DOS VECES EN EL
MISMO CHARCO
2º. Crónicas
16:1-5
16:1 En el año treinta y seis
del reinado de Asa, subió Baasa rey de Israel contra Judá, y fortificó a Rama,
para no dejar salir ni entrar a ninguno al rey Asa, rey de Judá.
16:2 Entonces sacó Asa la plata y el oro de los tesoros de la casa de Jehová y de la casa real, y envió a Ben-adad rey de Siria, que estaba en Damasco, diciendo:
16:3 Haya alianza entre tu y yo, como la hubo entre tu padre y mi padre; he aquí yo te he enviado plata y oro, para que vengas y deshagas la alianza que tienes con Baasa rey de Israel, a fin de que se retire de mí.
16:4 Y consintió Ben-adad con el rey Asa, y envió los capitanes de sus ejércitos contra las ciudades de Israel: y conquistaron Ijón, Dan, Abel-maim, y las ciudades de aprovisionamiento de Neftalí.
16:5 Oyendo esto Baasa, cesó de edificar a Rama, y abandonó su obra.
16:2 Entonces sacó Asa la plata y el oro de los tesoros de la casa de Jehová y de la casa real, y envió a Ben-adad rey de Siria, que estaba en Damasco, diciendo:
16:3 Haya alianza entre tu y yo, como la hubo entre tu padre y mi padre; he aquí yo te he enviado plata y oro, para que vengas y deshagas la alianza que tienes con Baasa rey de Israel, a fin de que se retire de mí.
16:4 Y consintió Ben-adad con el rey Asa, y envió los capitanes de sus ejércitos contra las ciudades de Israel: y conquistaron Ijón, Dan, Abel-maim, y las ciudades de aprovisionamiento de Neftalí.
16:5 Oyendo esto Baasa, cesó de edificar a Rama, y abandonó su obra.
Hay por ahí una canción que habla de
tropezar dos veces con la misma piedra, relacionado a caer dos o más veces en
el error. Nosotros como cristianos no
estamos llamados a tropezar dos veces en la misma piedra o en el mismo error.
Se vale que tropieces una vez en cualquier error, pues nuestro amado Jesús nos
dice: “Dijo Jesús a sus
discípulos: Imposible es que no vengan tropiezos; mas
¡ay de aquel por quien vienen! ” Lucas 17:1 Puede ser que tropezemos, y Dios nos
levantará, pero caer en el mismo error es una cuestión de duda de que no
aprendió de ese tropiezo.
Vemos en la lectura bíblica arriba expuesta, a un
rey llamado Asa, el rey de Judá, un rey que provenía de un pueblo que era más
temeroso de Dios, más cercano a Dios, contrario a los reyes de Israel, cuya
conducta e infidelidad de los reyes contra Dios hizo que el pueblo también
fuera idólatra e infiel a Dios. El rey Asa tuvo un problema tal como en este
tiempo lo estamos pasando algunos cristianos en nuestro país: Nos ponen sitio
los mareros en las colonias o en las casas y algunas veces obligan a los
habitantes a abandonar sus casas so pena de ser asesinados. Y para subsanar
esto, algunos inconversos toman la ley en su propias manos, se alían con otros de su calaña para que los
exterminen, y el cristiano acude a la policía, acude a los tribunales, o
simplemente se va de su casa para otro lugar.
Y se olvidó este rey de pedir ayuda a Dios, y con
plata y oro de Dios fue y saludó a uno de los enemigos del pueblo de Dios. Y Dios es celoso, no comparte su gloria con
nadie y vea lo que Dios le manda a decir al rey Asa: “En aquel tiempo vino el vidente
Hanani a Asa rey de Judá, y le dijo: Por cuanto te has apoyado en el rey de
Siria, y no te apoyaste en Jehová tu Dios, por eso el ejército del rey de Siria
ha escapado de tus manos. ” 2º. Cron. 16:7
Esto quiere decir que muchas veces hacemos alianza
con el enemigo, en vez de hacer alianza con Dios. Algunos creyentes hacen alianza con el
enemigo, no llendo a evangelismo, porque dicen: ahí hay sólo gente mala, ahí
asaltan. Otros hacen pacto con el enemigo, diciéndole: si tú no me molestas, yo
tampoco te molesto; otros no le hablan a los hermanos por “malos entendidos” y
le hacen trato con el enemigo y no con Dios.
Sin embargo, bendita la palabra que te amonesta y
el mensajero que envía Dios para corregirte.
Este rey, a pesar de haber recibido esta
amonestación grave para su reino y para su vida, él volvió a no contar con
Dios. El orgullo, la altivez le acompañó en los últimos días. Asa enfermó
gravemente y no contó con Dios como para que lo sanase: “En el año treinta y nueve de su
reinado, Asa enfermó gravemente de los pies, y en su enfermedad no buscó a
Jehová, sino a los médicos.”
No lo buscó, en la vida de Asa, dos errores con el mismo DIOS, con el
mismo creador, es sinónimo de que no conoce a SU DIOS.
Asa prefirió estar en el mismo charco, acompañado
por el enemigo del rey de Siria y estar acompañado por la enfermedad. No se humilló,
no fue inteligente en buscar el favor de Dios.
Amigo o amiga, debemos de ser siempre inteligentes, en buscar el perdón
o favor de Dios porque siempre lo hallaremos. Si no lo buscan, la muerte segura
y en el infierno les espera.
Conclusión:
1. No
hagas trato con el enemigo, sino tratos con Dios.
2. Búscalo
siempre, a pesar de que le hallas fallado. Él te espera siempre.
3. Si
cometes un error aprende de eso y no lo vuelvas a hacer. A la mujer adúltera le dijo: Vete y no peques
más.
4. En
la vejez, DIOS es y será tu bastón en
que te apoyarás y no caerás.
5. DIOS
TE LEVANTA de cualquier hoyo donde hayas caído.
DIOS TE BENDIGA.
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