QUITÁNDONOS LA MUGRE QUE NOS OPACA
“Quita las
escorias de la plata, Y
saldrá alhaja al fundidor.” Prov. 25:4
Todos, creo, hemos tenido alguna vez una
prenda de oro, sea anillo, una gargantilla, pulsera o cadena y dependiendo del
kilataje así será su brillo. Con el uso
en nuestro cuerpo hemos visto que
tiende a opacarse, pero una limpieza con algún
líquido removedor de suciedad queda otra vez con ese brillo especial. Ahora
bien, algunas pulseras, dependiendo de su grosor, guardan en sus eslabones
suciedad que es difícil de sacar con este removedor y con el tiempo se forma
una pequeña costra negra que aunque le saquemos brillo en sus eslabones, esta
suciedad permanece como escondida. ¿Cuándo es que se puede librar esta prenda
de esta suciedad? ¡Cuando la prenda se
pasa por el fuego o se funde nuevamente en manos del orfebrero y el metal se
convierte en líquido, pero la suciedad que tenía la prende sale a flote y es
ahí donde el artesano quita la mugre y aquel líquido queda puro.
Así es también en nuestras
vidas. Dios nos da el poder y la
sabiduría si todos la sabemos pedir. Dice el apóstol Santiago 1:5: “Y si alguno de
vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos
abundantemente y sin reproche, y le será dada.” Por ello entonces, hay momentos en que tenemos
que discernir que hay algo que nos está opacando, quizás una mala amistad, una
mala relación, una mal hábito, un mal carácter, un vicio, una mala actitud, una
mala práctica. Con nuestro Señor Jesucristo, salimos y andamos, pero algunas
veces nos distinguen mal por esas malas compañías o malas actitudes. De ahí que el Dios de Israel nos hace la
exhortación a que hagamos ese balance en nuestro diario vivir y saber si
andamos con un sobrepeso, ese sobrepeso de pecado nos hace ver mal. Así que nos tenemos que despojar de ello y
será olor grato a Dios. De lo contrario, Dios se encargará de pasarnos por el
fuego y quitarnos, a su manera, esa mugre. En el libro de Amós encontramos esta
advertencia a su pueblo Israel: “Jehová entonces me dijo: ¿Qué ves, Amós? Y dije:
Una plomada de albañil. Y el Señor dijo: He aquí, yo pongo plomada de albañil
en medio de mi pueblo Israel; no lo toleraré más.” Amos 7:8 Hoy es el momento de emplear esa sabiduría y
decir: HOY VOY A CAMBIAR, dejando esa mala compañía que influencia a hacer lo
malo, hoy voy a dejar de ser irresponsable, mentiroso, etc. Te animo en este
día a brillar con ese brillo de Cristo, quitándonos todo pecado, delito o falta que nos hace opacar. No le demos ventaja al enemigo. Bendiciones para todos. Un abrazo fraternal.
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