CUANDO SIENDO UN HIJO DE DIOS, LO RECHAZAS ....
Amos 7: 14-17
7:14 Entonces respondió Amós, y dijo a Amasías: No
soy profeta, ni soy hijo de profeta, sino que soy boyero, y recojo higos
silvestres.
7:15 Y Jehová me tomó de detrás del ganado, y me
dijo: Ve y profetiza a mi pueblo Israel.
7:16 Ahora, pues, oye palabra de Jehová. Tú dices:
No profetices contra Israel, ni hables contra la casa de Isaac.
7:17 Por tanto, así ha dicho Jehová: Tu mujer será
ramera en medio de la ciudad, y tus hijos y tus hijas caerán a espada, y tu
tierra será repartida por suertes; y tú morirás en tierra inmunda, e Israel
será llevado cautivo lejos de su tierra.
Muchos
rechazan a Dios de varias maneras, pero a la manera u opinión de ellos, esto no es así. Dicen: solamente me he
retirado un poco, me he enfriado algo, y dan miles de excusas. Más quiero
hacerles la observación que rechazan a Dios cuando dejan de congregarse, pues
en esa congregación hay promesa de que estarán con la compañía de Jesús, rechazan a Dios cuando dejan de servir,
rechazan a Dios cuando no quieren oír consejo de nadie, cuando rechazan la
amonestación, rechazan a Dios cuando toman otras prioridades que no tiene nada
que ver con Dios, rechazan a Dios cuando a sabiendas de que andan en el mal
camino, andan con malos pensamientos, resisten el llamado que les hace Dios a través de una persona, de un
amigo, de un familiar. Pero en todo esto
siempre vamos a ver el amor de Dios por su pueblo, tratando de que el hombre
vuelva su rostro hacia él. Por ello traigo a memoria lo que en 2º Libro de
Crónicas 7:14 dice: “Si se humillare mi
pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y
se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y
perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.” Así que ¿de quien depende que me vaya bien,
que esté en paz con Dios, que logre dormir plácidamente? De mí y de cada ser humano que vive, que
respira, sabiendo que no hemos andado
recto o íntegros delante de Él.
Amós se confrontó con Amasías, no
era un sacerdote de la familia levítica, más sin embargo lo utilizó Dios para
llevar un mensaje de arrepentimiento. Así
que Dios puede levantar a cualquier persona de en medio de un pueblo, del que
menos te imaginés y esa persona hablará a tu vida para que te arrepientas. Dios
puede ocupar a una alabanza o a una predicación en la televisión o en la radio para
sensibilizar tu corazón. No la menosprecies. Por eso el libro de Hebreos nos
dice en varias ocasiones: “Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis
vuestros corazones.” Heb.
7:14, porque Él nos ama y no nos quiere ver sufriendo, comiendo migajas bajo la
mesa, no nos quiere ver con calamidades o escasez o con problemas de salud. Él
nos quiere ver alegres y en paz con él.
Así que no rehúses a la amonestación, no rehúses a su llamado, no rehúses
a su disciplina, porque es para tu bien. De lo contrario, vendrán días en que
no habrá contentamiento en los días de vida que te de Dios, vendrán días
amargos y llenos de peste, destrucción, deshonra, tristeza, etc, por no haber
enderezado tu vida en el tiempo que Dios mandó llamado inevitable. Tú lo podrás rechazar, pero las consecuencias
son terribles. El que tenga oídos para
oír, QUE OIGA.
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