cosas como bien nos parece.
A Saúl se le olvido su identidad de rey. Dejó hacer lo que el pueblo bien le parecía y no puso orden en la ordenanza recibida:
1º Samuel 15:3 Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos.
15:4 Saúl, pues, convocó al pueblo y les pasó revista en Telaim, doscientos mil de a pie, y diez mil hombres de Judá.
15:5 Y viniendo Saúl a la ciudad de Amalec, puso emboscada en el valle.
15:4 Saúl, pues, convocó al pueblo y les pasó revista en Telaim, doscientos mil de a pie, y diez mil hombres de Judá.
15:5 Y viniendo Saúl a la ciudad de Amalec, puso emboscada en el valle.
Como ven, Saul se hizo el del “ojo pacho” por no quedar mal con sus soldados, pues en realidad, según él, no había nada de malo llevar lo mejor del campamento a Dios. Perdonó la vida del rey Amalec y entonces se comportó como un dios. Tenía la potestad de perdonar la vida a este rey y así lo hizo. Esta confianza en uno mismo y en nuestros pensamientos es lo que nos lleva al fracaso y lo peor del caso cuando nos hacen caer en circunstancias tan sencillas
Cuando he dado consejería, lo hago con la pasión de que la persona encuentre su respuesta a su problema en el menor de los tiempos, dándoles una guía a realizar pero muchos no le creen a Dios, sino a su propio conocimiento o experiencia y deciden aplicar la solución a medias: una mitad la haré yo con mis ideas, la otra mitad lo que me ha dicho Dios o el pastor. Amado hermano, no es así la cosa, debemos de dejarle todo a Dios, aún cuando lo que yo tenga que hacer como parte del mandato de Dios no me gusta.
¿A cuantos de ustedes, les gusta limpiar servicios sanitarios ajenos? Algunos dicen: Si el de nuestra casa no hay problema; otros dicen si me pagan por ello, no hay problema; y otros dicen “no soy cholero(sirviente) para hacer esto. Lo servidores de un ministerio debiésemos de atender una instrucción sin “regañadientes”, sin resongar, pero muchos hacen las cosas a medias por no querer obedecer, por hacer las cosas a su manera.
Termino este mensaje exhortándole a que seamos obedientes a la Palabra de Dios y esto es tan sencillo como el obedecer a nuestros padres, obedecer alguna instrucción de alguna autoridad sobre nosotros, obedecer las indicaciones de un servidor, obedecer a su maestro o pastor, etc. y escuchar atentamente esa instrucción Si vamos a obedecer que se satisfactoria a quien nos dio la orden cumpliendo con los detalles que amerita al hacerlo.
Oración:
Papito amado, soy tu hijo, quien quiere hablar contigo este día. Quiero obedecerte Señor. Como Mi Rey, Quiero escucharte como mi amigo, quiero honrarte y alabarte como mi Dios de mi salvación. Ayúdeme a discenir su palabra y a escuchar y a actuar conforme a su voluntad y no a la mía. Reconozco que soy pecador y que le fallo en obedecerle fielmente y gracias por sus misericordias recibidas aún cuando no le he obedecido como usted se lo merece. Gracias por tenerme paciencia y ayúdeme en todo lo que usted vea que me hace falta. Gracias por el mensaje, gracias por estar aquí. En el nombre de Jesús, amén.
Dios les bendiga.
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