“CONQUISTANDO EN EL MONTE DE LA BENDICION”
Deut. 11:29 LBA
“Y acontecerá, que cuando el SEÑOR tu Dios te lleve a la tierra donde entras para poseerla, pondrás la bendición sobre el monte Gerizim y la maldición sobre el monte Ebal”
Dios nos ha llamado para que seamos conquistadores, para ser bendecidos, todas las riquezas de Dios son para nosotros y estudiando la palabra nos damos cuenta que el pueblo de Israel para conquistar tenían una promesa que el lugar que ellos pisarían seria de ellos. La tierra que tenían que conquistar era Canaán, una tierra que fluye leche y miel pero tenían que pelear por ella.
Dios los estaba llevando para poseer la tierra, y al igual nosotros, nos lleva a poseer sus promesas con sólo un requisito: LA FE.
El pueblo de Israel se encontró con una realidad cuando llegaron a Canaán que había dos montes uno que era el Gerizim que era el monte de la bendición y el monte Ebal que era el monte de la maldición. Para poder entrar a la tierra había que pasar el Jordán que significa tierra baja, quiere decir que para recibir la bendición de Dios tenemos que humillarnos. Si no pasamos el Jordán no podemos recibir la bendición. Siempre Dios da opciones, puso delante del pueblo la bendición y la maldición. A Caín le dice el Señor el pecado esta a la puerta tú decides si abres la puerta o no. LBA Génesis 4:7 Si haces bien, ¿no serás aceptado? Y si no haces bien, el pecado yace a la puerta y te codicia, pero tú debes dominarlo.
El monte significa “una cobertura”. En el monte Gerizim tenían que poner unos nombres si no de nada servía. Estos nombres de hombres que se ponen allí son representación de que estas en el monte de la bendición.
¿CUALES SON LOS NOMBRES QUE TIENES QUE PONER EN TU MONTE DE BENDICION?
LBA Deuteronomio 27:12 Cuando pases el Jordán, éstos estarán sobre el monte Gerizim para bendecir al pueblo: Simeón, Leví, Judá, Isacar, José y Benjamín
Debemos prepararnos porque Dios nos va a añadir, Dios nos va a dar en abundancia en aquel monte donde Dios te ha querido plantar.
Simeón era uno de los siete hijos de Lea, mujer que era menospreciada, su nombre significa el que oye. Cuando aprendemos a oír la palabra, Dios nos está diciendo sube al monte de la bendición a recibir lo que tengo para ti. Dice la Biblia que la fe viene por oír la palabra. En esta iglesia como en toda aquella que tiene puertas abiertas para recibir al enfermo, al caído, al pecador, siempre tendrá esto a flor de boca: “La Palabra de Dios”
Otro que tenía que estar en ese monte para bendecir era Leví y significa “se unió a”. Nosotros decidimos a quien nos unimos, para recibir la bendición tenemos que estar unidos, unirnos pero tenemos que ver a quien nos unimos. Dice un viejo refrán: “Al que se arrima a buen árbol, buena sombra le “acoge” Talvez la palabra arrimado suena feo, pero lo que te quiero decir es que estando junto a un buen árbol, a una buena persona, a un sabio, a un inteligente, a ún emprendedor, a uno que piensa sólo positivo en la fe, serás impregnado de lo que el otro tiene o emane.
El tercero que tenía que estar en el monte era Judá. Para poder recibir la bendición debemos aprender a alabar y adorar; el que lleva a la cumbre del monte es Judá. Cuando tengamos problemas alabemos, cuando estemos en todo lugar adoremos y la bendición estará siempre sobre nosotros. Abre tu boca y declara con todo tu corazón y tu garganta lo bueno que ha sido Dios. Todo lo que respira alabe a Jehová, con instrumento, con sus manos,
Otro que tenía que estar en el monte era Isacar que significa mi recompensa. Dios quiere recompensar, dice la Biblia que Dios recompensa al que le busca.
También había dos hijos de Raquel que tenían que estar en el monte.
José que significa Dios ha añadido o Dios añade. Declaramos que vendrán personas a añadirse en nuestra empresa, a nuestra congregación, a nuestra visión y serán muchas las personas que vienen añadirse a los ministerios de nuestra iglesia, aquellos que se fueron con algún talento, también regresan y se añaden, ahora con más poder espiritual, con más discernimiento.
Y Benjamín que significa hijo de mi mano derecha. Personas que son de confianza, que se puede contar con ello para todo sin ningún obstáculo.
Ahora veamos algunas características que tenían estos hombres.
1. Simeón se vuelve ofrenda de pago.
LBA Génesis 42:24 Y se apartó José de su lado y lloró. Y cuando volvió a ellos y les habló, tomó de entre ellos a Simeón, y lo ató a la vista de sus hermanos.
2. Leví se vuelve ministro de glorias.
LBA Deuteronomio 33:8 Y de Leví dijo: Tu Tumim y tu Urim sean para tu varón santo, a quien pusiste a prueba en Masah, con quien luchaste en las aguas de Meriba;
3. Judá su semilla se vuelve salvadora eterna.
LBA Génesis 49:10 El cetro no se apartará de Judá, ni la vara de gobernante de entre sus pies, hasta que venga Siloh, y a él sea dada la obediencia de los pueblos.
4. Isacar se vuelve experto en discernir los tiempos.
LBA 1 Crónicas 12:32 De los hijos de Isacar, expertos en discernir los tiempos, con conocimiento de lo que Israel debía hacer, sus jefes eran doscientos; y todos sus parientes estaban bajo sus órdenes.
5. Benjamín: el nombre de Benjamín nació cuando Jacob corrompió deliberadamente el nombre Ben-Oní, nombre original que le dio Raquel en el momento de su nacimiento. Ben-Oní significa «hijo de mi dolor», y es una alusión a la muerte de Raquel tras el parto. Jacob cambió el nombre por el de Benjamín, que significa «hijo de la diestra» o «hijo de buen augurio», en contraposición de «hijo de la siniestra»
LBA Deuteronomio 33:12 De Benjamín, dijo: Habite el amado del SEÑOR en seguridad junto a aquel que le protege todo el día, y entre cuyos hombros mora.
6. José
Deuteronomio 33:13 A José dijo: Bendita de Jehová sea tu tierra, Con lo mejor de los cielos, con el rocío, Y con el abismo que está abajo.
14 Con los más escogidos frutos del sol, Con el rico producto de la luna, 15 Con el fruto más fino de los montes antiguos, Con la abundancia de los collados eternos, 16 Y con las mejores dádivas de la tierra y su plenitud; Y la gracia del que habitó en la zarza Venga sobre la cabeza de José, Y sobre la frente de aquel que es príncipe entre sus hermanos. 17 Como el primogénito de su toro es su gloria, Y sus astas como astas de búfalo; Con ellas acorneará a los pueblos juntos hasta los fines de la tierra; Ellos son los diez millares de Efraín, Y ellos son los millares de Manasés. Dios tiene lo mejor para nosotros, tiene bendición en abundancia pero debemos creer.
Ciertamente la bendición es tan real como el nombre de Jesús mismo en cada uno de nosotros, y en tu iglesia, en tu empresa, en tu trabajo, declare que la bondad, la misericordia, el bien, se acerca a usted, y que en compañía de todos aquellos personajes que tengan las características antes descritas, harán que la bendición sea tan real y abundante en cada uno de nosotros. CREÁLE A DIOS. Un abrazo fraternal.
BENDICIONES.
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