¿DONDE
ESTÁ TU NECESIDAD?
El vínculo de la amistad
1er Libro de Crónicas, 19:12-13
"Y dijo: Si los sirios fueren más fuertes
que yo, tú me ayudarás; y si los amonitas
fueren más fuertes que tú, yo te
ayudaré.
Esfuérzate, y esforcémonos por nuestro pueblo,
y por las ciudades
de nuestro Dios; y haga Jehová lo que bien le
parezca."
Amigo lector, posiblemente usted
es uno de aquellos hombres o mujeres que siempre han luchado sus propias
batallas hasta el último momento, y han ganado muchas de ellas, otras las hemos
perdido y quizás nunca hemos pedido ayuda y no porque no queramos hacerlo, no porque
no queremos que piensen mal de nosotros, quizás hemos luchado solos porque así
nos acostumbraron, pero tarde o temprano las fuerzas se agotan, las puertas se
cierran, la economía disminuye…. ¿Te ha pasado alguna vez que te has visto en
la necesidad de pedir ayuda? Creo que sí, es un momento que a todos nos llega, y
puede pasar también que algunas veces no pedimos ayuda por orgullo, por el que
dirán las otras personas, que nuestra marca o reputación no necesita de una
ayuda de éste o de aquel.
Sinceramente, es bueno pedir
ayuda. Ya lo dice el libro de Eclesiastés 4:10 “Porque
si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando
cayere, no habrá segundo que lo levante”
También se da el caso de que
nosotros tenemos amigos que han estado en mejores posiciones sociales y
económicas más que nosotros. Ahí están, pasan los días y ahí están, quizás cada
vez mejor, dices tú. Pero resulta que aquel hombre fuerte, aquel amigo
próspero, aquel hombre versátil y dinámico, le llegan los problemas. Dicen por
ahí que entre más grande es la persona, mas grande es la piedra que le tiran
para que caiga. Es aquí donde el Señor nos habla, para poder nosotros ser
aquellas personas que estemos atento a las necesidades de aquel amigo, de
nuestro jefe superior quien con el tiempo se vuelve parte de nuestras personas
de íntima confianza, de alguien de autoridad.
Veamos ahora el caso de Joab, todo
un general al mando del Ejército de Israel. Por algo era el “general” hombre de
muchas batallas y le llegó el momento de
la aflicción o de algún momento de temor, donde alguna fuerza oscura le ponía
situaciones en donde tenía que luchar. Llega el momento de pedir ayuda y el pasaje nos enseña que Joab pidió ayuda a su
hermano Abisaí. Ambos son guerreros con
mucha experiencia, Abisaí había matado gigantes y Joab era todo un estratega
militar. Ese hombre exitoso, en todas
las tareas de la milicia, ve a su hermano con ese vínculo de amistad, que hace
que un hermano se mantenga de pie en todo momento. Le dice: "Si los sirios fueren más fuertes que yo, tú me
ayudarás"
Me han enseñado que la amistad
sobrepasa al vínculo de amor, por ello, Jesús les dice a los discípulos que ya
no les llamará "siervos" sino amigos, porque es el rol que debemos de
tener cuando hay una verdadera comunión con Dios. Me enseña el pasaje que Joab
pide ayuda a su hermano. El proverbio 17:17 dice: "En todo tiempo ama el
amigo y "es como un hermano en tiempos de angustia", así que Joab
pide a su hermano ayuda, pues estaba en cierto tipo de aflicción, pero me llama
la atención que además le dice implícitamente: - "Y
dijo: Si los sirios fueren más fuertes que yo, tú me ayudarás; y si los
amonitas fueren más fuertes que tú, yo te ayudaré."
Este es el fondo de este mensaje
para ti mi amigo lector: que Joab le dice -mira,
necesito tu ayuda, debes de estar pendiente tú de mi. Sin que yo te lo pida,
está pendiente de mi necesidad, porque eres mi amigo, necesito de tu ayuda.
En otras palabras, Abisaí tenía que estar pendiente de la situación de su
hermano, por cualquier situación anormal que pase. Tú y yo tenemos que estar
pendiente de nuestros hermanos, de nuestros amigos para ver en que les podemos
ayudar. No importa si quizás no es dinero el que puedas aportar, sino tus
palabras, tu compañía, tu presencia, etc. que hace que la otra persona se
sienta apoyada, deseosa de salir adelante. Empodérate de aquella promesa de Mateo
18:19 "Si
dos o más se pusieren de acuerdo en cualquiera cosa” Cuando lo hagamos y estemos pendiente del
hermano, no para hundirlo, sino para ayudarlo, entonces podría haber contribuido
a esa
bendición que Dios desata sobre
su pueblo, sobre sus hijos, aunque algunas veces le fallemos.
La reflexión de Joab fue clara:
"Esfuérzate, y esforcémonos por nuestro pueblo, y por las ciudades
de nuestro Dios; y haga Jehová lo
que bien le parezca."
Es entonces cuando argumento a
nuestro Dios, que mi hermano debería estar mejor, por su esfuerzo, por sus
luchas, etc. no porque hayas sido bueno, fiel, sino por la condición de ser hijo,
que está en apuros,
He aprendido con el tiempo, que
siempre hay un hermano o varios de ellos intercediendo por tu necesidad. Ese
hermano, ya no te ve como un hermano, sino como “un amigo”.
Así que esta reflexión es más que
todo para mí, estar pendiente de la necesidad del amigo, del hermano, que
quizás haya necesitado de un abrazo, de un consejo, de una palabra de Aliento
y no se lo he expresado, pero nunca es tarde mi amado lector para
hacerlo.
He palpado en estos días la
necesidad de que mis amigos tienen la necesidad de ser escuchados y cuando los
he llamado, ciertamente me lo han expresado por lo menos. En otros he captado
la necesidad de una compañía, aunque sea corta, pero compañía.
Dios nos llama a estar unidos.
Cuando en una familia, hay alguien que esté débil, toda la familia esta en
peligro, por que la puerta está entre abierta, la bendición se puede diluir, te
la pueden robar.
Así que manos a la obra y ha buscar al amigo, aquel amigo que por
mucho tiempo fue tu alero, tu cuate y que ahora posiblemente le fue mejor que a
ti, y por quien vamos a pedir siempre que te vaya bien. Un abrazo fraternal. Su amigo, Roberto González.
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