EL HOMBRE DEL REINO Y SUS DESAFÍOS.
Mateo
5:38-44
5:38
Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente.
5:39 Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra;
5:40 y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa;
5:41 y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, vecon él dos.
5:42 Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses.
5:43 Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.
5:44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
5:39 Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra;
5:40 y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa;
5:41 y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, vecon él dos.
5:42 Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses.
5:43 Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.
5:44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
Todos los días hay
desafíos para el hombre común y corriente. Muchos inventores del siglo XIX
tuvieron desafíos cada día a manera de superar el fracaso de ayer hasta que lo
lograron el éxito deseado.
El cristiano tiene
desafíos todos los días, especialmente el que es el hombre del Reino de Dios,
representado por el esposo en la casa. El hombre del Reino de Dios es el que
modela a la familia y modela valores morales, como también disciplina y
respeto. Cómo él es el hombre de la
casa, por su autoridad, su respeto, su honra, no enseña
a que se debiese de idolatrar. El hombre del Reino no se idolatra
asimismo ni tampoco idolatra a otros. Tampoco adora a otro que no sea Dios. El
apóstol Juan nos dice de su intención de adorar a un ángel, pero el ángel se lo
prohibió, diciendo: "Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de
tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro.
Adora a Dios" (Apoc. 22:9).
Hay hombres que se idolatran asimismo, que al fracasar en
algo, se deprimen fácilmente. Muchos idolatran a
jugadores de fútbol, como el caso de Leonel
Messi, y él mismo se idolatra por
todo aquello que recibe de los medios de comunicación: fama, gloria y fortuna.
Más veamos el resultado de su recién participación en el torneo mundial 2014,
como no alcanzó a meter goles que le permitieran alimentar su gloria, su fama,
se deprimió, generando actitudes de un niño caprichoso en el último de los
partidos disputados. ¡No alcanzó su
desafío de gloria!
En La Biblia
encontramos a un hombre llamado Elías, que un día, su desafío era el de hacer
ver al Pueblo de Israel que el único Dios era Jehová de los Ejércitos y ese día
mató a 400 profetas Baal. Pero otro día, se levantó sin ese desafío de probar
la grandeza de Dios ante los hombres y para el mismo y se deprimió al oír la
voz de una mujer que lo amenazó de hacerle lo mismo como había hecho con sus
sacerdotes, y salió huyendo a la montaña.
Estamos seguros de que si hubiera habido en su interior un desafío de
vencer a una mujer u hombre que amenaze al reino o a su vida, lo aniquila
también. Pero fue una mujer que lo amenazó y se atemorizó.
Ahora bien, ¿sabe usted cual es el verdadero desafío
para el hombre del Reino de Dios?
Que transcurra el día sin tener peleas o conflictos con nadie mucho
menos con su esposa.
Muchos cristianos
no llegan a ser hombres del Reino porque han sido influenciados por fuentes que
no estaban alineados con Dios. Los medios de comunicación, las escuelas, los
hombres.
Se cuenta que los
judíos tenían dos escuelas: Shamai y
Hiley, por eso el Señor Jesús les enseña algo que ya habían aprendido sus
discípulos y los religiosos de aquella época: “Oísteis que fue dicho” cómo también
nosotros tenemos una escuela de donde hemos aprendido: la calle, el centro de estudios,
los padres de familia, los amigos, etc. Todos
ellos influencian de alguna manera a
cada uno de nosotros y con el paso del tiempo se vuelve nuestro referente. –Es que así lo hacía mi papá, o así lo decía mi papá,
así pensaba mi amigo, -así me lo habían dicho, decimos.
Así que el hombre
del Reino, tendría que tener su primer desafío del día en levantar a su esposa a su mismo nivel de
adoración, de alegría, de gozo y también en aquel nivel de tristeza o de
desconsuelo. Así también su segundo desafío será el de decirles una palaba de
amor, de cariño a los hijos, una palabra de pertenencia que les ayude a tener
plena convicción de que su padre es el mejor. El hombre del Reino abre su
corazón para que su esposa le ayude a corregir aquellas áreas grises de su vida
a tal grado de que la esposa lo llegue a conocer mejor que él. Hay esposas que conocen bien a su esposo pero
por el lado de afuera o exterior más no por el corazón, no porque ella no le
interese, sino que el hombre no le permite llegar hasta su interior. No es que
no haya problemas, pero el hombre del Reino pide sabiduría al Espíritu Santo
para que pueda callar ante aquel reclamo, observación o corrección que le haga
la esposa. Pero como nos enseñaron mal,
algunos de nosotros cerramos el corazón, nadie puede entrar ahí, no le decimos
nuestros temores, o desconsuelo o tristezas, porque somos muy machos, sí señor.
Ahora bien, a pesar
de todos estos defectos, el hombre del Reino de Dios, se desenvuelve en varios
ambientes: la familia, el trabajo, la calle, la iglesia. Y dentro de todos estos ambientes ¿Quién crees tú que es el peor juez en
tu vida? Tu esposa o los hijos, porque son
quienes conocen de adentro de la casa al padre creyente, son los que ven que en la iglesia eres todo un
adorador, un caballero, saluda a medio
mundo, servicial, atento, pero en la casa es todo lo contrario. Por ello
sabiendo esto, tenemos que conquistar la peor batalla: CONQUISTARME YO.
¿Qué es lo que
Jesús hizo contigo como hombre en la cruz del Calvario? Dijo Pedro
en su 1ª. Carta 2:9 “Mas vosotros sois linaje escogido, real
sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios,” Así que el hombre del Reino es un príncipe
del Reino, y por lo tanto, su porte, su caminar, su actuar, su vestimenta, su
vocabulario, etc, es de un príncipe. Ya no le es permitido tirar la basura en
la calle, ya no le es permitido vestirse como harapiento, como mendigo, ya no
le es permitido hablar malas palabras. El hombre del Reino muestra sus virtudes
en su palacio. Ese palacio es tu casa, tu colonia, tu lugar trabajo.
Así que con lo
anterior descrito te damos algunas recomendaciones para modelar como UN HOMBRE
DEL REINO:
1.
El hombre del Reino no es pasivo, no es dominante, pues no grita, no
controla, ni piensa que es por su fuerza o por su grito que ordena o tiene autoridad. Tampoco el hombre del Reino de Dios no se mide por las mujeres que tiene o
por su virilidad en la cama con su
mujer. El hombre del Reino de Dios no es aquel que se mide por el éxito de su
empresa, o de su estatus que obtiene por medio de sus finanzas. Hay hombres que por tratar de obtener dinero,
se quedan más de la cuenta en la empresa trabajando, porque quiere más éxito,
quiere más dinero y para ello, obliga al empleado a quedarse más del tiempo
contratado, a trabajar horas extras y muchas veces sin pagarle lo justo, todo
por obtener más y mejores resultados financieros. ¿Te imaginas que tu esposa fuera aquella
persona que se tiene que quedar a trabajar por el bendito deseo de su jefe de
que quiere trabajar más de la cuenta? Por culpa de él, la esposa descuida su
casa, su esposo, sus hijos.
2.
El hombre del Reino no es irresponsable. Está
pendiente hasta la de la mínima mancha de aceite del carro de su esposa, porque
no quiere que ella se quede varada en el camino o que la reparación del mismo
le salga más caro que el tapar esa fuga. Provee para su casa, su familia. En otras palabras, el hombre protege a su
casa y su familia. Todos sus bienes
están bajo el hombre y no sobre él.
Muchos hombres, en este tiempo se quedaron en otro lugar, viendo los
partidos de futbol y le robaron tiempo a su jefe o empresa. No fue responsable. El que es responsable provee descanso a los que están bajo su cargo.
¿Quieres una esposa sana?
Trátala desde hoy,
que tenga un descanso durante el día, que pueda darse un momento de
relajamiento, pues todo el día ha pasado tensa, afanada por todos los oficios
diarios de la casa. Merece un momento de descanso para que no se enferme de los
nervios. Tú puedes hacerle reír, y persuadirla a que vaya contigo a dar un
paseíto, que te disfrute de un momento no de placer sexual sino de placer de
compañero, de amigo que la entiende. El hombre del Reino de Dios ni busca
perfeccionar a los hijos porque los va a perder, porque no los aprovecha en los
momentos en que puede gozarlos: en su niñez.
3.
El hombre del Reino cuida intencionalmente su vida: Es asunto de él, sus hechos, su vida. No se deja llevar por la
vanidad, ni gasta más de lo que tiene.
Hay hombres que hasta por un teléfono inteligente se quedan sin comer
por tenerlo, descuidando su propia vida y la de los de su casa.
4.
El Hombre del Reino, no piensa sólo en el sexo. No basa su masculinidad en
cuantas veces hace el amor a su esposa, ni cuantas mujeres tiene porque dicen:
-si Salomón tuvo mil mujeres, ¿porqué no yo?, sino que busca ese equilibrio en
su pareja, buscando satisfacer a su pareja y no satisfacerse él.
Cuando hemos visto
todo lo que hemos dicho de lo que es un hombre del Reino, y si nos pasamos una
lupa a nosotros mismos, descubrimos que
en la casa, aparentemente hay un hombre, pero en realidad es un niño o un
inmaduro. La niñez se caracteriza por la inmadurez y por depender de alguien.
Aquel varón que
depende de su esposa para proveer a su casa, es todavía un niño. Aquel varón
que busca a otro para que se haga cargo de sus desastres, es un niño. Aquel
varón que quiere qe sus frijoles licuados vayan hasta colados para que no
lleven la hollejos , te imaginas el trabajo de aquella mujer, éste sigue siendo
un niño.
El hombre del Reino de Dios, tiene que ser un hombre
con mente creativa, con la mente de Cristo,
dispuesto a liderar a su familia, a un pueblo, a una congregación. Cuando Dios mandó a matar a todo primogénito
de las familias de Egipto, incluyendo a la familia real, fue para hacerle saber
a todo el mundo, que matando a esta nueva generación, quedarían sin lideres con
ideas creativas, y hasta el día de hoy sigue siendo Egipto un país sin
verdaderos líderes, y siguen siendo como inmaduros o niños que no pueden llegar
a ser cabeza, sino siendo cola.
Dios tiene algo
nuevo y poderoso para el hijo de Dios, siga procurando ser un hombre del Reino,
haciendo de su familia una familia fuerte. DIOS TE BENDIGA.
Roberto González, pastor