jueves, 5 de agosto de 2010

MI RESPONSABILIDAD CON CRISTO


MI RESPONSABILIDAD CON CRISTO
Marcos 8: 14-21
8:14 Habían olvidado de traer pan, y no tenían sino un pan consigo en la barca. 
8:15 Y él les mandó, diciendo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes. 
8:16 Y discutían entre sí, diciendo: Es porque no trajimos pan. 
8:17 Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Qué discutís, porque no tenéis pan? ¿No entendéis ni comprendéis? ¿Aún tenéis endurecido vuestro corazón? 
8:18 ¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís?¿Y no recordáis? 
8:19 Cuando partí los cinco panes entre cinco mil, ¿cuántas cestas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Doce. 
8:20 Y cuando los siete panes entre cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas de los pedazos recogisteis?Y ellos dijeron: Siete. 
8:21 Y les dijo: ¿Cómo aún no entendéis?

 
El ser discípulo de Jesús siempre requiere de tener asignadas responsabilidades para con el ministerio de la iglesia y para consigo mismo.  En un buen porcentaje las personas no les gusta tener responsabilidades por temor a fallara Cristo o a alguien  y pasa algunas veces que cuando fallan no se atreven a hablar con sinceridad con la persona indicada sea el jefe de trabajo o líder o pastor de una iglesia para darle un solución al problema.
Sabemos que servir es un privilegio que le agrada a Dios y que nos da múltiples beneficios personales.
En el texto base que hemos puesto en este mensaje, leemos que los discípulos habían olvidado de traer consigo los insumos alimenticios para la campaña que emprendían y lo más sensato era haberle dicho a mi amigo Jesús de lo que habían olvidado: traer pan.
Pero hubiera estado bien que ellos a propósito hubieran hecho tal cosa siempre y cuando ellos estuvieran convencidos de que con Cristo lo tienen todo, que así como alimentó a 5,000 y a 4,000 familias podemos decir, podía volver a repetir otra reunión similar.
Pero cuando sabemos cual es la falla en que hemos caído y no la decimos, el espíritu de turbación se apodera de nuestra mente y no ponemos atención a los consejos oportunos que nos dan nuestros mismos líderes. La mente cae en prejuicios tontos y pensamos que cualquier reflexión o consejos que nos den va con dolo o con dedicación a nosotros mismos. La realidad no es así.
Jesús orientaba a sus discípulos para que no cayeran en descrédito haciendo caso a rumores, reglas, incredulidad  o normas de los fariseos. La levadura era una especie de figura que Jesús ocupaba para que ellos entendieran que las religiosidad puesta en práctica en ritos o ceremonias, reglas o normas, sacrificios, etc. contaminaba el verdadero culto a Dios. Dios se complace en nuestra obediencia más que en actos religiosos, pero los discípulos perturbados de su falta de responsabilidad por la ausencia de pan, discutían entre ellos e interpretaron mal la instrucción de Jesús, y pensaban que era una especie de amonestación que Jesús les hacía por esa falta.
Pero miren que lindo es Jesús, que siempre va delante de nuestros pensamientos y sabe de lo que fallamos. ¡Ah! Si fuésemos más sensibles a su palabra y creyéremos fielmente, sabríamos que de antemano, nuestro Padre Celestial sabe de que tenemos necesidad, así lo dice la Biblia:
No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis. —Mateo 6:8

El fondo del mensaje de reflexión está acá: Dejemos de ser ciegos y dejemos de sordos no porque lo seamos de nacimiento sino porque queremos ser ciegos y sordos adrede. Es lo más triste de esto. Muchos quieren seguir siendo ciegos y sordos porque les conviene.
Uno de estos días, un discípulo mío tristemente me dio esta enseñanza, pues le mandé a sacar la basura de la iglesia que estaba recogida en sacos(bolsas de nylon), lo cual hizo, pero mientras pasaba el camión que recoge la basura, llegaron unos perros y sacaron algunos desperdicios y dejaron la basura tirada en el suelo. Pasó el camión pero dejaron los desperdicios en el suelo. El discípulo salió a la calle y se percató de la regazón de los desperdicios pero en su mente pensó mejor meterse a la iglesia pues sabía que pronto saldría mi persona y que si lo veía por ahí de forma inmediata le iba a decir “recoge estos desperdicios”. Dicho y hecho así fue, pero no se salvó de tal cosa, pues al salir siempre me percaté de lo sucio que se veía la entrada de la iglesia  y le llamé y le dije que recogiera tal cosa. Puedo decir con certeza que en ese momento se volvió ciego por conveniencia, pues no quería “ensuciarse las manos” o hacer tal cosa porque no le gustaba hacer limpieza.
Así también nosotros debemos de cuidarnos de ser ciegos y de ser sordos a conveniencia.
Les vuelvo a traer a colación el versículo de Santiago 5:17 : “Y al que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado”
Procuremos con diligencia hacer bien las cosas, pues entiendo que siempre hay alguien que nos enseña a hacer bien las cosas: JESUS. Si por alguna razón le fallamos, hablemos con él, EL SIEMPRE NOS ENTIENDE.  Si fallamos en algo en nuestro trabajo hable con el jefe, que aunque talvez él no lo entienda o lo comprenda nosotros habremos actuado sanamente siendo honestos.
Dios les guarde y les bendiga.

Oración;
Amantísimo Padre celestial, muchas gracias por este nuevo día y por tu palabra siempre fiel a nuestra vida. Agradezco la responsabilidad que tengo en mi ministerio, en mi casa, en mi familia, en mi trabajo. Ayúdeme a ser diligente en todas las áreas que me has capacitado en lo poco y en lo grande. Bendice mi casa, mi familia, mi trabajo, mi empresa, mi iglesia, en el nombre de Jesús.









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