LOS ENEMIGOS DE LA CASA
Miqueas 7:5-7 (NVI)
5 No creas en tu prójimo, ni confíes en tus amigos;
cuídate de lo que hablas con la que duerme en tus brazos.
6 El hijo ultraja al padre, la hija se rebela contra la madre,
la nuera contra la suegra, y los enemigos de cada cual
están en su propia casa.
7 Pero yo he puesto mi esperanza en el SEÑOR;
yo espero en el Dios de mi *salvación.
¡Mi Dios me escuchará!
¿Alguna vez has confiado en las palabras de un amigo o de un jefe y has hecho cosas que no son correctas?
¿Alguna vez te han influenciado tus propios parientes a tomar una decisión equivocada?
¿Alguna vez te han traicionado los de tu propia casa o tu mejor amigo?
La corrupción es un síntoma del cáncer espiritual en las personas cuando estas caen presas del dios mamón (dinero): LA AMBICIÓN.
¿Qué es la AMBICIÓN ? Según la Real Academia Española, nos dice lo siguiente: Deseo ardiente de conseguir poder, riquezas, dignidades o fama.
Pues bien, en sí no es el tema de la ambición de lo que queremos tratar en esta ocasión, sino del comportamiento inmoral que se produce en aquellas personas presa de la ambición y que nos lleva a sufrir decepciones, tristezas, etc.
Quiérase o no tenemos que saber convivir con las personas de nuestro alrededor cotidiano, entre ellos: El vecino, el de la tienda o negocio que nos provee algún insumo, el motorista, el compañero de trabajo, el jefe, etc. No todas son cristianas, pero por la naturaleza de nuestro trabajo o necesidad básica tenemos que interrelacionarnos con ellos, a tal grado que en algún momento terminamos siendo amigos, algunos de confianza, otros no, en fin, terminamos queriendo y oyendo a tales personas. El problema se da cuando en estas personas (hermanos e inconversos) los vínculos de la amistad, parentesco o gratitud desaparecen de su diccionario personal, para lograr algún interés personal y se aprovechan de nuestra ignorancia, de nuestra confianza y nos hacen tomar decisiones equivocadas o hacer algo indebido.
A Israel le pasaba eso, a tal grado que Miqueas dice en el versículo 7:2
Faltó el misericordioso de la tierra, y ninguno hay recto entre los hombres; todos acechan por sangre; cada cual arma red a su hermano. (Reina Valera 1960)
El efecto desmedido de la ambición hace que en la sociedad se den nefastos resultados, especialmente cuando nos toca a nosotros.
Hoy en día ese fenómeno se sigue dando en nuestras propias casas e iglesias, donde hermanos en Cristo, aprovechándose de alguna debilidad de otros, sean pastores, diáconos o servidores de la llanura, maquinan planes para removerlos, les levantan calumnias, especialmente y con aquellas confesiones que les hemos dicho en carácter de consejería.
Mi persona ha pasado por eso, donde en algunas ocasiones, hermanos que han comido de mi mesa, hermanos que hemos levantado desde el lodo, posteriormente han provocado disensión o división para hacer llegar agua a su propio molino.
Un día, mi pastor que me discipulaza cuando comenzaba el ministerio a quien honro mencionándolo acá, se llama Raúl Sigüenza, me decía esta observación:
-Roberto, no desnudes tu espalda ante algún amigo o conocido, no sea que aprovechándose de cualquier mancha que puedas tener se aproveche y quiera sacar ventaja. Creo que él sabía lo que significaba lo que el versículo 5 dice: “cuídate de lo que hablas con la que duerme en tus brazos.” La RV-1960 dice: de la que duerme a tu lado cuídate, no abras tu boca Esta persona no es tu esposa, pues ella siempre será la ayuda idónea, sino aquella persona que tiene poder de influencia en nuestras vidas, la que se gana nuestra confianza y que en ocasiones nos influencia en nuestras decisiones. Por ello también traemos a cuenta este otro versículo: Maldito el hombre que confía en el hombre (Jeremias 17:5)
Por otra parte también hay veces en que nuestros propios familiares no quieren que hagamos lo correcto. El caso más típico es de aquellas madres que sobreprotegen a su hijos e hijas que no quieren que sus hijos se casen, se vayan de la casa y formen un hogar aparte, tal como Dios manda. ¡No! – te dicen, no te vayas, que tú no quieres a tu madre, que te valemos chonga, y bueno, un sinfín de pretextos que al final te terminan convenciendo de que ahí formes tu hogar. Ahhhh, lo que le espera aquel o aquella que llegue a habitar aquella casa….será un ladrar constate en esa casa.
Como pastor que practica el evangelismo me topo con padres de familia que aprovechándose de su autoridad o posición encomendada, les prohíben a sus hijos visitarnos como iglesia, pues tú, -les dicen, tienes que morir en la religión de tu mamá o de tu papá y si te llegas a ser cristiano, te juro que te desheredo y que vendré a rascarte los pies, ¡muchos lo creen! Y que tristeza es ver a estos hijos accediendo a la petición de sus padres, abuelos, etc por no fallarles. En estos dos ejemplos que te he dado no interviene la corrupción, pero si la ignorancia, y producto de ello, hará que esa alma, si muere, sin antes haber recibido a Cristo, vaya al infierno. ¡Que tristeza para esa alma que por haberle hecho caso a su pariente ahora esté como el rico en los tiempos de Lázaro, en el infierno.
Mujeres: ¡No hay que creer en las palabras melosas de los hombres cuando estos te dicen que tienen una vida de infierno con su esposa, o que son solteros, o que ¡nadie les entiende! Bien dice Miqueas “”y ninguno hay recto entre los hombres”
El peligro más traumático es cuando hermanos(se dicen llamar así) de nuestra propia iglesia practican la mentira, te apoyan por un rato o te exprimen todo lo que tienes para luego desecharte porque sólo fuiste “un instrumento” Ciertamente el hombre es mentiroso, y a quien tenemos que creerle en todo momento es a Dios. El nunca nos ha mentido, el siempre está, aún cuando le hemos desobedecido y nos han traicionado, el siempre está esperando por ti, esperando para correr a ti y darte un anillo y ropa nueva y un bello abrazo y beso. ¿Cuánta mujer no cayó presa el día de ayer, DIA DE SAN VALENTIN(TRADICION DEL MUNDO) de palabras bonitas y adornadas de un hombre que le promete matrimonio o un jefe que le promete mejor sueldo, se la lleva a la cama y a las horas de las horas nada de nada? “El que tiene oídos para oír que oiga” DIOS TE BENDIGA.
DIOS TE AMA Y YO TAMBIEN
Roberto E. González, Pastor
Tabernáculo Bautista de Adoración "Adonay"
1 comentario:
Gracias por escribir acerca de la desconfianza en MIQUEAS...en todo caso pongo en duda mi confianza del por qué haces esto.
Luis Brun, Chile
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