martes, 25 de junio de 2013

¡PAREMOS LAS TRAGEDIAS EN LAS FAMILIAS DE EL SALVADOR! PARTE 1



¡PAREMOS LAS TRAGEDIAS EN LAS FAMILIAS DE EL SALVADOR!
PARTE 1

¡SU PROBLEMA, PUEDE SER MI PROBLEMA!
Esta  es una historia o fábula  de una gallina, el cerdo, la vaca y el ratón que  la cuento para que saque usted sus propias conclusiones.


En una casa de campo  donde vivía felizmente un matrimonio, allí también hizo su refugio un ratón que se alimentaba sin mayores contratiempos de cuanto aparecía en  la cocina o en los alrededores,  hasta  que un  buen día la señora de la casa decidió atraparlo y se compró una enorme ratonera”.
El ratón preocupado al ver la ratonera se fue al patio y le pidió ayuda a la gallina contándole que  habían  puesto en la cocina una trampa para atraparlo a lo que la gallina respondió que ese no era su problema porque eso  no era para ella.
Entonces el ratón fue hablar con el cerdo que tenía la familia y éste le respondió lo mismo, que eso no le importaba porque  por allí ni siquiera pasaba; el ratón ya preocupado le pidió ayuda a la vaca que tenían en la casa y esta le respondió, “Muuuu, ese no es mi problema, imagínate yo tan grande no cabría en esa ratonera”.
No teniendo a nadie más a quien pedir ayuda el ratón regresó a la casa y se prometió que no saldría en toda la noche del refugio  hasta que sintió  el golpe de la trampa al caer y minutos después  el  grito de la señora de la casa.
En la ratonera había caído una víbora que mordió a la mujer cuando esta se acercó. Entonces ella cayó gravemente enferma a causa de la mordedura y el marido fue al patio, cogió la gallina e hizo una sopa para su esposa. Como no se recuperaba llegaron los hijos que vivían fuera de la casa para cuidarla y el marido tuvo que volver al patio y sacrificar al cerdo para darles de comer.
Pasaron unas semanas y la señora de la casa murió y a su velorio asistieron tantos familiares y vecinos  de todos los alrededores que hubo que sacrificar también a la vaca para darle de comer a todas esas personas.
Mirando el panorama el ratón no dejaba de decir “ay gallina, ay cerdo, ay vaca, si me hubieran escuchado, si hubieran entendido que el problema que es mío hoy, mañana puede ser ustedes”.
Traigo a cuenta esta fábula, porque en El Salvador, se está muriendo a ritmo pausado, pero que cada día esa pausa disminuye, es decir mueren más personas cada día en la menor cantidad de tiempo y más son las familias afectadas.
Queremos enfatizar un llamado a cada familia de la ciudad de El Tránsito, que el mal llamado “Maras” es un cáncer al que hay que contraatacarr. Aún estamos a tiempo. Dice Gálatas 6:2” Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.” No nos acostumbremos a ver las muerte de los hijos de otras familias, sino que pensemos que ese mismo problema puede llegar a nuestra propio hogar. Es tiempo de entregar el corazón a Cristo y concientizarse a poner su familia en cuarentena. Toda familia que tiene niños pequeños o jóvenes pueden ser moldeados, enseñados y edificados con valores morales y cristianos que ayuden a su desarrollo. Hoy es cuando podemos detener ese cáncer no dejando que los que aún no han sido arrastrados a las pandillas puedan ver la única opción sana y edificativa: la salvación. Los que ya están en las maras, hay esperanza aún para ellos. Todavía, ellos no matan a sus propios padres, todavía respetan la vida de un familiar cercano. El abuelo, la tía, o el padre o la madre que ha criado a ese muchacho que ahora le llaman “el tunco”, “la Mente_creativa”, “el mil vidas”, etc, todavía, escucha esa voz de madre que por tantas veces le ha hecho falta.  Usted como familia puede contribuir transformando su medio ambiente. . ¿Cómo puedo hacerlo?
1.      Haciendo su labor como padre. No descuide a sus hijos, ni se los encomiendo a otro. Haga su parte: disciplina, enseñanza, amor, estudios.
2.      Permita que la iglesia cristiana le ayude a formar valores en ellos. Deje ir a sus niños o joven a la iglesia. No lo coarte
3.      Vaya usted también. El muchacho se anima si usted va. El niño, al contrario no se anima, sino que obedece a su padre o madre. El niño es más moldeable. Usted puede.
4.      Es tiempo de unir esfuerzos tanto de ricos como pobres, tanto de iglesias como de instituciones.
5.      No confié en las promesas de los gobernantes de la tierra, sino en la Palabra de Dios. Ella si realmente transforma los corazones de los hombres.
En el próximo blog, traemos la segunda parte de este llamado.  Dios les bendiga. 

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