"Como brotes en ese huerto de tensión, comenzaron a rodar las lágrimas de algunas de las víctimas. Primero una mujer de rostro triste e inmutable, sentada en la cuarta fila justo al lado de Rigoberta Menchú, que le pasó el brazo sobre los hombros; después, un hombre en la fila tercera, sombrero, bastón de autoridad indígena, inclinado hasta casi guardar la cabeza en su saco rojo de líder ixil para intentar secarse con las solapas los ojos, por debajo de las gafas; y otra mujer en la fila siete, y una anciana sentada a tres asientos de la primera. En diferentes puntos de la sala, en desorden, pañuelos, mangas y manos se pusieron a enjugar en movimientos lentos. Ni un sollozo, ni siquiera un gesto de dolor... solo lágrimas calladas. A medida que escuchaban a la jueza describir lo sucedido “... violación para destruir la semilla ixil...”, “... prueba objetiva de la intención de destruir al grupo ixil...”, “... por querer cambiar sus condiciones de vida se les llegó a considerar enemigos...”, y nombrarlo como verdad probada, las víctimas indígenas revivían el dolor de su historia de muerte, tortura, rapto, huida y hambre, y lloraban la alegría de que a partir de ahora nunca nadie en Guatemala pudiera volver a llamarles mentirosos por contarla. “... Siendo el racismo la base para el genocidio...” Tomado de la noticia "El fin de la mentira ixil" de El Faro, periódico digital de El Salvador.
Tristemente, en tiempos modernos y en nuestras tierras, se oyen de masacres a comunidades, aldeas o cantones, tal como pasó en El Mozote, Morazán en los años 80 en nuestro país, otros en San Sebastían, San Vicente y en donde el abuelo de mis hijos fue desaparecido, en una de esas masacres. tristemente también, muchas personas en eminencia se dieron a la tarea de decir que esas masacres no sucedieron, tal coo abochornaban a los líederes de esta comunidad, diciendo que eso nunca pasó. ¿Te imaginas, tú en la montaña, sólo el cielo y la tierra de testigos de todo lo negativo, injusticias, muertes que hayas visto o vivido? Y que no te crean, por cuestiones políticas o simplemente racismo del siglo XX? Hoy, leyendo y documentando esta historia de una comunidad llamada Ixiles, vemos como el odio y la intolerancia hacia otros seres humanos, se dan tan palpables, en donde las personas que tenemos como gobernantes han participado de alguna manera en ello.
La justicia ha setenciado a Ríos Mont, el presidente de facto de 1982-1983, en donde él toleró todo este tipo de injusticias, y tarde o temprano les fue hecho justicia a este grupo de personas y ¡cómo deseamos que no vuelva a pasar un suceso como este en el futuro, en ninguna parte del mundo. Pero Por supuesto, tenemos una ardúa tarea: seguir hablando al corazón de las personas, que sea Cristo que transforme los corazones de ellos y no otro tipo de instrumentos rudimentarios religiosos. Dios puede perdonar a Ríos Mont por este acto de barbarie, Dios puede seguir dando justicia a los Ixiles, Dios quiere que todos los hombres sean salvos. Acérquemonos a Él, para que podamos ser perfeccionados, para erradicar la maldad en el corazón de los hombres.
El pueblo Ixil es una etnia del norte de Guatemala. Es una de las más pequeños grupos mayas sobrevivientes en el país. En 2002 contaba con unos 95 mil miembros. Según los cronistas españoles Fuentes y Guzmán, los ixiles fueron un grupo rebelde.
En el 2009 la Comunidad Ixil es reconocida al amparo del Convenio 169 de la OIT.
Fuente:
http://www.elfaro.net/es/201305/internacionales/12088/
http://es.wikipedia.org/wiki/Ixil_(etnia)
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