Hoy que salía de mi jornada laboral, el Espíritu Santo me venía como haciendo una exhortación a hacer voz en medio del desierto. Es decir a levantar una voz en donde no la hay y en donde hay más dificultades.
Leyendo mi correo encuentro esta noticia, que me hace reflexionar y a concretizar en lo que El Espíritu Santo me había dicho.
Y este es el punto, que tristemente la iglesia cristiana evángelica no hemos aprovechado los pocos espacios que podemos obtener en momentos en donde hay un evento electoral, pues los candidatos a la presidencia hablan de seguridad, de esto y de lo otro, y del problema más grave que tenemos actualmente no es la economía en si, ni la falta de dinero en el Ministerio de Hacienda, ni el SIDA, sino la conmoción social que se ha levantado en estos últimos años como es la desintegración familiar y la consecuencia que esto ha derivado: el florecimiento en torno a los jóvenes pandilleros.
Han alcanzado niveles de organización parecido a la "Cosa Nostra", la mafia italiana, tienen control territorial, financiero, control de persuación y de engaño como ningún otro y de reacción inmediata estilo S.W.A.T o la CIA y la pregunta de oro es:¿Y que hace la iglesia cristiana? Ciertamente en ciudades cosmopolitas hay iglesias que trabajan muy bien estructuradas trabajando en planes de reorientación a este grupo de personas, pero las iglesias del interior, las que están en el campo, las que son pastoreadas por pastores que en vez de hablarles cara a cara a ellos, salen corriendo, donde no hay una preparación eclesial, ¿donde iremos a parar?
Creo firmemente en que la iglesia tiene el don de llegar a la gente sea como sea, y debemos de aprovechar esta facilidad. Hay cantidades enormes de pequeñas iglesias que podemos apadrinar a varios muchachos como estos, enfocándonos en un propósito: reataurarle. La situación se vuelve preocupante cuando lees noticias como estas, que tarde o temprano la vamos a sufrir nosotros en el interior del país, si no hacemos algo ya.
¡Como no quisiera ser ese Moisés que llegó a donde el Faraón y decirle: Trabajemos por el bienestar de los jóvenes, quiero ser su socio estrátegico para ayudar a los jovenes a salir de este problema, entendiendo que el Faraon es el presidente de la República.
Podemos unir esfuerzos con las autoridades locales, para montar operativos de evangelismo, de evangelismo en las calles, en los parques, en los buses, en las casas donde viven estos muchachos. ¿Quien de nuestra congregación no conoce a un marero? ¿Y Porque no enfocamos baterías en favor de ese muchacho? ¿Crees que no podemos lograr algo positivo al respecto? Yo creo que sí.
Si nos ganamos el favor de la madre de este pandillero, de la abuela a quien se lo han dejado a cuido o de la tía o amiga a quien se lo han encomendado, ¿como no obtener un visto bueno de ellas?, pues no conozco madres que estén contentas que su hijo sea pandillero. Podemos llegar al corazón del muchacho. Ciertamente el marero respeta a su madre, oye el consejo, aunque no lo practique, pero lo oye, así nosotros podemos influir en la madre, podemos influir en los muchachos. SE QUE SE PUEDE y me obliga a hacer algo en el municipio donde estamos instalados. Te invito a que sumemos esfuerzos, porque el problema que parece ser de otro, también puede ser el tuyo. Invito a los candidatos presidenciales a que tomen en cuenta a la iglesia evangélica mucho más de lo que ellos lo puedan imaginar en este problema social y se darán cuenta de que la victoria, su buen gobierno será recompensado con creces, con el favor y la misericordia nuestro Dios.
El Tránsito, 20 de nov. de 2013
http://www.fuerzalatinacristiana.com/index.php/noticias/item/485
Pandillas dificultan la evangelización en El Salvador
El control territorial de las pandillas ha alcanzado a miembros de iglesias evangélicas de diversas denominaciones que visitan las colonias de Soyapango para evangelizar a sus vecinos.
Con el fin de prevenir que agentes de la policía se hagan pasar por cristianos, los pandilleros solicitan un carné a los miembros de las iglesias que pretenden ingresar a sus “territorios” y llevar la palabra de Dios casa por casa.
Antonio –seudónimo por seguridad– es miembro de una de las iglesias de Soyapango, él afirmó que todos los domingos sale con un grupo de hermanos a evangelizar a las personas en sus viviendas, a aquellos que circulan en las calles y hasta a los mismos pandilleros; sin embargo los miembros de estas estructuras criminales ahora les solicitan una identificación para asegurarse que son evangélicos y no “juras”, como comúnmente llaman a los policías.
Antonio, conversó con Diario La Página y según él “durante años hemos evangelizado sin ningún problema en las colonias de Soyapango e incluso hemos logrado la incorporación de algunos pandilleros al ´camino del bien´, pero en los últimos meses la situación se ha complicado y los mareros han asegurado que si no tenemos una credencial, con nombre, foto y logos de la iglesia, no nos permitirán el ingreso a esa zona o incluso nos pueden matar”.
En una de las ocasiones que estábamos predicando en Soyapango nos siguieron cuatro pandilleros hasta que uno de ellos se dirigió hacia mí y me cuestionó sobre lo que andábamos haciendo.
Mi respuesta fue contundente: ´Andamos hablando de la palabra de Dios´ y él también fue claro en su respuesta… ´Con los hijos de Dios no nos metemos´, pero también pueden ser policías y andar ´echándose el rollo de lo que estamos haciendo´ nos dijo.
En esa ocasión tratamos de dejar claro que no buscábamos conflictos con nadie y mucho menos causarles daño; por el contrario, hablarles de que Dios los ama y que todo el odio que puede haber en sus corazones puede ser perdonado por Jesucristo.
Al final nos explicaron que ese era “su territorio” y que ellos decidían quién entra y quién no. Y que si realmente queríamos seguir evangelizando debíamos estar bien identificados. El pandillero nos aclaró que siempre seríamos vigilados de cerca en nuestro proceso de evangelización.
Ese día por seguridad decidimos no continuar, principalmente porque nos acompañaban algunos jóvenes y notamos que ellos eran un punto de atracción de los pandilleros.
Al llegar a la iglesia le informamos al pastor lo sucedido y afirmó que no debíamos tener temor porque Dios estaba de nuestro lado y nos recordó el texto bíblico de Mateo 5:10 ‘Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos’; sin embargo, para evitar inconvenientes afirmó que cumpliría con la petición de los pandilleros y enviaría a realizar los carné.
Posteriormente el pastor nos confirmó que incluso había recibido una carta de las pandillas con dicha petición.
Aparentemente con el carné se solucionó la situación, pero como son muchas colonias en Soyapango y éstas son controladas por padillas contrarias, en cada una de ellas tenemos que tratar con los ‘muchachos’.
En otras de las ocasiones nos rodeó un grupo de pandilleros y nos cuestionaron nuestra labor de evangelización, pero platicamos con ellos y les expresamos que no les teníamos miedo porque Jesucristo nos acompañaba. Ellos nos expresaron que nos respetaban y que por ser cristiano no nos harían nada, pero si estarían muy pendientes de nosotros.
Los jóvenes cristianos son los más afectados por todo este problema, ya que éstos son perseguidos o acosados para que ingresen a las pandillas.
En Soyapango la situación está difícil para nosotros. En Mejicanos los pandilleros hasta les piden prestados los carros a los evangélicos o les piden que les ayuden a trasportar objetos ilícitos de un lugar a otro.
Además, en la colonia Lirios del Norte de Cuscatancingo, los pandilleros se atreven a decirles a los predicadores que les digan al menos cinco versículos de la Biblia o ´si no los matan´.
El pastor Mario Hernández, de la iglesia bautista “Mies” y presidente de la Asociación de Iglesias Evangélicas de Soyapango (Eisoy), confirmó este tipo de casos, pero enfatizó que se tratan de hechos aislados ya que existe un respeto bien marcado de las pandillas hacia los cristianos y sus labores de evangelización.
Hernández afirmó que este tipo de casos se da principalmente contra jóvenes a quienes las pandillas cuestionan cuando circulan por las colonias, ya que muchas personas que no son cristianos se hacen pasar como miembros de iglesias, cuando realmente buscan hacerle daños a la pandilla contraria.
“Hay casos donde les preguntan a los jóvenes versículos o que les canten un corito para ver si es verdad que son cristianos y posteriormente los dejan ir”, detalló Hernández.
Además enfatizó que no existe una pugna entre las pandillas y la iglesia; por el contrario, se está realizando mucho trabajo social y religioso a favor de pandillas y ellos reconocen la labor de la iglesia y por lo tanto permiten el acceso a evangelizadores a las colonias.
El religioso reconoció que hay colonias más complicadas que otras en el tema de pandillas y que probablemente ahí se den este tipo de casos, por lo que se toman medidas de prevención como no enviar a jóvenes a otra colonia y se les pide que sus labores de evangelización la realicen con sus vecinos.
Fuente: La página, Noticia Cristiana
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