Dios te guarda
Salmos
121:5-8
121:5 Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha.121:6 El sol no te fatigará de día, Ni la luna de noche.121:7 Jehová te guardará de todo mal; El guardará tu alma.121:8 Jehová guardará tu salida y tu entradaDesde ahora y para siempre.
En este mundo necesitamos ser
protegidos.
¿En qué o en quién confías
para que te proteja? ¿En la policía? ¿En el dinero? ¿En la familia? ¿En la
reputación? La verdad es que todas estas cosas pueden fallarnos tarde o
temprano. Pero en el Salmo 121 vemos en quién podemos confiar. Este salmo se cree que es de la autoria de
David, aunque algunos lo atribuyen a autor desconocido.
Este salmo comienza con esta
afirmación:
Estos son salmos donde se
encuentra una declaración general de fe, o mencionan un
llamado a confiar en Dios.
1) Dios no es como las cosas de este
mundo. Él no necesita dormir, situación
en que llega en los momentos que el miedo o temor viene: la noche, lugares
desconocidos, personas que no conocemos.
2) Dios no comete errores, Él nunca
falla, ni tiene debilidades.
3)
¡Dios tiene todo el poder! Es todopoderoso.
Cuando miras tu situación y
ves lo que sucede a tu alrededor puede parecer que los problemas son demasiado
grandes. Y puede que te preguntes si en realidad hay alguna seguridad en este
mundo. Este Salmo nos dice que en Dios sí hay seguridad. Él es más grande que
todos los problemas y peligros. No hay nada ni nadie más poderoso que Dios. Es
por eso que puedes poner toda tu confianza en él sabiendo que él puede
protegerte y mantenerte seguro.
Dios está a tu lado: la razón de tu seguridad
Todos los cristianos
enfrentamos problemas en cualquier momento y en todo lugar. Pero cuando tienes
a Dios a tu lado, el mal verdadero no logra alcanzarte. El Salmo 121 compara a
Dios con una sombra que te protege de la fuerza del sol. El pueblo de Israel
podía decir, esto, de generación en generación.
Cuando Dios está a tu lado él te
cubre y te protege de los peores ataques.
Ver. Éxodo 13:21
Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de
nube, para guiarlos por el camino; y de noche en una columna de fuego para
alumbrarles; á fin de que anduviesen de día y de noche.
¿Qué tenemos que hacer? Creer.
Lo difícil para un creyente es
creer. ¿Cómo me protejo?
Cuando los padres tienen que dejar a sus hijos, escogen a una persona de confianza para que los cuiden; se espera que
ésta les proteja y alimente. ¡Cuánto más dedicado y capaz es nuestro Padre
celestial! Además de preservarnos física y espiritualmente, controla los malos
pensamientos, las palabras dañinas y el proceder incorrecto. Su Espíritu Santo
nos advierte del mal, y también nos guía para que crezcamos conforme a la
voluntad de Dios.
El Señor nos dice que guardará
nuestra alma:
De nuestras emociones. Las emociones en un hombre pueden traicionarlo. Pensar que en el dinero está la felicidad, en las mujeres, en la fama, en la diversión sin rienda.Él nos dice que leamos su palabra, no un día, no un rato, sino en todo tiempo.
Salmos 119:105
“Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.”
Tenemos que movernos en un
ambiente de fe. Ese ambiente de fe es la atmósfera de lo que tienes que hacer
todos los días. Sea en tu trabajo, en tu casa, en tu rato o momento de
diversión, en tu momento de salida con tu familia.
Dios es soberano. Él
está con nosotros siempre —protegiendo, señalando el camino y enseñando. Nos
acompaña y guía, aun en las tareas pequeñas que parecen insignificantes.
Cuando somos adultos, muchos
sentimos tristeza y un poco de temor al dejar la seguridad del hogar de
nuestros padres. Pero nunca nos ausentamos del amor y el cuidado precioso de
nuestro Padre celestial. Dios es nuestro Guardador, y Él cuida de nosotros mejor
que cualquier madre o padre terrenales.
Si amas a Jesús no necesitas tener miedo. En él tienes tu seguridad. Dios nunca cambia y no te abandonará jamás
ni siquiera en las situaciones más difíciles. Esto no quiere decir que no vayas
a sufrir, sino que aun en medio de todo lo que enfrentes Jesús guardará tu
alma. Unido de la mano con Jesús, no te podrán destruir. Dios es y será en todo
tiempo tu refugio y tu seguridad.
¡No tengas miedo! Confía tu vida en las manos de Dios
porque él cuida de ti.
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